Los Retos actuales de la empresa familiar andaluza centran uno de los cursos de verano que hasta el próximo 22 de julio se celebra en la sede rabideña de la UNIA. Su responsable, María Jesús Moreno Domínguez -directora de la Cátedra Caja Rural de Empresa Familiar de la Universidad de Huelva (UHU)-, explica que el origen de esta oferta formativa reside en la presentación, este mismo año, de dos estudios pioneros: uno a nivel nacional y otro a nivel autonómico, que abordan la realidad de las empresas familiares en España y en Andalucía respectivamente.

-¿Cuál es el peso que tiene la empresa andaluza familiar respecto a la totalidad en la comunidad?

-La empresa familiar respecto al total representa el 81%.

-¿Tanto?

-Sí, nosotros hablamos de empresa familiar, pero se debería hablar de la no familiar, ya que el mayor entramado de empresas son las familiares. También asociamos la empresa familiar a la pequeña o mediana empresa, pero la mayoría de las grandes empresas son familiares o lo fueron en su origen, aunque más tarde, al crecer y diversificarse, se establecieran grupos. Es la empresa que mayor peso tiene también en cuanto a generación de empleo. Durante la crisis han sido las empresas familiares las que han seguido creando empleo e incluso las que menos se han endeudado. Cuando llega la crisis, si no hay vínculo familiar, las empresas cierran más fácilmente mientras que los empresarios familiares no pueden hacerlo porque de ese negocio viven muchas familias. Reducen plantilla, bajan sueldos o no cobran algún mes, pero no cierran salvo que haya una catástrofe.

-¿Cuáles son las características propias de la empresa familiar andaluza respecto a las de otras comunidades?

-Según el estudio andaluz, respecto al nacional los valores son similares, aunque en cuanto a la profesionalización estamos en detrimento.

-¿Qué razones hay detrás de este hecho?

-Los primeros fundadores o las primeras generaciones son gente sin formación. Sí que es verdad que todos, al preguntarles si tienen pensada la sucesión, lo primero que te dicen es que lo que están haciendo es formarse.

-¿Cuál es la generación actual?

-En el 63% de las empresas familiares andaluzas la propiedad se encuentra en manos de sus fundadores o en primera generación, en el 27% en segunda generación y en el 8% en tercera generación.

-¿Es un problema el relevo generacional?

-A las empresas familiares les cuesta mantenerse en posteriores generaciones y ahí trabajamos mucho la formalización del protocolo, que es un documento en el que se deja por escrito cómo van a proceder a esa sucesión: si se van a incorporar políticos, si se van a incorporar hijos con o sin formación, etcétera. Solo un 30% de las empresas familiares de Andalucía dispone de un consejo de familia y sólo un 8% de protocolo familiar. Ahí vimos lo oportuno de este curso. Porque, aparte de los propietarios de esas empresas, es fácil que tú como alumno de una carrera acabes trabajando en una empresa familiar. Entonces, es importante conocer sus particularidades, si es bueno ir preparando un relevo o un protocolo, si habría que ceder algo de la propiedad. La empresa familiar puede tener la mayoría pero el resto se va diversificando o se va cediendo la propiedad. O incluso está la familia en la propiedad pero no lo está en la gestión. Otro de los temas que abordamos en el curso es la incorporación de profesionales externos para que te asesoren.

-Aparte del potencial formativo de las nuevas generaciones y de dejar preparada la sucesión, ¿qué otros retos afronta actualmente la empresa familiar andaluza?

-Ahora mismo la situación económica y salir de ella. Esto les ha marcado. Algunas han resistido mejor, otras peor, pero en la actualidad los empresarios demandan que haya una estabilidad política y económica. También se demanda mucho al Gobierno que haya algún tipo de tratamiento fiscal especial, es un reto que se ha planteado.