Huelva

La Universidad promoverá un estudio del acueducto romano

  • Arqueólogos demandan una investigación interdisciplinar y una actuación que garantice su consolidación y protección

El acueducto romano de El Conquero urge de un proyecto de investigación que, además de ofrecer más información de su importancia, concite un compromiso de las administraciones para garantizar su mantenimiento y evitar situaciones en las que se encuentran los únicos puntos de accesos existentes en la actualidad. En especial de la zona alta del cabezo que, como denunció en la edición del pasado día 26 en Huelva Información, hace peligrar su conservación. Esa es la opinión en la que coinciden los arqueólogos consultados, quienes destacan la necesidad de la consolidación y la protección de los restos arqueológicos.

El catedrático Juan Campos de la Universidad de Huelva, autor de Onoba Aestuaria. Una ciudad portuaria en los confines de la Baetica, resalta que en el acueducto se hace necesario "no sólo una adecuada conservación, sino que demanda una investigación para profundizar en todo lo que se ha dicho hasta el momento; promover un estudio sobre el terreno, un proyecto sistemático de investigación". Resalta el interés de este acueducto por su característica subterránea, al existir pocos así en España.

En la actualidad, del acueducto de El Conquero sólo existe un estudio en profundidad del viaducto encontrado en el solar del antiguo colegio Francés. Campos recuerda también que algunas de sus estructuras están realizadas con ladrillos de época medieval, lo que habla del uso contemporáneo, como es el caso de la Fuente Vieja. La sensibilidad por el acueducto es una de las cuestiones a tener en cuenta pues, como dice, "lo que se conoce y se usa se conserva en el tiempo". Por eso, entiende fundamental la realización de "un proyecto serio y en profundidad". Reconoce el trabajo efectuado por voluntarios en la limpieza de la Fuente Vieja, "pero es clave un paso más hacia adelante, que las administraciones den una respuesta y hagan posible un estudio interdisciplinar, en el que participen historiadores, geólogos y arqueólogos". Una iniciativa más allá del trabajo realizado por la Diputación y publicado por Aguas de Huelva en 1996. Juan Campos señala que una de las propuestas que realizará, como aportación desde su cátedra de la Facultad de Humanidades, es promover el estudio del acueducto como trabajo de fin de máster para alumnos de Historia. Entiende que "no se puede estar a golpe de impulsos, pues ahora se arreglará la reja, dentro de dos años aparecerá otro problema y así estaremos con un deterioro continuo".

Profundizar en el conocimiento del acueducto de El Conquero es clave para garantizar su futuro, asegura el arqueólogo Diego González Batanero, de la empresa Ánfora y Onubense del Año 2016, persona que destapó el expolio llevado acabo en el yacimiento del Seminario. Considera el acueducto como "elemento de primer orden por su interés arqueológico, su interesante e importante característica de ser subterráneo".

Coincide con el profesor Juan Campos en la necesidad de un estudio sistemático organizado, "en el que se pueda poner en relación con otros hallazgos arqueológicos de distintos puntos de la ciudad que ofrezca una idea más concreta, gracias a las nuevas investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos años". Así, habla del viaducto del antiguo colegio Francés, del aljibe encontrado en la calle Jesús de la Pasión, junto a la ermita en el solar de la antigua confitería, o un pozo en la zona de La Joya, que también parece estar en conexión con el acueducto.

Una de las cuestiones claves es la aportación de las nuevas tecnologías, "con las que es fácil seguir desde la superficie un cauce interior de agua, e incluso aumentar el conocimiento de las estructuras internas y galerías con la utilización de robots con cámaras, que son técnicas asequibles económicamente".

González Batanero señala que el acueducto estuvo durante mucho tiempo abandonado y olvidado. "Es gracias a la arqueóloga municipal, Rocío Rodríguez Pujazón, y a su empeño personal el que se tomaran algunas medidas de limpieza para facilitar el conocimiento de la Fuente Vieja", resalta.

A su entender, crear conciencia es fundamental, "el acueducto es un elemento de primer orden, la propia Administración lo declara Bien de Interés Cultural en 1999 por el valor que tiene". González Batanero alerta de que "la catalogación no debe ser el final del camino. Hay que mantenerlo y hasta ahora lo que se ha hecho es una cuestión tímida por parte del Ayuntamiento con el voluntariado. En esta línea hay que avanzar".

Considera necesario consolidar los elementos estructurales, para garantizar su futuro. Al igual que adecentar el acceso a la Fuente Vieja en cuanto a la vegetación que crece sin control y, lo que es más importante, proceder a la restauración de la fuente, dado que lo que se realizó en las intervenciones del voluntariado es la limpieza para facilitar la salida del agua.

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