desde el curso 1933-34 | una institución en la vida de la ciudad

Los hermanos Maristas dicen adiós tras más de ocho décadas

  • La falta general de vocaciones obliga a una reorganización en las comunidades Esperan poder volver algún día, mientras el colegio seguirá con sus actividades y dirigido por seglares

La marcha de los padres Agustinos tras finalizar el curso de 1931 y el cierre de su colegio de la calle Puerto, llevó al arcipreste Julio Guzmán a solicitar la presencia de los marianistas de Jerez en nuestra ciudad para que ocuparan este espacio educativo. Sin embargo, no se sabe cómo aquella carta llegó a los Maristas de Sevilla, que accedieron a lo solicitado. En octubre de 1933 se empezaron las clases del primer curso en el colegio que se ubicó en una pequeña casa de la hoy calle Palos de la Frontera. Se deniminó Colegio Colón, que era el nombre de la calle. Desde entonces han pasado 82 años y numerosas generaciones de onubenses fueron testigos de los distintos centros del colegio de los Hermanos Maristas a lo largo de este tiempo. El curso que ahora finaliza es el último para la comunidad que se creó aquí en Huelva con el hermano Evelio. No dicen adiós para siempre, esperan volver cuando hayan más vocaciones, sin embargo el colegio seguirá como baluarte educativo de la ciudad.

Los motivos de la marcha no son otros que la falta de hermanos maristas. Los que van quedando se redistribuyen en diferentes centros dependiendo de las necesidades. La Comunidad Marista de Huelva la forman seis hermanos, de ellos sólo uno permanece en activo y los demás están jubilados. Es una decisión dolorosa, pues en estas ocho décadas los hermanos Maristas se ganaron el afecto de la ciudad, muchas generaciones pasaron por sus aulas y siempre siendo referentes en la calidad de la enseñanza. Esto se demuestra tan fácilmente por el hecho de que cada año la opción por el colegio de nuevos alumnos se desborda respecto al número de plazas ofertadas.

El hermano José Luis de Vicente, que es de Huelva y antiguo alumno del colegio, señala que "la marcha de la comunidad no quiere decir que tenga que ser definitiva, por lo que se van a mantener como están las dos plantas del edificio dedicadas a la comunidad".

Reconoce que tanto en los Maristas de España, como en el resto de Europa, "se vivió una gran primavera en los sesenta, con grandes seminarios llenos y poco a poco ha ido de caída. La razón se puede ver en el desarrollo de una sociedad de consumo y la familia nuclear, con lo que las vocaciones fueron a la baja". Un tiempo que coincide con el Concilio Vaticano II, "que promueve realzar la vocación seglar, el papel del hombre y la mujer dentro de la Iglesia, aunque la mujer no tiene todavía todo el reconocimiento que debiera, cuando llevan muchas tareas, como la catequesis, la transmisión de la fe...".

Los hermanos estarán oficialmente en Huelva hasta el 1 de septiembre, que será cuando pasen a otras comunidades. Sin embargo estos días están resultando para todos como el final de una etapa, al coincidir con la clausura del curso académico y el adiós de todos. Este es un año que llevan "con mucha pena, ha sido difícil, de tristeza para la todos", reconoce De Vicente. Los Maristas de Huelva pertenecen a lo que llaman la provincia mediterránea, en la que se encuentra incluida Andalucía junto a Badajoz, Valencia, Murcia, Italia y Líbano-Siria, "donde están los llamados Maristas Azules, resistiendo la guerra, en un sitio donde siempre hubo respeto a todas las religiones y ahora no, es que les azuzan desde fuera".

El hecho de que los hermanos se marchen no afectará a la buena marcha del Colegio Colón, que sigue dirigido por los hermanos Maristas, desde las directrices del provincial, y por los seglares Maristas, "que tienen tanta importancia como los hermanos, pues siguen el mismo espíritu". Hace algunos años que en Huelva la dirección del centro no la lleva ningún hermano y sí seglares. José Luis de Vicente señala que viene bien irse turnando, pues esa movilidad es enriquecedora: "El salir, el comenzar, debería ser algo habitual, ir a las fronteras, estar siempre disponibles. Ocurre que en los sitios se echan raíces y siempre te faltan cuatro años más. Hoy las redes sociales te permiten mantener el contacto y en eso nos mantendremos". El colegio seguirá igual, con los mismos principios, desarrollando los ideales de la educación Marista: "Educar buenos cristianos y honrados ciudadanos, que era la máxima del siglo XIX de nuestro fundador, que viene de los principios de la revolución francesa". "Es, sin duda, una idea de mucha actualidad, además siempre con el espíritu Marista, al estilo Marista con la Buena Madre", matiza.

La comunidad mantendrán su colegio en Huelva e igualmente otras actividades, como la atención social que desarrolla en el barrio de Pérez Cubillas a través de Sed, su ONG Marista. El colegio está cada vez más implicado en la solidaridad y que los alumnos conozcan la realidad social. Así, los de Primero de Bachillerato participan en el proyecto integrado que les lleva a instituciones solidarias, para mantener vivo el espíritu de "lo que se recibe gratis, dadlo gratis". José Luis de Vicente dice que "nos llevamos el cariño de la gente de Huelva de estas ocho décadas".

La última Comunidad Marista de Huelva está integrada por el superior Juan José Mina Ezpeleta y los hermanos Andrés Arnaiz Arroyo, Eliseo Ortega Moreno, Esteban Aparicio Mancilla, Juan García Martínez y José Luis de Vicente Carmona, que han recibido un caluroso homenaje de la familia marista de Huelva.

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