260 años del terremoto de andalucía-lisboa (I)

Huelva participará en el simulacro europeo 'West Tsunami 2015'

  • El operativo de seguimiento incluye España, Portugal y Marruecos, que es la zona que se considera podría ver afectada por un maremoto. En 1755 murieron 2.000 personas en Huelva.

No se sabe cuándo podrá ocurrir otro tsunami como el famoso de 1755, que afectó a las costas de Huelva, el recordado terremoto de Andalucía y Lisboa. Hay quienes opinan que podía repetirse de aquí a 2205.

Ante la certeza de que un tsunami de la intensidad del de 1755 se volverá a repetir, aunque no se sabe en qué momento, a nivel nacional se trabaja en un documento en el que se den las pautas de cómo actuar, de cuya elaboración se encarga la Dirección General de Protección Civil, según informa el responsable de Protección Civil de la subdelegación de Huelva, Francisco Barral.

En este mes de noviembre, y a lo más tardar antes de final de año, se va a realizar en nuestra costa un simulacro de tsunami a nivel de la Unión Europea, el West Tsunami 2015. Incluirá, además de todo el Golfo de Cádiz, a Portugal y Marruecos, y "será un simulacro de gabinete, no habrá actuaciones en la calle", dice Francisco Barral. Lo que se pretende es "ver la operatividad de todos los organismos implicados en una llamada de emergencia de estas características, la actuación de los mismos, su coordinación, y el tiempo de respuesta desde que salta la alarma del seísmo que precede al maremoto".

La clave estará en ver los tiempos en los que van llegando las comunicaciones por parte de los distintos organismos que intervienen en un caso de emergencia, desde que esta se pone en marcha y la reacción que se tiene. Una visión que se realizará apoyados en la información que también se obtiene vía satélite. "No sólo se tratará de poner a salvo a la población y ver cómo mitigar los posibles efectos del maremoto, sino que también se tratará del restablecimiento de la normalidad", señala Barral.

Un factor importante en estas situaciones, como señala, es "que la población sepa reaccionar, ponerse a salvo y evitar la curiosidad como ha ocurrido en tsunamis recientes en los que la población va a ver cómo viene la ola que al final acaba llevándoselos. Lo que hay que buscar son puntos altos para ponerse a salvo".

Las competencias en los planes de emergencia los tiene la comunidad autónoma, aunque está en contacto con los operativos de la Subdelegación del Gobierno de cada provincia.

Todo comienza con el aviso de identificación del seísmo que debe dar el organismo de la red sísmica competente. El Instituto Andaluz de Geofísica es el que controla la Red Sísmica de Andalucía, que se encuentra toda en el interior. En Huelva el punto de referencia está en Aracena.

Medición en el Océano

Una de las cuestiones que se plantea desde el gran tsunami en el Índico es la necesidad de ampliar esas alertas para que pueda ser avisada la población en el menor tiempo posible y poder reaccionar. Es la necesidades de contar con un sistema de prevención en aguas profundas, con el que se pueda dar esa información antes de que llegue a la costa. A lo que se aspira es a tener una red de alerta, para lo que hay que mirarse en la que existe en el Pacífico, pero eso todavía no ha llegado aquí.

Tras el tsunami del Índico, la Unesco mostró especial preocupación por tener sistemas de alerta temprana en sitios de riesgos de maremotos como puede ocurrir en el Golfo de Cádiz. Así lo manifiesta el presidente del Instituto Español para la Reducción de los Desastres, José Antonio Aparicio Florido, que participó esta semana en Cádiz en unas jornadas sobre el riesgo de maremotos en la Península Ibérica.

El terremoto de Lisboa

El gran terremoto y tsunami se desató el 1 de noviembre de 1755 a las 10:16 horas de la mañana (hora GMT) y provocó según las crónicas 70.000 muertos en España, aunque los estudios de hoy los sitúa entre los 30.000. Sólo en Huelva hubo 2.000 por el tsunami.

Según José Manuel Martínez Solares, jefe del Área de Geofísica del Instituto Geográfico Nacional, el tsunami de 1755 fue el más fuerte que ha habido en Europa en los últimos 1.000 años. La intensidad máxima que alcanzó en la escala EMS-98 fue de XI -el máximo es XII-, lo que supone una destrucción casi total, lo que sucedió en algunas ciudades de Portugal. En Huelva la intensidad fue de VII, que significa que hubo daños estructurales en los edificios graves, una de las provincias más afectadas; en Cádiz, por ejemplo, llegó a VI, con daños leves. La magnitud del terremoto, como explica Martínez Solares, 130.000 veces más liberación de fuerza que el terremoto de Lorca y 5,6 veces menor que el de Japón de 2011.

Las pérdidas materiales fueron cuantiosas, ascendieron a 70 millones de reales de vellón, equivalentes a 700 millones de euros actuales. Ocurre que esta cifra no sería muy extrapolable a día de hoy, pues los perjuicios económicos serían mayores.

La información de la encuesta ordenada por el rey Fernando VI para evaluar los daños del terremoto en España, a la que respondieron unos 1.200 pueblos ha servido a los sismólogos para fijar la magnitud real del fenómeno en 8,5 grados en la escala Richter y establecer la distancia aproximada del epicentro en unos 200 kilómetros respecto al cabo de San Vicente, en el extremo sur de Portugal.

Hoy se piensa que de suceder un tsunami en las costas de Huelva y Cádiz serían mucho más devastadoras, dado el aumento demográfico, el desarrollo industrial y el elevado número de urbanizaciones construidas prácticamente al nivel del mar en esta zona costera.

Huelva es una zona con riesgo de intensidad sísmica moderada, de hecho los estudios estadísticos demuestran que los diferentes movimientos tienen su punto más elevado, con seísmos de unos 5 grados cada 10 años, junto a otros menores que suelen ser imperceptibles sensorialmente. El más intenso en los últimos 50 años fue el de 28 de febrero de 1969, con 7,3º en la escala de Richter, con graves daños que afectaron a unas 250 edificaciones.

La probabilidad de un terremoto catastrófico como el de 1755 puede ocurrir con una periodicidad de varios siglos; algo muy diferente a lo que sucede en zonas sísmicas muy activas en las que los seísmos de alta magnitud pueden ocurrir cada 50 u 80 años. La sismicidad de nuestra provincia procede de una banda ubicada entre las latitudes 36 y 37ºN donde se encuentra incluida la falla transformante de Azores-Gibraltar, una zona de fractura importante. De hecho, la mayoría de los seísmos está relacionada con el límite de las placas euroasiática y africana.

Las edificaciones

El suelo onubense es rico en arenas sedimentarios, bastantes blandas que tienen una tendencia a favorecer una señal sísmica de bajo periodo, por lo que las edificaciones que se realizan de acuerdo a la normativa existente tiene un alto grado de sismoresistencia.Tener conciencia de lo que hay bajo nuestros pies y sin crear alarmismo es lo que responsabiliza de la necesidad de construcciones sismorresistentes. Eso es lo que debe hacerse tras el decreto de 1994 en el que se marca unas ciertas pautas de actuaciones en cuanto a la construcción de edificios de nueva construcción. España tiene normas sismo resistentes desde el año 1968, aunque se revisaron en 1974, después en 1994 de la que hubo posterior actualización. Los edificios que tienen menos de 45 años su riesgo de que se derrumben por un terremoto en Huelva es muy pequeño, aunque los anteriores a 1974, al no tener refuerzo de las estructuras y los materiales, la posibilidad de que se desplome es mayor.

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