Huelva

La actividad de Cáritas beneficia a más del 10% de la población

  • El número de personas atendidas bajó en 2015 un 10,67% como consecuencia de los cambios de estrategia de esta organización católica Esta ONG cuenta con más de mil voluntarios

La actividad asistencial de Cáritas Diocesana alcanza a algo más del 10% de la población provincial. Esa es una de las conclusiones que se extrae de la memoria de la actividad realizada por esta ONG durante el pasado año.

Cáritas Diocesana de Huelva atendió durante el pasado año a 32.239 personas, lo que supone una reducción del 10,67% en relación a 2014. La inmensa mayoría de esas personas fueron asistidas por las Cáritas parroquiales.

Pese a esa disminución en el número de personas atendidas, es necesario hacer una distinción entre éstas y lo que se entiende como personas beneficiadas. Las primeras son las que acuden a Cáritas y reciben directamente la ayuda. Las beneficiadas representan a todas a las que llega la acción de Cáritas -casi siempre del entorno de la persona atendida- y que, en 2015, fueron 53.687; es decir, algo más del 10% de la población onubense.

Las atenciones realizadas, por otro lado, son todas aquellas acciones llevadas a cabo con estas personas. Fueron 100.745, lo que también supone un descenso en relación a 2014, que arrojó una cifra de 132.150. El perfil básico de la persona que acude a Cáritas Diocesana y a las parroquiales es el de una mujer, de nacionalidad española, de edad media y con familia a su cargo.

La Memoria de 2015 fue presentada ayer por la directora de Cáritas Diocesana, Pilar Vizcaíno, que estuvo acompañada por el responsable de Comunicación de esta entidad, Raúl Vega. Ambos insistieron en resaltar los aspectos cualitativos del resumen de acción de Cáritas, dándoles prioridad a los datos.

La bajada en el número de personas atendidas no es una consecuencia de que la crisis vaya dejando de tener sus efectos. En este sentido, Vega comentó que "las raíces de la crisis son muy profundas y se tardará en salir ya que seguirá habiendo gente en riesgo de exclusión social". La razón, más bien, se encuentra en un cambio de estrategia de la propia Cáritas, en la que el asistencialismo va dando paso a un acompañamiento integral de la persona, ya que en esta organización están convencidos de que "la sociedad pide otro tipo de respuestas". Estas pasan por apuestas más integrales que se están reflejando en la creación de distintos talleres en los que la formación tiene un lugar preponderante.

Vizcaíno apuntó que "Cáritas Diocesana tiene mucho interés en trabajar en cada uno de los siete arciprestazgos ,que se traducen en siete comarcas de la provincia, que es como está dividida la Diócesis. La directora insistió en la necesidad de romper la inercia del asistencialismo ya que "hay algunas parroquias que ya están ayudando a la tercera generación de una misma familia". Aunque los 77 equipos de Cáritas Parroquiales mantienen sus puertas abiertas a las necesidades que vayan surgiendo, la organización está poniendo en marcha otras iniciativas como los huertos sociales de Tharsis, en colaboración con el Ayuntamiento; el taller de entretenimiento en Cala para ayudar a los ancianos que viven solos, y otros, en la Costa, dedicados a la gastronomía o de ayuda a las mujeres.

Por lo que respecta a la capital, hay uno de jabón ecológico en San Francisco y un más que interesante proyecto en la zona de las Colonias. Se trata de un programa que se quiere realizar en colaboración con los centros educativos de la zona y que tendrá como punto neurálgico las instalaciones que Cáritas posee en la calle José María Pereda que, hasta hace escasos meses, era un centro de atención a transeúntes. El objetivo de este trabajo con los chavales es romper la cadena de pobreza a la que parecen estar condenados muchos niños ya que ésta, en la inmensa mayoría de los casos, está relacionada con la carencia de formación.

A pesar de esa nueva filosofía que Cáritas quiere imprimir a su labor, es irrefutable que 2015 ha supuesto un cambio de tendencia. De hecho, durante los años de la crisis, el número de las personas atendidas creció nada menos que en un 305% y no dejó de aumentar hasta 2015.

Pilar Vizcaíno insistió en que "tenemos un modelo propio de acción social que a veces se olvida por las situaciones de urgencia". Cáritas no solo se conforma con atender necesidades básicas materiales, sino todas aquellas que están privando a una persona de disfrutar de su dignidad y de estar incluida en el sistema. Dicho en otras palabras: Cáritas busca un tratamiento integral de la persona.

Cáritas Diocesana contó durante 2015 con un presupuesto de algo más de dos millones de euros. En el aspecto financiero hay una noticia positiva y otra negativa. La primera es que crecieron en un 14% las aportaciones de los socios, un 18% los donativos y un 27% el resto de los ingresos que son el fruto de campañas o acciones puntuales promovidas por la propia Iglesia. La negativa es que las administraciones aplicaron un recorte del 20% en las subvenciones destinadas a los distintos programas de este organismo. Durante los años anteriores, las aportaciones se habían mantenido. No obstante, el saldo resultó positivo ya que supuso un incremento de fondos, del 3% llegando la cifra hasta 2.029.123 euros. Esta cuantía es sensiblemente superior a la de 2014, con un gasto total de 2,09 millones de euros.

Cáritas puede tener a gala decir que cuenta con 3.215 socios y 598 donantes. Entre ambos colectivos generaron 494.707 euros. Tampoco puede olvidarse el auténtico ejército de voluntarios con el que cuenta esta ONG. Rebasan los mil y su perfil habitual es de personas -mujeres- que se encuentran entre los 55 y los 65 años de edad. El organismo dispone, además, de un programa de voluntariado para captar nuevas personas, que ha dado como resultado iniciativas como el Encuentro del Mundo Rural del Andévalo.

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