Huelva

Seis edificios esperan su derribo o reconstrucción en el centro de la capital

  • Los recursos de los inquilinos contra las declaraciones de ruina retrasan los procesos de demolición En Pérez Carasa, un inmueble espera la piqueta y otro, una resolución judicial

Fueron parte de la historia diaria de la capital, un lugar de comercio, residencia y convivencia, convertidos ahora en esqueletos que aguardan su desaparición o reconstrucción. Varios edificios del centro de la capital están declarados en ruina y esperan su derribo, rehabilitación o la edificación de un nuevo inmueble que dé vida a enclaves privilegiados en la trama urbana de la capital. El Ayuntamiento contabiliza seis inmuebles en ruina en el centro, uno de ellos recientemente derribado a la espera de una nueva construcción. Edificios que acumulan años de deterioro a la espera en la mayoría de los casos de una resolución judicial que fije esa declaración de ruina para dar paso a la piqueta.

Según la normativa urbanística vigente, los propietarios tienen el deber de realizar los trabajos de conservación necesarios para mantenerlos en condiciones de habitabilidad, aunque con un importe máximo a invertir: la mitad del valor de una construcción de nueva planta con similares características. Cuando el coste de las reparaciones necesarias supere ese importe procedería la declaración de ruina urbanística, ante la cual los propietarios tienen la obligación de disponer las medidas necesarias para evitar daños a personas o bienes y proceder a la demolición o completa rehabilitación del edificio. Si éste está catalogado, el derribo no es posible.

Según explican fuentes municipales, son los propios propietarios los que suelen instar esas declaraciones de ruina, que a veces no se conceden por considerar que es viable la rehabilitación de los edificios, como es el caso del que albergaba la tienda Feminella o del Colegio de Ferroviarios. En otras, apuntan desde Urbanismo, la declaración de ruina se encuentra con la oposición de los inquilinos de esos inmuebles, en muchos casos comercios (con una renta antigua o no) que se resisten a dejar su espacio.

Así ocurre en el caso del edificio de la calle Concepción número 4, en el que se sitúa una farmacia. El asunto se encuentra en los tribunales de lo contencioso-administrativo y mientras se resuelve la propiedad ha optado por dividir en dos el proyecto de rehabilitación del edificio: la parte deshabitada ha sido reconstruida y el resto está a la espera de la sentencia. En los juzgados está asimismo la declaración de ruina del edificio en el que se ubicara la tienda de Valentín Ramos, en Arquitecto Pérez Carasa número 19. También planteó un recurso el inquilino de Béjar 27, donde se situaba El Zoco. En este caso, ya cuenta con sentencia firme de la declaración de ruina, por lo que sólo resta cumplir la orden de demolición, señalan desde Urbanismo.

En la calle Isaac Peral número 14 los propietarios han declarado su intención de rehabilitar el edificio, pero aún no han presentado el proyecto. Pendiente de demolición, con la licencia ya concedida, está la antigua sede de Juguetoon, en la calle Pérez Carasa 22, mientras ya se está trabajando en el proyecto del edificio que sustituirá al actual. La espera ha finalizado para otro de los inmuebles que estaba declarado en ruina, el de la calle Rascón número 5. Tras solicitar una ampliación de plazo para tirarlo, se procedió a la demolición hace unas semanas. Ahora el solar espera una nueva construcción.

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