Huelva

Condenan a un cura ortodoxo por agredir a agentes de la Policía Local

  • El juez desestima la denuncia que el sacerdote interpuso hace un año contra los efectivos policiales acusándoles de lesionarle

Los tribunales han validado la versión de los agentes de Policía Local que hace un año detuvieron a un sacerdote de nacionalidad ucraniana y a su hijo por resistencia a la autoridad tras multarles por aparcamiento indebido con en la barriada de La Orden. Al mismo tiempo, el juez ha desestimado la denuncia por agresiones que recayó sobre los efectivos policiales a instancias de los detenidos. Según la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, tras el juicio celebrado el pasado 29 de septiembre, el Juzgado de Instrucción nº2 de Huelva ha condenado a D.S., cura ortodoxo que oficia misa por el rito bizantino en la parroquia de San Pedro, como autor de faltas de desobediencia, faltas de respeto y consideración, así como de tres faltas de lesiones a tres agentes de la Policía Local, a los que tendrá que indemnizar. Asimismo, el hijo del sacerdote, Z.S., ha sido igualmente condenado por faltas de desobediencia, faltas de respeto y consideración debida a los funcionarios municipales en el ejercicio de sus funciones.

Los hechos se remontan al 22 de octubre de 2013, cuando en la intersección entre la calle Legión Española y la Avenida de La Orden de la capital onubense, dos agentes observaron unos vehículos mal estacionados que obstaculizaban el tráfico y, cuando procedían a poner las multas, D.S. se presentó en el lugar gritando e insultando a los efectivos policiales, para salir corriendo por las calles aledañas cuando se le requirió su identificación. Entre los hechos probados en este caso consta también que, una vez llegó la grúa para retirar los vehículos, regresó el sacerdote y "empujó" a uno de los agentes "haciéndolo caer al suelo, e introduciéndose en su vehículo" para emprender la huida y "golpeando con la puerta" a otro policía. Se le volvió a pedir la documentación y D.S. "dio patadas y puñetazos" a los agentes "para que soltaran la puerta y no pudieran sacarlo del vehículo". Llegó una patrulla de refuerzo, a cuyos miembros se les recibió también con "patadas y puñetazos" y, cuando lograron inmovilizar a D.S., apareció en escena su hijo, que empujó a uno de los funcionarios para evitar que redujeran a su padre. Como consecuencia del forcejeo, se han acreditado en el juicio las lesiones provocadas a los policías. También D.S. apoyó su acusación de agresión a los agentes en unas lesiones que, según el cuerpo de seguridad, se había provocado él mismo, en "una conducta autolesiva con cabezazos contra el suelo y a mordiendo el capó del coche, llegando incluso a clavar los dientes en la chapa". Tesis que ha compartido el juez aduciendo que "las lesiones objetivadas por el médico forense en D.S. al día siguiente de ocurrir los hechos poco o nada tienen que ver con la descripción que de los mismos hace el citado acusado".

El titular del Juzgado de Instrucción Nº2 señala en los fundamentos de derecho que los hechos de los que dio cuenta el letrado del Sindicato Profesional de la Policía Municipal de Huelva (SPPM), aportando partes médicos y vídeos de la actuación, así como la declaración de un testigo presencial de los hechos, "han quedado plenamente demostrados".

A su vez, los agentes que con motivo de la intervención fueron denunciados por los detenidos, han sido absueltos de toda culpa, no habiéndose detectado anomalía alguna en el proceder policial

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