El escritor y ensayista peruano Fernando Iwasaki ha aprovechado su ponencia en el curso de verano de la UNIA, Los malos del cuento en el entorno de trabajo, que se ha celebrado esta semana.

En un paralelismo de las personas tóxicas con el fugu, plato japonés que consiste en un pez globo altamente tóxico para el cual hacen falta 13 años de estudios de cocina y el permiso del Gobierno de Japón, Iwasaki ha comentado en su ponencia que existe la elección de comer o no fugu, por lo que el tratar con personas tóxicas o no está a criterio de cada uno, ya que no siempre se tiene la obligación de convivir con gente tóxica.

Para lograr esa inmunidad, el escritor afincado en Sevilla, ha revelado tres puntos básicos; en concreto, la admiración ya que con ella se puede alejar de la influencia de la personas tóxicas y "construir un lugar seguro", las emociones, donde la función fática del lenguaje es predominante, y la sinceridad, ya que siendo sinceros se puede desarmar las malas acciones de las personalidades tóxicas.

Finalmente Iwasaki ha definido los cuatro tipos de personas tóxicas que existen en la sociedad actual, que son, a su juicio, las que no se quieren ni se admiran, a la que se debe ignorar; las que se quieren pero no se admiran, que construyen una relación donde se debe relativizar el sufrimiento que infrinja esa persona tóxica; las que no queremos pero admiramos, y las que se quieren y se admiran, que constituyen "el verdadero fugu y en donde hay que tratar en mayor medida la inmunidad".