Huelva

Un río Tinto muy distinto al actual

  • Científicos de la Universidad de Huelva sostienen que el estado de contaminación de esta cuenca se debe a la actividad minera desde mediados del siglo XIX y no a causas naturales

Los investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) Manuel Olías y José Miguel Nieto, que encabezan varios proyectos sobre el tratamiento de las aguas ácidas derivadas de la actividad minera (ARD), defienden que la contaminación del río Tinto es fruto de la actividad minera. Así lo han puesto últimamente de relieve a través de sendos artículos publicados en Earth and Planetary Science Letters y en la Revista de la Sociedad Geológica de España. Con ello, ambos científicos refutan las conclusiones de un grupo de investigadores del Centro de Astrobiología del CSIC, encabezado por Ricardo Amils, y de otras instituciones que apoyan el origen natural de esa contaminación, teniendo la actividad minera en ello un papel muy secundario. Sus tesis también han sido publicadas en la Earth and Planetary Science Letters. El grupo de Amils lleva más de una década investigando las condiciones de vida del Tinto y su posible extrapolación al planeta Marte.

Olías sostiene que "estudiando las aguas ácidas y los factores que condicionan sus características, se ha observado que los procesos naturales son despreciables en comparación a la actividad minera".

En el estudio publicado recientemente, se constata, a partir de datos paleomagnéticos, que la edad del gossan de Riotinto se remonta a 24 millones de años. Es decir, desde esa época ya se oxidaban los sulfuros y se producía acidez, generándose el ambiente idóneo para el desarrollo de organismos extremófilos que se desarrollan en este tipo de aguas. Sin embargo, que existieran procesos de oxidación en la zona de río Tinto hace millones de años no implica para estos investigadores de la Facultad de Ciencias Experimentales que el río tuviera las mismas condiciones que en la actualidad. La minería en la Faja Pirítica Ibérica, que se inició en la Edad del Cobre, hace unos 4.500 años, ha provocado que muchos sulfuros que estaban enterrados en el subsuelo afloraran en la superficie. Junto a ello, se han perforado kilómetros de galerías subterráneas (socavones) por los que penetra el oxígeno y se generan grandes escombreras que contienen sulfuros, que generan lixiviados ácidos. Todo ello hace que los procesos de oxidación se incrementen enormemente. Es decir, aunque existían condiciones ácidas antes de que iniciara la minería, se restringían a una zona pequeña de la cabecera del río Tinto. Cuando esas aguas ácidas se mezclaban con las de otros arroyos no afectados se neutralizaba la acidez y el río Tinto en su tramo bajo tenía buena calidad.

Con el desarrollo de Tartessos se produce un incremento de la minería y más aún en la época romana. Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando se produce el boom de la minería de sulfuros. Desde 1850 hasta 2001 se extraen 245 millones de toneladas de sulfuros; es decir, en los últimos 150 años de explotación se ha extraído 60 veces la cantidad que se había explotado en los 700 años del periodo romano y épocas más antiguas. Ello ha provocado que se genere una enorme cantidad de lixiviados ácidos y que en los últimos 150 años las condiciones del río hayan cambiado drásticamente. Existen de hecho numerosos documentos que demuestran que la ría era rica en marisco y pescado hasta la segunda mitad del siglo XIX.

Para los investigadores de Huelva, por lo tanto, la conclusión es clara: los procesos naturales de formación de drenaje ácido de mina pueden considerarse despreciables comparados con los generados por la minería.

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