Sin brotes verdes en el panorama hipotecario de la provincia. Las operaciones concertadas con los bancos para la financiación de inmuebles siguen en descenso desde hace ocho años. Un indicador claro de la deriva de la crisis. Huelva no llega actualmente ni a los niveles de concesión de hipotecas anteriores al boom inmobiliario. A mediados de los noventa se firmaban en la provincia más de 6.000 operaciones al año para la compra de viviendas, un 130% más de las que se formalizaron el año pasado.

A nivel nacional, circunscribiendo el cómputo solo a los inmuebles residenciales, en estos últimos días se ha anunciado un repunte del 1,6%, primera tasa positiva desde que comenzaran las turbulencias de la economía. Sin embargo, abriendo el espectro al conjunto de fincas urbanas y rústicas, el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta a un descenso del 4% al cierre de 2014. Y Huelva no contraviene la tendencia.

Las 4.065 hipotecas que se constituyeron el año pasado en la provincia representan un 5% menos que en 2013. Los cambios de fiscalidad (precipitando operaciones en el último mes de diciembre para no entrar en el nuevo ejercicio económico, más penalizado), desvirtúan un dato interanual excepcionalmente positivo.

En términos estructurales, sin embargo, la provincia sigue sin salir de esta sequía: al hecho de que los bancos no terminen de abrir el grifo se suma la crudeza de una situación en la que cada vez más familias están empantanadas en el desempleo y la precariedad económica.

En la trayectoria de las últimas dos décadas no se han registrado valores absolutos tan bajos como esas 4.065 hipotecas del último año. La cifra provincial ha caído un 86% desde los años de bonanza. En 2006, punto álgido de esta estadística, se formalizaron en Huelva un total de 28.403 operaciones.

Aunque el año pasado se concedieron 205 créditos menos que en 2013, el importe total de las operaciones se incrementó un 1%, ascendiendo el capital prestado a 371,7 millones de euros. El tipo de interés medio se situó en el 3,46% con un plazo medio de 21 años (en el caso de las viviendas fue del 3,50%, frente al 4,21 del año anterior).

En cuanto a la naturaleza de los inmuebles hipotecados, del total de 4.065, el 92% fueron fincas urbanas, esto es, 3.748 casos, sumando un capital de 291,5 millones de euros. Los préstamos relativos a viviendas sumaron 2.655 unidades, por un valor total de 208 millones de euros. En este mismo periodo, en 1.252 supuestos se modificaron las condiciones registrales, ya fuera para hacer novaciones (cambios producidos con la misma entidad financiera) o subrogaciones.

El año pasado se suprimieron 6.741 hipotecas en la provincia, de las que 285 afectaban a fincas rústicas; 3.977 a viviendas; 282 a solares; y 2.197 a inmuebles de otra tipología.

La hipoteca de solares se saldó con 114 operaciones por una cuantía global de 23,9 millones de euros y también hubo 317 casos de fincas rústicas por un montante de 80,2 millones. En esta última tipología inmobiliaria sí ha mejorado la estadística respecto a 2013, ya que en el último año se incrementó un 7% el número de hipotecas de terrenos y construcciones en suelo rústico.