Imágenes que se vuelven invisibles en los cabezos y en la periferia, hasta que llega la hora de lamentar las consecuencias. En lo que va de año ya han sido 20 las intervenciones que ha realizado la Policía Local de Huelva en caso de abandono de caballos por evidente peligro para la seguridad vial y riesgo para los propios animales. Esta veintena de intervenciones es el promedio de los últimos años, que en 2014 puede que se supere a la vista del balance que ya avanzan fuentes policiales. Las zonas en las que se concentran este tipo de actuaciones son el Paseo Marítimo, el Conquero, Tráfico Pesado y los alrededores de Las Colonias.

Como apuntan desde el cuerpo de seguridad, "no son pocas las ocasiones en las que la Policía Local, con más profesionalidad que medios, tiene que intervenir y trata de evitar graves riesgos en la circulación, ya que los animales acceden con facilidad a las vías de tránsito de vehículos, habiendo ocasionado incluso accidentes de tráfico". Los agentes se remiten como ejemplo reciente al siniestro ocurrido el pasado mes de septiembre "en las proximidades del polígono agroalimentario de esta capital, que si bien no causó víctimas mortales, sí fueron cuantiosos los daños materiales ocasionados y murieron varios equinos".

El año pasado fueron 144 los animales recogidos en la ciudad por la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento a través de la empresa Athisa, encargada del Servicio de Recogida, Control y Protección de Animales Abandonados, Vagabundos y Peligrosos. La entidad cuenta con un centro de acogida en La Ribera, unas instalaciones que se inauguraron en 2003. Las denuncias para la recogida de animales se pueden efectuar a través de la Línea Verde mediante la web del Ayuntamiento o descargando la aplicación en smartphones. También puede realizarse por vía telefónica a la Policía Local o al área de Medio Ambiente, o bien a través de denuncias presentadas por escrito al Consistorio.

En el caso de los caballos, ya sea mediante avisos ciudadanos o al detectarlos en las patrullas, tras localizar a estos animales, la Policía trata de sacarlos y alejarlos de las vías de tránsito de vehículos y, si es posible, inmovilizarlos en un lugar seguro. Es entonces cuando se dan distintos supuestos, ya que no todos los animales están identificados mediante microchips, aun siendo de obligado cumplimiento para sus propietarios. De llevarlo implantado, los agentes pueden acceder a los datos y localizar a sus titulares. En caso de no poseer microchips, se contacta con la empresa con la que el Ayuntamiento tiene concertada la retirada y el depósito de animales donde, en caso de ser posible, se trasladan hasta que sus propietarios acuden con la pertinente documentación y se hacen cargo de los mismos.

"Otro supuesto que se da -explican- en caso de no estar los animales identificados, es la inmovilización del animal de forma segura y su permanencia en el lugar, dado que no siempre es posible la retirada de todos los animales a las instalaciones de que dispone la empresa concertada. Éstas tienen una cabida limitada. También han sufrido en las mismas la sustracción de animales que se encontraban custodiados".

Teniendo en cuenta que existe una legislación exclusiva para protección de animales Ley 11/2003 de 24 de noviembre, que implica proporcionar un alojamiento adecuado según la raza o especie del animal, evitar que los animales produzcan lesiones y/o daños, y la obligación de los propietarios de mantener a los animales en recintos y lugares donde puedan ser controlados y vigilados, desde la Policía Local consideran "más llamativo si cabe que no se disponga de un procedimiento sancionador adecuado, para que los infractores en este tipo de desobediencias cumplan la normativa, por lo que seguiremos viendo lugares emblemáticos de esta ciudad, como Parque Moret, con equinos pastando a sus anchas".