josé carlos garcía catedrático de biología marina

"El mar es muy agradecido, a poco que se le cuide empieza a regenerarse"

  • Conocedor de los secretos que ocultan las aguas, este científico apasionado da la voz de alarma sobre la situación del mar, pero apostando por una explotación regulada de sus recursos

-El mar... Siempre ha sido una frontera para el hombre y, pese a los avances científicos y técnicos, un gran desconocido.

-Es un desconocido por imperativo físico. El agua tiene una densidad casi mil veces superior al aire, lo que significa que no se deja ver desde fuera. Esto supone una barrera tremenda, ya que cambia el concepto físico, químico y biológico de la vida. Cuando uno bucea se da cuenta de hasta qué punto los hombres estamos lejos del mar.

-Sin embargo, todos los seres vivos venimos del mar...

-Sí, la vida se gestó claramente en el medio acuático, aunque no está muy claro si fue en aguas dulces continentales o en aguas marinas.

-Es un medio en el que la vida bulle.

-En el mar, que tiene una profundidad media de unos 3.800 metros y ocupa aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie del planeta, hay vida den todas partes, desde la mismísima superficie hasta las profundidades mayores, como las Fosas Marianas. Eso sí, la mayor parte de las especies están acantonadas cerca del fondo, el lugar donde realmente la diversidad biológica marina se ha expresado a lo largo de la evolución con mayor finura, entre otras razones porque es un medio más estable y heterogéneo, como se ve en cualquier inmersión pequeña en un arrecife de coral: uno puede ver peces en la columna de agua, pero donde realmente aparece el color y la diversidad de formas de vida es en el fondo.

-¿Y qué peso tienen las especies marinas en el mapa general de la vida?

-Sólo el 20% de las especies que están descritas son marinas, pese a la inmensidad del medio. Es evidente que la evolución en el mar ha tomado un derrotero más lento que en la tierra, algo que se debe fundamentalmente al sistema físico. La vida nació en el mar hace 3.500 millones de años y no llegó a la tierra hasta hace 350 millones de años. Pese a esto, la evolución en la superficie se disparó hasta el punto de que hay muchas más especies en tierra pese a haber albergado mucho más tarde la vida. Ya lo he dicho antes: el mar es un sistema muy estable, lo que tiene como consecuencia la ralentización de la evolución. Las estimaciones es que en el planeta hay entre 10 y 30 millones de especies y, en el medio marino aún quedan muchas por descubrir, sobre todo en las zonas más profundas.

-Hablemos del mar como recurso económico. Todo indica que en este medio se está produciendo una evolución parecida a la que se dio entre el Paleolítico y el Neolítico. Es decir, se está pasando de la caza (pesca) a la agricultura (acuicultura). ¿Hay un problema de sobreexplotación pesquera?

-Como norma general sí, con independencia de que hay zonas donde se está pescando de una manera muy selectiva. Pongo como ejemplo la Cofradía de Conil, que para mí es emblemática en la forma que tiene de explotar los recursos pesqueros locales, usando artes selectivas y artesanales. Sin embargo, es verdad que casi todos los caladeros están sobreexplotados. Ahora bien, dependiendo de que una determinada especie tenga una tasa de renovación más rápida o más lenta el problema es mayor o menor. No es lo mismo dedicarse a pescar meros, un gran depredador con una tasa de renovación muy lenta, que atún rojo del Atlántico. Esta última especie se declaró en 2009 en peligro de extinción comercial, estaba al borde del colapso, pero ha demostrado que tiene una capacidad reproductiva enorme y se ha recuperado muchísimo en el momento en que la comunidad internacional ha tomado medidas. Eso da un mensaje muy positivo: el mar es tremendamente agradecido, a poco que se cuide empieza a regenerarse.

-¿Y la acuicultura?

-Está condenada al éxito, entre otras cosas porque ahora mismo somos siete mil millones de personas en el planeta y para 2100 se contempla que superemos los diez mil millones. Es decir, que nos hemos convertido en una plaga y tenemos un problema. Eso no quiere decir que tenga que desaparecer la pesca, la cual se puede seguir ejerciendo de una forma mucho mejor regulada.

