El futuro del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva fue abordado por algunos de los intervinientes en el Foro Gerardo Rojas. La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento andaluz aprobó por unanimidad solicitar a la Consejería del ramo que estudie la clausura inmediata de este depósito ante sus sospechas de que los vasos donde se almacenan los desechos están colmatados. Hace tan solo tres días, el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez, explicó a este periódico su postura: rechazó el referendum ciudadano propuesto por el PP y se mostró partidario de que la Junta clausure de manera obligatoria este depósito si se constata que la instalación está colmatada.

Al respecto, el director Cepsa Refinería La Rábida, Rafael Martínez Cañavate, señaló ayer que la clausura de esta infraestructura sería "el culmen del cierre de la industria de Huelva". En la misma línea, el gerente de la Aiqbe, Juan Manuel Díaz del Valle, destacó que se trata de "un depósito de seguridad imprescindible" para la industria, por lo que pidió que los asuntos técnicos se queden "al margen del debate político".

Tras recordar el origen de esta infraestructura -aludió para ello al Plan Nacional de Gestión de Residuos Peligrosos y al papel que jugaron en la época la entonces secretaria de Estado de Medio Ambiente y Vivienda, Cristina Narbona, y el ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, José Borrell-, Salgueiro apuntó que la Junta "se echó adelante" a mediados de los 90 porque entendió que era una instalación necesaria. Después llegaría la declaración de interés social o utilidad pública. Una vez que se verifique el nivel de colmatado de la instalación, si hiciera falta, "en Riotinto, más concretamente en el interior de la mina, hay espacio para construir un nuevo depósito", apuntó.