Al maestro de esgrima se le escapó la estocada del cogobierno en la capital, pero ha logrado reforzar su poder institucional en este nuevo mandato: Pedro Jiménez San José (Huelva, 1958), que al menos durante los tres próximos años seguirá siendo coordinador provincial de IU, ocupa ya asimismo los cargos de presidente del grupo municipal izquierdista en el Ayuntamiento de Huelva y la portavocía en la Diputación.

-En la Agrupación local del PCAH hubo críticas sobre su acumulación de poder.

-Sobre esto puede haber distintas visiones, pero si lo analizamos, no hay concentración de cargos. Hay que tener en cuenta que cualquier diputado provincial necesariamente tiene que ser concejal. Yo tengo las mismas responsabilidades que tenía antes Rafael Sánchez Rufo, que era y sigue siendo secretario de Organización, era concejal de Aljaraque y diputado. Si él hubiese repetido como concejal, hubiese seguido en Diputación, porque se ha hecho una valoración muy positiva de su trabajo y porque eso hubiese permitido optimizar los recursos igual que estamos haciendo en mi caso. Pero él no participó en las listas de las municipales y, de los concejales que teníamos en Huelva y su entorno, consideramos que la persona que mejor optimizaba los recursos en este momento era yo.

-Concrete lo de "optimización de recursos".

-Es un conjunto de cuestiones. Yo tengo ya un conocimiento importante de la provincia y de los problemas de las comarcas por los años que llevo como coordinador provincial. No he dejado de recorrerme la provincia. Reúno requisitos para desempeñar, al menos con unas mínimas garantías, el puesto de diputado provincial y hacerlo compatible también con mi responsabilidad como coordinador provincial.

-A nivel orgánico será Arazola el portavoz municipal, pero en la praxis, ¿seguirá siendo usted el protagonista?

-Sí. Yo asumo la Presidencia del grupo y seguiré llevando la voz cantante y siendo su interlocutor tanto interna como externamente. Pero haremos un trabajo en equipo, como hemos hecho siempre. Habrá tres áreas y en ellas se repartirá el protagonismo en el Pleno: Mónica Rossi llevará políticas sociales; Arazola, economía; y yo, urbanismo y medio ambiente. Creo que esto es más una cuestión de imagen, de protocolo... pues quien encabezó la candidatura de las municipales he sido yo.

-Una cuestión de imagen pero también la vía para obtener dos sueldos.

-Eso forma parte de lo que llamo optimizar los recursos. Que Juanma actúe como portavoz en el Ayuntamiento y yo en la Diputación nos permite dedicar todo nuestro tiempo al trabajo institucional y orgánico.

-Entonces, de cara a 2019, ¿puede volver a ser usted alcaldable o cabe la opción de Arazola?

-Ni nos lo hemos planteado. La decisión de nombrar a Juanma portavoz del grupo no responde a ninguna estrategia a cuatro años vista, sino a la situación del momento actual. Insisto, optimización de recursos. No hay otra argumentación.

-Usted ha sido candidato a la Alcaldía en tres ocasiones, ¿permiten los estatutos de IU que se presente una cuarta vez?

-Sí, sí... Mientras se supere el 60% de apoyo de la Asamblea Local, no hay ningún inconveniente. Lo que habrá que hacer es otro tipo de valoraciones, más allá de lo estatutario. Normalmente, cuando se decide si uno repite, lo más importante es si políticamente es conveniente o no y si en ese momento hay en otra persona que esté en mejores condiciones, que genere más consenso, que movilice a la gente más o que sea mejor cartel electoral.

-En la entrevista publicada en mayo por este periódico dijo: "Hay mucha gente que está deseando que deje la política activa y me marche". ¿No cree necesaria una renovación?

-Sí, claro que es necesaria, pero cuando lo decida la organización, no opinadores o poderes fácticos. Cuando yo decía eso desde luego no me estaba refiriendo a lo interno de mi organización, sino a voces que desde fuera desean que yo deje de estar en primera línea de la política. Yo daré un paso al lado o un paso atrás pensando en mi organización, no porque lo diga nadie, ni en un medio de comunicación ni desde otro ámbito que no sea el de IU.

-¿Qué asuntos marca como estratégicos en su debut como diputado?

-Nosotros vamos a dar continuidad al trabajo que ya venía realizando Sánchez Rufo. Lo que vamos a plantear es que la Diputación vuelque todos sus esfuerzos en los pueblos de la provincia, que trate de amortiguar los efectos nocivos que va a tener en los ayuntamientos la Ley de reforma de la administración local y al mismo tiempo defender inversiones que creen empleo y que se destinen, por ejemplo, a mejorar la red provincial de carreteras, junto al desarrollo de las políticas sociales, sobre todo, todo lo que tiene que ver con la Ley de Dependencia.

-Ya que usted es el rostro más conocido de IU, ¿no baraja presentarse a las elecciones generales?

-Pues tampoco me lo había planteado. Nunca he aspirado a otra cosa distinta que a ser alcalde de esta ciudad. Me presenté en 2007 y desde entonces no me he movido del Ayuntamiento de Huelva, aunque tuve la oportunidad de dar el salto a la Junta cuando formábamos parte del Gobierno andaluz, pues Diego Valderas me ofreció esa posibilidad y la rechacé porque opté por ser alcalde. Nunca he estado en posición de presentarme a las elecciones autonómicas ni a las generales. Yo voy a agotar mi recorrido institucional en el Ayuntamiento.

-Ya avanzó que para las generales buscaría confluencia con Podemos. ¿Cómo están sus relaciones con el partido violeta?

-Vamos a trabajar por candidaturas de unidad popular. Las relaciones son cordiales. Recientemente hemos tenido un encuentro con los responsables de Podemos en Huelva capital. Hemos hablado de esa posibilidad. Ellos en este momento son conscientes de que la posición de su partido a nivel estatal no coincide con la que nosotros mantenemos, pero también es cierto que, en Andalucía, Podemos mantiene una posición diferente. Y aunque en este momento no se ha concretado ningún tipo de acuerdo, tampoco se ha rechazado absolutamente nada. Hemos quedado en seguir teniendo contacto. Nosotros vamos a seguir trabajando con o sin Podemos en la constitución de una candidatura de unidad popular, formada por varias organizaciones bajo un nombre diferente aceptado por todos, sin que eso significa que desaparezca ninguna sigla ni se disuelva ningún partido. Se trata de hacer posible la derrota del bipartidismo.