-Otro problema del mar es que se ha convertido en un vertedero, incluso alberga esos enormes archipiélagos de plásticos... Hemos pasado de la isla Utopía de Moro a las islas de desechos industriales. Triste balance.

-Existen varias de estas grandes islas formadas por desechos de plástico. En el Pacífico hay por lo menos dos que son impresionantes. He visto imágenes de barcos atravesándolas y no se ve el agua. El problema es que los plásticos son muy prevalentes en el tiempo, pero al final se degradan y producen dioxinas y otra serie de compuestos muy perniciosos para la salud del ecosistema, con independencia de que sean ingeridos por numerosos organismos, entre ellos atunes, tortugas y cetáceos, provocando importantes mortalidades al respecto. Sobre el medio submarino también habría que llamar la atención, ya que históricamente las personas que tienen embarcaciones, como no ven el fondo, tiran muchas cosas por la borda. No ha habido una educación al respecto y los fondos del mar están llenos de basuras. Debería usted ver lo que los clubes de submarinistas sacan del mar cuando hacen las jornadas de fondos limpios.

-Recientemente, en una entrevista realizada por Alejandro Duque, el escritor Félix de Azúa criticaba con amargo sarcasmo lo sucio que está el Mediterráneo.

-El Mediterráneo, al ser un mar cerrado, es muy vulnerable. Sin embargo, como decía Margalef, es un ejemplo precioso de la tendencia general de los fluidos a disipar su energía cinética en corrientes de inercia.

-¿Y eso que significa?

-Significa que el Mediterráneo goza del privilegio de ser el sumidero permanente de aguas superficiales del Atlántico, que penetran de forma continua en el Mare Nostrum a un ritmo de casi dos millones de metros cúbicos por segundo, algo que se produce gracias al desnivel que hay entre los dos mares (el Mediterráneo está un poco más bajo). Esa corriente atlántica, al llegar a la parte oriental del Mediterráneo, se calienta mucho, pierde agua por evaporación, aumenta su salinidad, se hace más densa y se hunde, con lo que se crea una corriente profunda, a modo de correa de transmisión, que hace que el agua profunda del Mediterráneo también salga permanentemente hacia el Atlántico a través del Estrecho. Ese sistema, como usted comprenderá, tiene un efecto renovador impresionante y es lo que hace que el Mediterráneo esté de salud mucho mejor que lo que la gente piensa. Sin embargo, es cierto que la presión del hombre, sobre todo en la franja litoral, es muy intensa.

-Inevitable preguntar por el cambio climático y el supuesto aumento del nivel del mar que producirá la fusión de los casquetes polares.

-Es un problema muy serio. El deshielo cada vez es mayor y el nivel del mar está subiendo en torno a 1,8 milímetros por año desde el último siglo. Esto quiere decir que los territorios que estén menos emergidos, como las Maldivas, están condenadas a desaparecer en los próximos cien años y que zonas como la desembocadura del Guadalquivir y otras próximas se verán afectadas. Desde 2009, sin embargo, se había observado una ralentización del cambio climático pese a que habían aumentado las concentraciones de CO2 y otros compuestos, algo que había intrigado mucho a los investigadores. Pues bien, un reciente estudio publicado en la revista Science descubre que el Atlántico está ocultando ese calor perdido, a cambio, eso sí, de un aumento de la temperatura de sus profundidades...

-¿Como si guardásemos el polvo debajo de la alfombra?

-Exactamente. No sabemos muy bien lo que va a pasar. Lo importante es que, como figura en el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, para 2100 deben cesar las emisiones de CO2 pues nos estamos acercando peligrosamente al límite de seguridad de subida de la temperatura, de 2ºC, respecto a niveles preindustriales.

-Bajemos a la escala local. Con motivo del posible dragado en profundidad se habla mucho del estuario del Guadalquivir. ¿A qué nos estamos refiriendo concretamente?

-Ahora mismo se reconoce como estuario la parte del río que va desde la desembocadura en Sanlúcar de Barrameda hasta donde llega la honda de marea, es decir hasta la presa de Alcalá del Río.

-¿Y cuál es el estado actual del estuario?

