Intensa sesión literaria en torno a la figura y obra de Juan Ramón Jiménez, propiciada por la Fundación Juan Manuel Flores Jimeno. Una lectura colectiva complementada con los dibujos del nobel moguereño, realizados en directo por Alfonso Aramburu para cada uno de los participantes. El escenario elegido fue el salón de actos del centro cultural de la Fundación Caja Rural del Sur, que desde las cinco de la tarde se impregnó de poesía juanramoniana.

El encuentro, en el que se rinde homenaje a Juan Ramón Jiménez, se enmarca en el proyecto Ven a leer Platero y yo, que se puso en marcha el pasado año con motivo del centenario de la primera edición de la elegía andaluza, una cita anual que la fundación quiere ahora que quede marcada en el calendario el 7 de abril, fecha de nacimiento de Juan Manuel Flores Jimeno.

El presidente de la fundación, Manuel Flores, comentó que en Madrid se lee todos los años El Quijote y con esta iniciativa lo único que se pretende es "trasladar la idea a Huelva" pero con la obra de Juan Ramón Jiménez. El pasado año fue el punto de partida de un proyecto que confían que perdure en el tiempo.

Ayer se llevó a cabo el segundo de estos encuentros. Con la audición del poema A mi alma, en la voz del poeta moguereño, comenzó la sesión literaria, en la que participaron más de ochenta personas: escolares, universitarios, profesores, miembros de asociaciones culturales y fundaciones, profesionales de la sanidad y el derecho, representantes del mundo cofrade onubense, poetas, pintores y periodistas, que leyeron capítulos de distintos libros de Juan Ramón Jiménez.

Lecturas articuladas a través de la conferencia El viaje de Juan Ramón hacia la eternidad, impartida por el catedrático José Antonio Carballar, que lleva quince años colaborando en actividades organizadas por la fundación. Carballar habló de la vida de Juan Ramón Jiménez, desde su nacimiento, el 23 de diciembre de 1881, y de su obra, que estructuró en tres etapas: la primera que denominó "sensitiva", "con influencia del romanticismo, el simbolismo francés, el parnasianismo y del modernismo de Rubén Darío". La segunda etapa, en la que apuesta por la sencillez y el verso libre, "va en busca del concepto", y la tercera, que el conferenciante calificó de "suficiente", en la que el nobel moguereño "empieza a filosofar acerca de la inmortalidad, de la eternidad. Se considera un creador, que crea belleza mediante la palabra".

Según Carballar, Juan Ramón Jiménez "hace una especie de peregrinaje en el mundo poético". Comienza con una poesía recargada y culmina en una etapa filosófica, "en busca de la eternidad".

Tras Moguer mío, a cargo de la vicepresidenta de la fundación, Otilia Jimeno, se sucedieron las lecturas de capítulos de distintas obras de Juan Ramón Jiménez.