The End. Al Aqualon se le apaga la llama que lo mantenía aún con vida. Los cines del centro comercial echan el cierre y con él se siembran de nuevo las dudas sobre la viabilidad de un complejo que no ha terminado de responder satisfactoriamente a criterios de rentabilidad económica y de calar en la sociedad onubense pese a sus numerosas reinvenciones. Es la crónica de una muerta anunciada.

Salvo improbable milagro de última hora en forma de oferta económica de un nuevo grupo inversor, la empresa exhibidora española Grupo Ábaco CineBox, en fase de liquidación, cerrará el próximo 31 de agosto las nueve salas de que dispone en el centro comercial, lo que dejará en la calle a una plantilla que paulatinamente ha ido reduciendo su número de efectivos debido a la delicada situación de la empresa.

Tras casi dos años desde que hubo de recurrir a la petición de liquidación por su incapacidad para hacer frente a la deuda contraída, el grupo valenciano se ha visto obligado a poner fecha a su agonía con el cierre el próximo día 31 de las salas que aún mantenía abiertas en Burgos, Irún y Huelva, que a partir de ahora sólo contará con las salas del complejo Holea para proyecciones cinematográficas comerciales en la capital.

"La empresa está en fase de liquidación y el objetivo es cerrar o traspasar todos sus activos. Ha habido conversaciones con otras empresas, pero si no han cuajado, tarde o temprano, los cines se acabarán cerrando", confirmaron fuentes del grupo Ábaco Cinebox, que no ha podido resistir los azotes, entre otros factores, del alza del tipo del IVA cultural al 21%, del precio de las entradas, de la piratería, del perjuicio de las descargas por internet y de la crisis económica, lo que se traducido en una drástica reducción de espectadores a la que, en el caso del Aqualon, ha podido contribuir también la degeneración de su oferta comercial y de ocio.

La comprometida situación de la empresa, además, ha provocado que en los últimos meses los trabajadores se hayan tenido que multiplicar en el ejercicio de sus tareas asumiendo otras no desempeñadas anteriormente, al tiempo que han aumentado las críticas de los usuarios denunciando la desidia de la empresa en el mantenimiento, limpieza y conservación de las salas.

El Grupo Ábaco CineBox se constituyó en junio de 2006 tras adquirir los Cines Ábaco a su competidora CineBox (propiedad la promotora de centros comerciales y de ocio GMR), por la que pagó alrededor de 60 millones. Tras la fusión, Ábaco CineBox se convirtió en el tercer grupo del sector de la exhibición de cine, con 44 complejos multisala (450 pantallas repartidas por todo el país) y con una plantilla de alrededor de 1.200 trabajadores en 2006.

Pero su gloria fue efímera. Desde el 2007, el grupo, participado en un 83% por fondos de inversión que gestiona Mercapital y en un 17% por los antiguos propietarios de Ábaco, lleva acarreando un concurso de acreedores por una deuda que alcanzaba los 288 millones de euros y que le obligó entonces a cerrar catorce complejos con un total de 112 salas.

El grupo estuvo a punto de ir a liquidación a finales de 2010 tras ser rechazada la propuesta de convenio, aunque Bancaja, principal acreedora, apoyó el recurso y el juez autorizó la propuesta en 2011, lo que le permitió salir del concurso gracias a un plan de viabilidad que incluía una operación con una quita el 70% que rebajó su deuda hasta los 65,23 millones de euros mediante la cesión de inmuebles y la bajada de alquileres.

Sin embargo, lastrada por la merma de espectadores, la sociedad no pudo cumplir el convenio de acreedores aprobado en 2011 y, tras no fructificar su venta, se dictó auto de liquidación, momento a partir del cual comenzó a deshacerse de unos activos que hoy sólo conserva en Burgos, Irún y Huelva, donde las 9 salas a punto de cerrar aterrizaron con la apertura del Aqualon en 2004.