Huelva

El reloj juega en contra en Santa Lucía

  • Tres vecinos han fallecido en las últimas semanas a la espera de las viviendas del programa Casa por casa construidas en Marismas del Odiel La Junta no anuncia aún la fecha de entrega

Casi dos años y medio después de finalizarse su construcción, los vecinos de Santa Lucía todavía esperan las llaves de sus nuevas viviendas. La espera, realmente, es mayor: más de 15 años de promesas que siguen pesando como una losa. El tiempo juega en contra para una población afectada de edad avanzada que sufre especialmente los contratiempos. En las últimas semanas han fallecido tres vecinas que esperaban ya la entrega de la nueva propiedad. El desánimo cunde entre el resto sin que haya aún una fecha en el horizonte para acabar con la incertidumbre. La Junta de Andalucía, encargada de la promoción, apuntaba a julio pasado en abril de 2015. Ahora no se aventura a darla.

Ángela Díaz tiene 88 años y es la superviviente entre las vecinas "de toda la vida" en la calle San Juan de Ávila de Santa Lucía. El sábado pasado vio cómo fallecía la última de ellas, que, como en su caso, esperaba ilusionada el día en que pudiera trasladarse a su nueva casa de Marismas del Odiel. Su hija, Ángela García, cuenta que está viviendo "un trauma". "Ha sido un mazazo para ella, porque no sabe si llegará a conocer la nueva casa", cuenta la hija, que la acoge por las noches, protegiéndola de la indefensión y la soledad, del frío y el relente.

Pero no sólo le pasa a ella. Los vecinos de Santa Lucía son de la tercera edad, en su mayoría, tras criarse en unas casas levantadas de la nada en los años 30 en un terreno inestable, de marismas. Allí la humedad marca la vida diaria en construcciones que distan mucho de viviendas convencionales. Y la transitoriedad que viven los vecinos desde que se activó el programa Casa por casa impide cualquier reforma para mejorar: pesa la inutilidad de una inversión en una casa con fecha de caducidad (teórica) próxima, sobre todo en maltrechas economías domésticas.

"La gente está muy cansada. Son muchos años de reivindicaciones. Todo se usa políticamente y los que verdaderamente salen perjudicados son los vecinos", confiesa Ángela García.

"Llevan 60 años viviendo aquí -añade-, pagando su contribución y consideran que su casa les pertenece. Pero los hijos de los tres vecinos fallecidos han perdido ahora el derecho a las viviendas que les correspondían".

La Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), dependiente de la Consejería de Fomento y Vivienda, construyó un centenar de viviendas en Marismas del Odiel, en terrenos cedidos por el Ayuntamiento, con el programa Casa por casa destinado a vecinos de la barriada de Santa Lucía. Después de una larga espera, las viviendas se acabaron en octubre de 2013 pero a falta de la urbanización de la zona, que correspondía al Consistorio.

Ante la incapacidad municipal para ejecutarla, la Junta se comprometió a realizarla, asumiendo el coste adelantado con los fondos de 11 viviendas que se finalizarían en la fase final de las actuaciones. Las obras, tras un paréntesis a primeros de 2015, se retomaron en abril del año pasado, cuando la Junta anunció que a finales de julio se entregarían las primeras 89 viviendas. Pero no fue así y la demora continuó sin más explicaciones.

Ahora desde la Junta se asegura que se están culminando los últimos detalles de la obra. No se especifican cuáles, aunque los vecinos aseguran que, según pudieron comprobar en una visita guiada hace unos días, hay destrozos y robos de materiales en las casas ("ventanas y pilas rotas, y termos que faltan") que necesitan de arreglos antes de su entrega.

Tras esta actuación, desde la Consejería añaden que será necesario cumplir una serie de trámites administrativos indispensables, entre los que mencionan la obtención de la licencia de primera ocupación, a entregar tras la finalización de la obra, y la calificación definitiva. Por eso, subrayan, no pueden comprometer una fecha "definitiva y cerrada" de entrega.

Ángela García, en cambio, asegura que en una charla informal hace unos días, tras una reunión como representante vecinal de otra barriada, la delegada territorial de Fomento y Vivienda, María José Bejarano, le aseguró que las llaves de Santa Lucía podrían entregarse a los vecinos "a finales de febrero o principios de marzo". Duda si fue una promesa más o un compromiso real, pero, insiste, la desesperación entre los afectados crece cada día.

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