La cuenta atrás para la 40 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva ya ha comenzado con el firme propósito de aumentar la cuota de protagonismo del público onubense. Una bajada de los precios en taquilla y la concentración de las actividades en el centro de la ciudad son las armas de la organización para ello, a pesar del incremento paulatino de espectadores en estos últimos años. Pero la nueva dirección pretende más para la muestra, que se extenderá entre el viernes 14 de noviembre y el domingo 23.

"Nuestro objetivo es que las salas se llenen de gente de Huelva". Lo dijo ayer el director, Pedro Castillo, quien presentó las principales novedades en su estreno este año al frente del certamen, con la mirada puesta en el público local, al que tratará de involucrar más.

Lo más significativo, la reducción de los precios. En un euro las entradas simples y los abonos. Las proyecciones serán accesibles por dos euros, en billetes individuales, y por uno, en bonos de 20, que podrán ser compartidos por más de una persona. Y el precio bajará hasta los 50 céntimos en el caso de los abonos dirigidos al público joven, para menores de 25 años.

"Éste debe ser un festival para la ciudadanía de Huelva y su provincia", recalcó Castillo, que también anunció la venta de entradas para las galas de apertura y clausura. "Es una de las buenas noticias que queríamos dar", añadió, con precios "tan baratos como una hamburguesa en una cadena americana de comida rápida".

Para acompañar este giro al populismo, el director del certamen destacó que la vida del festival se potenciará en las calles del centro, "en el eje que discurrirá desde la Casa Colón hasta el Gran Teatro, pasando por el hotel Tartessos, donde se alojará la mayoría de invitados para que sean más visibles para la ciudadanía y se cree un ambiente fantástico. Será la media milla del cine iberoamericano", aseguró. Nada, sin embargo, que no ocurriera en ediciones anteriores, ya que también mantendrán las proyecciones para la prensa y jurados en el centro comercial Aqualon, si bien esta vez se suprimirán los pases en las Cocheras del Puerto, que se había convertido en uno de los principales focos de público estos últimos años.

"Queremos que la Casa Colón no sea un recinto amurallado inaccesible, y que se convierta en centro de los más alternativo y joven con la proyección de cortos, documentales y audiovisuales de música", apuntó también el director.

Pedro Castillo, que tomó posesión el pasado mes de mayo, justifica los cambios introducidos en la necesidad de "evolucionar".

"Me he encontrado un festival con muy buenas cosas pero algo cerrado y aletargado en algunos aspectos. Nosotros lo vamos a avivar porque necesita abrirse más a la ciudadanía y dejar de darle la espalda, aunque no fuera intencionadamente", aseguró el director navarro, reiteranso su compromiso de romper con la anterior gestión para relanzar la muestra.