La vida de Marta de Frutos Álvarez (44 años) dio un vuelco hace ahora casi 20 años cuando el coche en el que viajaba sufrió en agosto de 1996 un accidente al circular por la carretera que asciende a los míticos Lagos de Covadonga (Asturias), del que quedó tetrapléjica con un grado bastante alto por lesión medular C4-C5. Parecía que con solo 25 años su vida se había venido abajo.

Pero nada más lejos de la realidad porque esta madrileña diplomada en Trabajo Social, que pasa habitualmente largas temporadas de verano en Punta Umbría, además de otros periodos vacacionales, ha encontrado en la pintura la mejor forma de evadirse y superar psicológicamente las secuelas de aquel grave accidente, que sin duda ha marcado su vida.

Ganas de superación no le faltan y, pese a su situación, da ánimo a otras personas con su misma problemática haciendo uso de frases como: "podemos ser discapacitados en cuerpo, pero no en espíritu y mente, y la pintura es una buena forma de demostrarlo", al igual que opina que "quien quiere algo y pelea por ello busca cualquier medio para conseguirlo, el resto son excusas".

Marta de Frutos siempre ha sido aficionada a la pintura. Que ella misma recuerde, a los nueve años comenzó aprendiendo en academias infantiles, para después seguir formándose de forma prácticamente autodidacta en casa.

No obstante, el accidente le impidió en principio poder seguir dedicándose a esta afición debido a la falta total de movilidad en sus extremidades.

El hecho de retomar los pinceles, explica, tuvo su origen en el centro de rehabilitación de la Asociación de Parapléjicos y Grandes Minusválidos de Madrid (Aspaym), actualmente Fundación de Lesionados Medulares, donde en el año 2000 se pusieron en marcha varios talleres, entre ellos uno de pintura. Pese a que le propusieron participar retomando así su vieja afición por la pintura, aunque lógicamente ahora con la boca, al principio no le gustó mucho la idea. No obstante, asegura, "al tiempo me lo replanteé, cogí los pinceles, y me metí de lleno en esto".

Posteriormente, y a raíz de una exposición colectiva en el Aeropuerto de Madrid, en la que participaron todos los alumnos del taller, la Asociación Española de Pintores con la Boca y con el Pie se interesó por ellos, sus responsables visitaron el centro y su taller de pintura y propusieron a Marta para optar a una beca con la que poder seguir formándose, la cual llevan ya cuatro años concediéndole. La misma le sufraga los gastos del material, los libros didácticos, y hasta las clases particulares de una profesora tres horas al día. El principal objetivo: formarla para poder dedicarse en el futuro profesionalmente a la pintura y, "la verdad, estoy muy contenta" afirma Marta.

La pintura "supone para mí evasión total", prosigue, y aunque sigue necesitando ayuda externa para pintar, asegura que se mete en su mundo y que "es una forma de autosuperación. Me marco retos y los voy superando y, en definitiva, ha sido un revulsivo en mi vida al que dedico muchas horas evitando estar pensando en otras cosas".

Por otra parte afirma que su pintor favorito es Sorolla. "Sus colores pastel no muy fuertes y las marinas me apasionan" afirma. Su estilo, al igual que el de Sorolla, es más bien realista: "me gusta pintar lo que veo y tal como lo veo".

Se da la circunstancia de que quien quiera conocer en primera persona el trabajo de Marta puede hacerlo estos días en la sala Teatro del Mar de Punta Umbría, con motivo de su primera exposición en solitario. Una colección de 40 acuarelas con motivos de paisajes, marinas y edificios, muchos de ellos inspirados en la localidad costera onubense, de la que se considera una apasionada.

La colección está abierta al público en principio hasta hoy, en horario de 20:30 a 23:00, aunque es muy probable que se prolongue unos días más su apertura dada la gran afluencia de visitantes que está registrando.

Finalmente, Marta de Frutos afirma que el apoyo de su familia "ha sido fundamental y definitivo" a la hora de poder dedicarse a la pintura", al tiempo que concluye con otro mensaje positivo: "todo se basa en intentarlo, hacerlo, y no quedarte en un rincón. Con ello solo consigues amargarte tú misma y a todos los que están a tu alrededor. Es difícil pero se puede".