Cintas de la Policía Local en cada una de las puertas de acceso al Parque Zafra dan buena cuenta de la clausura de un espacio verde, el único del centro de la capital, no exento de polémica. En primer lugar, porque las antiguas instalaciones de Fripesa (Frigoríficos Huelva SA) que lindan con el parque han sido objeto de ocupación ilegal e incendios (el último, el pasado miércoles) en los últimos meses y, en segundo, por la propuesta que el alcalde de la capital, Pedro Rodríguez, hace en su libro, Huelva, un sueño de futuro, de alzar edificaciones residenciales en el borde de este espacio.

En la actualidad el parque permanece blindado hasta nuevo aviso. O más bien hasta que la empresa onubense Demolitrans S.L, a la que el Ayuntamiento le ha adjudicado de forma urgente y por 132.000 euros el derribo y limpieza de la nave abandonada que fue pasto de las llamas la semana pasada, inicie los trabajos, lo que ocurrirá de forma "inminente". Será entonces cuando, si los técnicos municipales lo consideran pertinente, se delimite un nuevo perímetro de seguridad que sí permita de nuevo el acceso al parque.

Aunque la valla que separa la instalación industrial del parque no fue destruida en el incendio, fuentes del Ayuntamiento indicaron que de momento se ha clausurado todo el parque "de forma preventiva" para evitar el acceso a la nave, cuyo estado es "precario", y evitar así cualquier desgracia. La medida, a su juicio, no es desproporcionada, ya que se trata de garantizar la seguridad. En el incendio, aparentemente intencionado (las investigaciones iniciales apuntaron a que el fuego tuvo focos en distintas estancias de la nave en desuso), se desplomó parte de la techumbre de la nave, construida con uralita y, por lo tanto, con amianto en su composición, un material ya prohibido por su toxicidad.

El derribo de la nave, un asunto recurrente desde hace años, finalmente fue incluido por el Ayuntamiento en un proyecto que sacó a concurso hace justo un año: la construcción, en la parcela del inmueble de Fripesa, de un complejo deportivo privado que supondría cinco millones de euros de inversión, la creación de 18 puestos de trabajo y que daría cabida a otras actividades.

Según aseguraron ayer desde la Gerencia de Urbanismo, el concurso quedó desierto y en estos momentos el Ayuntamiento busca inversores para iniciar un procedimiento negociado. En principio, según las mismas fuentes, el proyecto se mantiene en los mismos términos, aunque de momento no hay "ninguna" empresa interesada.

Según el proyecto básico aprobado en Junta de Gobierno local el 17 de febrero de 2014 y del que dio cuenta en su día en rueda de prensa a el teniente de alcalde de Desarrollo Urbano, Francisco Moro, el complejo deportivo ocuparía una superficie aproximada de 4.000 metros cuadrados aunque la actuación implicaría una superficie total de 13.600 metros cuadrados, mediante la urbanización y ajardinamiento de más de 9.000 metros cuadrados de zonas verdes y espacios públicos, incluyendo 52 plazas de aparcamiento.

El acceso a las nuevas instalaciones deportivas se habilitará desde la avenida Hispanoamérica y se construirá un edificio cubierto para albergar, como mínimo, nueve pistas de pádel, con separaciones de vidrio y una pista central con graderío para competiciones con capacidad para 900 espectadores.

El proyecto también contempla la construcción de un edificio anexo de tres plantas, con una altura máxima de diez metros, con destino a club social, administración, gimnasio, tiendas, salas de calentamiento, fisioterapia, vestuarios y cafetería. El complejo incluirá, además, salas para el desarrollo de actividades según demanda, como spinning, pilates o bailes de salón.