Huelva

La AUGC denuncia la humillación que sufrió un agente en un chequeo médico

  • Una trabajadora insistió en que el guardia miccionara ante ella alegando que así no haría trampas

La delegación en Huelva de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) evidenció ayer el "trato humillante" que uno de sus afiliados onubenses recibió, presuntamente, por parte de una trabajadora de la Clínica Militar gaditana de San Fernando, adonde el efectivo acudió para pasar un chequeo.

Según narra la asociación, el guardia civil fue convocado en la citada clínica por el coronel médico para someterse a un reconocimiento. En la primera fase, realizó cuestionarios tipo test; en la segunda, "la trabajadora encargada de la entrega y recogida de los cuestionarios le propuso la realización de un análisis de orina" y el agente aceptó. Prosigue la AUGC relatando cómo la mujer, que vestía con una bata blanca sin distintivo de identificación, acompañó al guardia hasta uno de los aseos públicos del complejo hospitalario y entró con él.

Extrajo del bolsillo de su bata dos tubos de plástico para muestras y un pequeño vaso, afirma la AUGC, y explicó al efectivo la forma en que debía miccionar. "Todos los recipientes se encontraban sin precintar y sin tapones de rosca", agrega.

Entonces se produjo uno de los instantes más violentos para el chequeado. Intentó cerrar la puerta para preservar su intimidad cuando la trabajadora comenzó "a gritar de manera repentina y soez: "¿Qué haces, qué haces? La puerta tiene que estar abierta, yo tengo que ver directamente lo que haces".

Ante la insistencia del agente de cerrar la puerta, ella le gritó presuntamente que "el coronel le tenía ordenado verbalmente que ella debía presenciar directamente la operación de orinar dentro del vaso" y que "algunos intentan hacer trampas, por eso lo tengo que ver y estar aquí". El agente no sabía a qué trampas se refería. Era la primera vez que se realizaba este tipo de análisis en la Clínica Militar.

La invitó a salir de nuevo del baño y le pidió que le mostrara la orden del coronel. Ella se negó, según la versión de la AUGC, "llegando incluso a empujar y a golpear en dos ocasiones la puerta del retrete durante el tiempo que duró la recogida de la orina, alzando cada vez más la voz, esta vez dando prácticamente gritos, en los que profería amenazas tales como "le voy a decir al coronel que no has querido hacer la prueba" o "yo tengo que ver cómo lo haces porque si no, vas a hacer trampas". Tras la esperpéntica situación, la mujer recogió la orina "sin ningún tipo de guantes profilácticos ni tomar medidas de higiene y procedió a verterlas en los dos tubos estrechos y a precintarlos con una pegatina numerada". Cumplimentó además un acta de la que negó copia al chequeado.

La AUGC ha confeccionado la oportuna queja a la Inspección General de Sanidad Militar del Hospital Central de la Defensa de Madrid, solicitando la apertura de una investigación "por la actitud, trato y falta de profesionalidad de esta trabajadora, de la que no podemos aportar datos porque no se identificó". En paralelo, solicita que se investiguen los hechos y se depuren responsabilidades.

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