-Muy malo, como el del Guadalquivir en general. El río está fragmentado por más de cuarenta presas, lo cual tiene unos costes medioambientales tremendos. Tenga en cuenta que una presa no sólo retiene el agua, sino las fracciones más gruesas de los sedimentos -de arena para arriba- que ruedan con los ríos. Por lo tanto, la presa va perdiendo volumen y hay que abrirla por abajo para limpiarla... Imagínese la cantidad de fango que se suelta de golpe... Gran parte de todo eso termina en el estuario. En el futuro habría que hacer un estudio sobre si no sería mejor extraer los sedimentos de la presa de Alcalá del Río desde dentro, con pequeñas dragas, lo cual podría no costar más de un millón al año. Tenga en cuenta que esos sedimentos van en gran medida al canal de navegación, por lo que el Puerto tiene que gastarse mucho dinero en los dragados de mantenimiento. Además, estos materiales se podrían usar para la agricultura y mitigar el enorme proceso de erosión que sufre la cuenca del Guadalquivir, un río cuyo estuario, como dijo hace poco el profesor Losada, es el segundo más turbio del mundo después del Ganges.

-La pregunta inevitable es si está usted de acuerdo con el polémico dragado en profundidad.

-Mi impresión es que este tema se ha politizado mucho, lo cual es normal si tenemos en cuenta que hay muchos intereses contrapuestos. El informe que realizó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es muy bueno y, según entiendo, varias de las conclusiones señalan que el dragado mejorará la desembocadura y el estuario. Otras de las conclusiones son totalmente neutrales y afirman que la obra no afectará ni a la turbidez ni al tapón salino. Sólo hay una conclusión, la de la erosión de márgenes, que es verdaderamente taxativa contra el dragado y señala que hasta que no haya una intervención decisiva para evitar esta erosión no se puede hacer el dragado. Por eso supongo que si el proyecto que el Puerto de Sevilla ha entregado esta semana -que cuenta además con una Declaración de Informe Ambiental positiva- satisface tanto a la Junta como a a Madrid se dará, finalmente, luz verde al dragado.

-Me imagino que en el estuario se ha perdido mucha biodiversidad. Hay auténticos símbolos, como el esturión o las anguilas.

-No sólo en el estuario, sino en todo el Guadalquivir. Presas, turbidez excesiva y contaminación son tres factores determinantes en la pérdida de biodiversidad acuática. La Universidad de Córdoba ha realizado recientemente un estudio demoledor sobre la fauna de peces del río: en el 41% de sus cauces fluviales donde se han recogido muestras no se ha encontrado ni un pez, y donde sí se han encontrado hay 14 especies exóticas por 13 autóctonas... Eso es muy fuerte. El estuario es un sistema verdaderamente perturbado porque, además, hay que sumarle la turbidez que, como hemos dicho, puede parcialmente provenir de la limpieza de sedimentos de la presa de Alcalá del Río, de la erosión de los terrenos cultivables y de los fertilizantes que llegan al agua procedentes de la actividad agrícola.

-Usted es el director científico del flamante Acuario de Sevilla. Normalmente se tiende a pensar en este lugar como un simple lugar de turismo y ocio, pero también es un sitio en el que se investiga.

-Sí, soy el responsable del Área de Investigación Biológica I+D+i, que espero funcione a pleno rendimiento en marzo de 2015. Cuando asumí esta responsabilidad entendí que desde la investigación científica debíamos apoyar al máximo a esta gran obra y a su proyección social. Queremos ser un activo que sume, no un compartimento de tipos raros que no aportan nada al esfuerzo común. En general, habrá tres líneas maestras de investigación. La primera tendrá que ver con experimentación en ambientes controlados, para la cual se están instalando unos equipos únicos que se han hecho a medida, en los que se investigará los distintos niveles de sensibilidad que plantean los organismos ante la turbidez del agua. ¿A partir de qué momento una turbidez es crítica para la vida? Es algo que tiene mucho que ver con el estuario y podremos contribuir de forma positiva con Puertos del Estado en la planificación de obras de ingeniería en costa. También vamos a trabajar con especies amenazadas, como la lapa ferruginosa, que está en franca regresión y sobre la que llevamos años investigando. Acometeremos una experiencia en cautividad con unos sistemas muy modernos donde se simulan las mareas. Paralelamente, estamos desarrollando una unidad de buceo ambiental.

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