margarita pérez. Premio Andaluna 2014

"El niño quiere sentirse seguro del compromiso que has adquirido con él"

-¿Cómo surgió su interés por tener a un niño en acogimiento?

-Había leído cosas sobre ello y cuando ya teníamos a nuestros hijos más crecidos, pensamos que era el momento de acoger a uno antes de que ellos salieran de casa. Lo que tuvimos claro desde el principio es que queríamos un acogimiento permanente. Una vez que tomamos la decisión estuvimos hablando un año del tema y lo consultamos con nuestros hijos que en principio, se oponían.

-¿Cómo se enteró de la actividad de la Asociación Alcores?

-Por internet. Una vez que nos pusimos en contacto con ella, nos explicaron que había tres tipos de acogimiento y nos dieron todo tipo de asesoramiento. Vinimos toda la familia al completo para que se disiparan nuestras dudas.

-¿Cómo fue el primer encuentro con el menor?

-Felipe (nombre figurado) tenía casi 9 años y ya han pasado tres y medio. Siempre hay un paso previo en el conocimiento mutuo. Esa primera cita fue en un parque y Felipe venía acompañado de una psicóloga. Creo que él y desde luego nosotros teníamos cierto miedo.

-¿Cuál fue la reacción de sus hijos cuando Felipe empezó la convivencia?

-Cuando comenzó el proceso Julia tenía 17 años y Juan 15. Mi hija tenía miedo por la mochila que pudiera traer. También les preocupaba qué tipo de relación habría con su familia de origen. Después de esa primera fase de adaptación, mis hijos han tenido una actitud muy participativa.

-¿Qué proceso ha visto en el menor?

-Era un niño con un gran retraso escolar. Hay que reconocer la gran labor que los profesionales realizan en los centros de menores pero eso no oculta la realidad que apunta a que el niño donde realmente se desarrolla, es en el ámbito familiar. Este núcleo es el que le proporciona una gran seguridad.

-¿Cómo se va percibiendo que el niño gana en seguridad?

-Al principio no se comportaba bien. Te das cuenta de que se trata de un desafío que te presenta y que está impulsado por el miedo que tiene. Con su mal comportamiento lo que quiere saber es hasta qué punto estás dispuesto a mantener el compromiso que has contraído con él; que no lo vas a rechazar. En el fondo lo que quiere es sentirse seguro de que esto no es un capítulo más de su vida sino que se trata de algo estable.

-Entonces su evolución ha sido positiva, ¿no?

-Ha crecido mucho en su forma de relacionarse con las personas. Ha aprendido a hacer amigos, a invitarles a casa, a usar un móvil... y en cuanto a su faceta como estudiante su mejora ha sido enorme. El día que vino con su primer aprobado fue una fiesta en casa. Ha ganado en autonomía, juega al baloncesto y ha aprendido a tocar la bateria. En resumen, es un niño con ilusión y que ha ganado mucho en seguridad aunque aún le queda bastante por recorrer pero se siente muy integrado y tranquilo.

-¿Y cómo ven ahora la situación sus hijos?

-Mi hija es más maternal y el chico discute más con él, pero todo muy bien.

-¿Qué balance hace de estos tres años y medio?

-Pues que tenemos un hijo más y que queremos que tenga el mismo futuro que los otros dos. Siempre nos tendrá aunque finalmente opte por regresar a su familia biológica ya que hay que mentalizarse de que se trata de una medida de carácter temporal. Él nos enriquece mucho pero lo más importante es lo que Felipe pueda estar recibiendo.

-¿Qué aconseja a quienes se estén planteando el acogimiento?

-Que lo hagan tras mucha reflexión ya que no puede haber marcha atrás pues esto supondría un nuevo golpe para el menor y se le haría mucho daño. Las familias deben mantener a un nivel sus expectativas y pensar que no todo va a ser una balsa de aceite pero contarán con la ayuda permanente de los profesionales.

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