Bernard Vallat. Director general de la organización mundial de salud animal

"Jugar con el miedo para ganar dinero es sucio"

  • El científico francés defiende el papel clave de los veterinarios para actuar en el foco de enfermedades mortales entre los humanos

Bernard Vallat está al frente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) desde 2000. Este veterinario francés (1947), con experiencia en la investigación de enfermedades víricas en África en sus inicios profesionales, defiende el control público para evitar que males de origen animal se conviertan en un problema de salud humana. Hace unos días recibió en Huelva uno de los premios Albéitar, del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios.

-La vigilancia de la OIE es clave.

-Preparamos normas para prevenir y controlar las enfermedades animales, que los países aprueban y se comprometen a respetar. Porque una enfermedad contagiosa en un país que no sigue una prevención adecuada es un peligro para el resto del mundo. Se necesita una disciplina mundial. Este trabajo es importante para asegurar la producción pecuaria para alimentos. Se espera un incremento de la demanda del 50% en los 20 años que vienen, y la producción animal debe tomar precauciones para la prevención de enfermedades.

-El 75% de las enfermedades emergentes tienen un origen animal. El dato les da la razón.

-El 60% de las enfermedades humanas tienen un origen animal, y el 75% de las nuevas, también. De ahí que el papel de la prevención y control de las enfermedades animales tenga un interés enorme para la salud pública. Es mucho más rentable apoyar a los veterinarios a prevenir las enfermedades en su fuente animal que esperar una crisis para curar a los humanos enfermos. El costo sería mucho más pequeño si los veterinarios tuvieran los recursos adecuados para trabajar de una manera más eficaz.

-Un lema de la OIE es "un mundo, una sola salud". ¿Por eso insisten en crear un fondo común?

-La sanidad animal y la salud humana tienen tantos vínculos que hay que tratar esto de una manera coordinada entre los veterinaria y los médicos. La salud es un concepto muy común.

-El ébola tiene un origen animal. ¿Se podría haber gestionado de otra forma la crisis actual?

-Hasta esta crisis de Sierra Leona y Guinea, los brotes humanos de ébola se limitaban a pueblos, con un máximo de cien personas muriendo en una zona muy localizada, después de contactos con animales infectados, como monos, que se encuentran muertos y la gente los come. Sabemos que estos monos son infectados por murciélagos. El tema sería poder invertir en un mapa de la presencia del virus en murciélagos para prepararse en caso de brote humano. Si hay una vacuna nueva, se podría aplicar a la gente que está muy cerca de las zonas infectadas por el virus. No haría falta vacunar a toda la población.

-En España se generó un debate sobre el sacrificio del perro de la enfermera afectada. ¿Fue acertada la decisión tomada?

-Es el debate alrededor del principio de precaución. Se tomó una decisión a partir de la voluntad de no crear un riesgo. Se sabía, por estudios científicos, que unos perros fueron encontrados con una serología positiva de ébola pero no se sabía si el perro podía infectar o no a otros animales o a gente. Existía la posibilidad teórica de que un perro contagiado con ébola excretara el virus.

-Decían que era más valioso dejarlo vivir para su estudio.

-Pero había un problema de logística para transportar a este animal con un riesgo de excreción viral y había que preparar para él un equipo especial en un laboratorio de alto nivel de investigación. Seguro que era muy complicado hacerlo.

-¿Los países occidentales no están preparados para el ébola?

-Nunca se habían preparado para una crisis como ésta en hombres o animales. Pero va a ser una buena lección para que se preparen.

-Los sacrificios también se dan en el caso de la influenza aviar.

-Pero el sentimiento es distinto entre perros y aves. Si entra el virus de la influenza aviar en un país y se puede detectar de una manera temprana, antes de que se expanda, la mejor manera de parar totalmente el problema es destruir los animales infectados y hacer la desinfección de la finca. Si no se hace, sabemos que una parte importante de los animales que se recuperan va a continuar excretando el virus sin síntomas, y eso es como una bomba. En los países en desarrollo, la detección temprana no se hace y no hay presupuesto para eliminar a los animales.

-¿Qué han aprendido de las vacas locas y lengua azul?

-El problema fue que era ya demasiado tarde cuando la comunidad internacional se dio cuenta de que era un problema muy grave. No había un sistema de vigilancia que permitiera una detección temprana para bloquear este patógeno e impedir su difusión en el país y en el mundo. Fue un problema político porque Reino Unido no tenía recursos adecuados para un sistema veterinario de detección temprana de problemas. Margaret Thatcher privatizó casi todo y no había un sistema de vigilancia muy eficaz. Y esto fue un problema enorme.

-Volvemos a la necesidad de invertir en la prevención.

-Necesitamos una red territorial de veterinarios privados y públicos que trabajen en cooperación para la detección temprana de eventos biológicos y proponer respuestas inmediatas para evitar la difusión del problema. Eso es realmente una norma de la OIE que se recomienda a todos los países. Y sabemos que los países donde hay ultraliberalización son las primeras víctimas de las crisis.

-¿Hay motivos para preocuparse en Andalucía por la aparición de nuevos brotes en la ganadería por la cercanía de África?

-La OIE está negociando un acuerdo con España para fortalecer la oficina que tenemos para el norte de Africa, en Túnez. En España se analiza mucho este riesgo. Por ejemplo, tuvieron fiebre aftosa y hemos trabajado con ellos, con el apoyo también de Bruselas. No llegó a Marruecos porque allí hicieron una vacunación temprana y los servicios veterinarios marroquíes son buenos, los mejores de África, muy fuertes, con buenos presupuestos y gente bien capacitada. Hemos trabajado muy duro con ellos para esto y esto directamente ha protegido a España. Otro tema es la fiebre del valle del Rift, más peligrosa porque está presente en Mauritania y puede ir más al norte. Es una enfermedad vectorial y es casi imposible erradicarla. Si entra en Europa es un problema pero hay vacunas.

-¿Y la peste porcina?

-Los musulmanes no tienen muchos puercos, por eso el peligro de la peste porcina clásica o africana en África está al sur del Sahara. Hay poca posibilidad de que entre a través de los países del norte del continente. Además, Europa es la región más organizada del mundo a nivel de prevención de enfermedades animales gracias a crisis como las vacas locas, adoptando las medidas más fuertes del mundo.

-¿Hay riesgo de que surja una gran enfermedad mortal?

-Cada vez que hay una amenaza como la influenza aviar hay gente que se dice científica que publica errores enormes. Al principio de la crisis de las vacas locas, investigadores de muy alto nivel anunciaron un millón de muertos con estudios con modelos matemáticos totalmente falsos, usando el miedo para ganar dinero y tener más recursos para sus programas de investigación. Cuando apareció la influenza aviar H5N1, los modelos salieron con millones de muertos y en la OIE dijimos que eran totalmente falsos. No hemos jugado con esto para aumentar nuestros presupuestos porque es algo realmente sucio. En Francia, cuando había el H1N1, un cóctel de virus porcino, aviar y humano, hablaron de una pandemia y compraron 40 millones de vacunas para esto por una gripe que tiene un riesgo inferior a la gripe humana de invierno. Hay miedo y hay economía. Por eso las predicciones hechas por personas que no son veterinarias eran falsas. Pero existe el riesgo potencial de aparición de un killer, un virus mortal que va a matar a millones de humanos. Teóricamente es totalmente posible. Por eso hay que invertir en la prevención e investigar en la fauna y hacer modelos realistas de predicción con gente honesta.

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