El corazón de Celulosa -sus trabajadores- fueron los verdaderos protagonistas de una concentración cargada de emotividad. Porque el anunciado cierre de esta planta acarrearía el despido de casi 300 de forma directa y de unos 2.000 indirectamente. Buena parte de ellos, ataviados con camisetas verdes, abarrotaron en la tarde de ayer la Plaza de las Monjas, donde gritaron, a pleno pulmón, que "no todo está perdido", que la planta "no se cierra" y que morirán "con las botas puestas".

Entre empleados, familiares, amigos y representantes políticos y sindicales, más de 1.000 personas según los convocantes (700 según la Policía Nacional) asistieron a la protesta para pedir el mantenimiento de la planta y de todo el empleo actual. Numerosos niños estamparon consignas y dibujos en un gran mural, antes de lanzar sus globos verdes al viento. "Estamos dibujando para que no cierre la fábrica porque allí trabajan nuestros padres", explicó Daniel Luna tras escribir "no me cansaré de decir no al cierre". María, de apenas cinco años, pintó un gran "no" en el panel para que su padre, Juan Antonio Pino, "siga trabajando".

Cuatro dibujos de Juan Carlos Castro Crespo dieron buena cuenta del apoyo del artista a los afectados, dando vida al templete. Varios trabajadores y familiares se subieron al mismo para leer varios manifiestos. Y lanzaron sus mensajes: "Queremos que se hable de Celulosa en el desayuno, en el almuerzo y en la cena, en lugar de que se hable de la hija de la Pantoja", gritó una de las participantes, llamando a los onubenses a dejar a un lado la apatía y salir a la calle.

Otro de los lectores, un trabajador de Celulosa de 60 años y que entró en Ence hace 42, ensalzó la profesionalidad de la plantilla y criticó a "los especuladores" de la empresa que quieren "enriquecerse" a costa del patrimonio forestal de Huelva. También se leyó un artículo de opinión de la asociación Dos Orillas, columnista de Huelva Información, en apoyo a los empleados de Ence.

Con esta concentración, los afectados buscaron el respaldo de Huelva y "un empujón", tal y como comentó el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Belda, para la manifestación que el lunes partirá de la fábrica a las 17:00 para culminar en la Plaza 12 de Octubre. La celebración del acto de ayer, además, fue importante para los trabajadores, toda vez que hoy se inicia a las 10:00 la negociación del ERE que afecta a 294 de ellos. Este periodo de consulta llega tras días de protestas y rondas de contacto con las fuerzas políticas y sindicales organizadas por el comité de empresa, que ayer denunció la apertura de un expediente por parte de la empresa a varios miembros de la plantilla y del propio comité. No obstante, esta "medida de presión", les da más fuerza para afrontar el mes que tienen por delante, según aseguró Belda.

Pero la decepción se palpaba en el rostro de muchos de los congregados. En algunos corrillos, los afectados comentaban que el cierre está "diseñado desde hace años" y lamentaban que la compañía "deja morir Celulosa a pesar de lo que hemos luchado". Juan Manuel Muñoz, uno de los empleados más veteranos, aseguró que la plantilla está muy cualificada y que "es una pena que la dirección no esté a la altura nuestra en conocimientos técnicos, financieros y éticos". Al mismo tiempo, hubo un hueco a la esperanza. Así, trabajadores como Víctor García, de 43 años, aseguró que a corto plazo hay que luchar y presionar políticamente para que la dirección de la empresa se replantee su decisión.

Una amplia representación de partidos, administraciones, agentes sociales y colectivos respaldaron a los trabajadores. El alcalde de la capital, Pedro Rodríguez, aseguró que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, está dispuesta a sentarse con la empresa. El presidente de la Diputación y secretario general del PSOE de Huelva, Ignacio Caraballo, incidió en la importancia de hacer "un frente común" para impedir el cierre, mientras que el portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, Gabriel Cruz, destacó que "toda Huelva está con los trabajadores de Ence". Por su parte, el coordinador provincial de IU, Pedro Jiménez, confió en que "la respuesta de los trabajadores haga cambiar los planes de la empresa".