La crisis que se inició tras la Semana Santa con nuevas dimisiones en la junta de gobierno, al final se ha llevado por delante a la junta de gobierno de Juan Fernando Ojeda Mairena.

La resolución tomada por el Obispado no ha sido otra que obligar al actual equipo de gobierno a convocar nuevas elecciones ante las bajas que se han producido en el seno de la misma, por lo que ayer mismo hicieron pública su dimisión, abriéndose un periodo de crisis y será una gestora la que se haga cargo de los destinos de la Hermandad de las Tres Caídas.

En nota de prensa enviada por la junta de gobierno se deja claro que desde la toma de posesión su máximo objetivo ha sido cumplir los fines y el espíritu de la hermandad, "tan característico en nuestra institución, trabajando en todo momento por conservarlo y fomentarlo". Reconoce que durante este periodo algunos miembros de la junta de gobierno han tenido que dejar su responsabilidad. "Unos por motivos de salud, otros por cuestiones laborales y quienes porque sencillamente no deseaban continuar". Una situación que lleva, según el relato de la junta de Juan Fernando Ojeda, a que algunos hermanos vinieran procurando que la junta convocase elecciones. Señala entre ellos directamente a los anteriores hermanos mayores: Francisco Nieto, Manuel Morón, Francisco Garrido y Juan Bautista Vázquez, de los que lamenta que ninguno se ofreciera para cubrir las ausencias producidas y recuerdan que "en todas las anteriores candidaturas se produjeron bajas y en el caso de la de Manuel Morón, el mismo número de bajas en el mismo espacio de tiempo".

En contacto en el Obispado con la Delegación de Hermandades le ponen en relación con el abogado Daniel Romero, que ha trabajado en la redacción de las nuevas normas diocesanas, "quien con varios ejemplos y explicaciones, nos aclara que no es necesaria la convocatoria de elecciones, ya que las bajas producidas se han ido cubriendo y que ante cuestiones de este tipo deben prevalecer los criterios de carácter pastoral". Pasados unos días todo se contradice al recibir "un desconcertante escrito". Es el delegado de hermandades, Diego Capado, con criterio "en sentido opuesto a la información que nos había sido facilitada en un principio". Con la llegada de un nuevo titular de la delegación, Emilio Rodríguez Claudio, se mantiene un encuentro "con idea de plantearle las distintas cuestiones relacionadas con el tema, tales como el cambio de criterio en cuanto a la convocatoria de elecciones o la circulación de documentos oficiales e información dirigida a la hermandad que se está filtrando". Esto ocurre antes de que "salgan de la vicaría y lleguen a la hermandad", dice Ojeda. A la vez que lamenta la falta de comunicación desde el Obispado con la junta de gobierno, "a la que no se tiene en cuenta a la hora de contrastar la información".

Lamentan, al final, que la única respuesta final sea la de insistir en la convocatoria electoral, sin que "se nos ofrezca un razonamiento que justifique la convocatoria de elecciones con la que no estamos de acuerdo".

Ante esta situación, la junta de Juan Fernando Ojeda considera que están recibiendo "un trato inadecuado" y que en ningún momento se han producido en la junta de gobierno "situaciones irregulares ni deshonrosas que atente contra la moral ni el cumplimiento de las obligaciones o compromisos propios de una hermandad".

La junta de gobierno incluso llegó a solicitar dispensa para continuar su marcha, sin que se les haya concedido, y lamentan que en casos más delicados se conceden sin titubeos". "Sin embrago -añade-, a nosotros se nos deniega por una simple interpretación estatutaria y administrativa de la que no somos responsables". Así, llegado a este punto y "agotadas todas las vías encaminadas a encontrar una solución, estimamos concluida nuestra misión al frente de la hermandad". Ante esta situación hacen entrega "del gobierno y administración de la misma a nuestro padre y pastor, quien de seguro sabrá resolver de la mejor manera posible".