Tras acudir al Ayuntamiento de Huelva en varias ocasiones en busca de una solución "que aún no tenemos", según aseguran, comerciantes y vecinos de Pablo Rada denuncian las nefastas consecuencias que están sufriendo a causa de un asentamiento de indigentes ubicado desde hace más de seis meses en una de las esquinas de la plaza de la Soledad que han elegido por ser una zona techada.

Aseguran que se trata de un grupo de al menos quince personas que está afectando de manera negativa a la buena convivencia en la zona, "ya que son personas agresivas", así como a la buena marcha de los negocios del lugar.

Una de las comerciantes que regenta una tienda de la zona explica que el mayor problema es la suciedad. "Traen colchones, ropa, bebidas, hacen sus necesidades en el suelo, molestan a los vecinos, se pelean y lo llenan todo de sangre". Además, esta onubense argumenta que "están aquí porque cogen la comida que tira el Carrefour en los contenedores por lo que tienen para comer de sobra e incluso luego la revenden, aparcan los coches cuando termina la hora 'azul' amenazando a la gente si no les pagan".

Subraya que "la solución es echarlos pero hemos acudido al Ayuntamiento varias veces tras los que la Policía viene y estas personas se van, pero al poco tiempo están otra vez aquí" y añade que "el viernes de la semana pasada vinieron a limpiar la zona con mangueras y dejaron todo el agua llena de porquería corriendo calle abajo". A pesar de todo, esta comerciante está decidida a solventar la situación y asegura que va a acudir al Defensor del Onubense así como a otros partidos políticos de la ciudad como IU o el PSOE.

El sentir del resto de los comerciantes coincide con el de esta señora. El regente de una frutería cercana al lugar en el que viven los indigentes lamenta el estado de suciedad en el que se encuentra la plaza e informa de que los vecinos también están molestos según declaran cuando acuden a comprar a su tienda. "La verdad es que no ha habido ningún robo en ninguno de los establecimientos pero la suciedad nos perjudica a todos".

Los bares de los aledaños de la zona en cuestión son los que están saliendo peor parados, tal y como explica Javier Medrano, el dueño de 'La Tabernita'. Este joven asegura que la situación está afectando a su clientela que se está viendo mermada de forma considerable. "Cuando la gente está en la terraza, cada cinco minutos vienen a pedir tabaco, fuego o agua y eso a los clientes les molesta y acaban por irse a los bares de enfrente". Javier añade que en ocasiones, él mismo ha tenido que enfrentarse a ellos "porque se vuelven agresivos rápidamente cuando vienen al bar y les dices que no le das agua o les niegas cualquier otra cosa", explica.

Uno de los establecimientos más perjudicados es el bar que se ubica en la propia esquina de la plaza "porque la gente no se sienta en la terraza y el dueño no puede abrir las ventanas del olor tan fuerte que desprende la basura que se acumula en la esquina", según denuncian muchos de los comerciantes en solidaridad con su compañero.

Un poco más lejos se encuentra el Carrefour de Pablo Rada, pero no por la distancia se salva de las molestias. Una de las dependientas, Virginia García, asegura que las visitas de los indigentes en la tienda son continuas con el fin de robar o de pedir dinero a la gente que está comprando. "Los clientes se quejan, aunque no hemos notado una bajada en el número de gente que viene a comprar aunque sí tenemos algunos problemas cuando les decimos que suelten las cosas que han cogido y nos amenazan".

Así, casi la totalidad del estero izquierdo de Pablo Rada sufre la presencia de un grupo de indigentes que se niega a marchase "sin que nadie haga nada", afirman los vecinos.