Huelva

Un emotivo retorno a casa

El sentimiento generalizado que gobernaba en la mañana de ayer el estado de ánimo de las familias de acogida y los niños en el Muelle de las Carabelas era ambiguo: los chavales corrían y jugaban con sus compañeros como lo hicieron desde finales de junio en sus casas de verano aunque la despedida, sin embargo, sería agridulce, pues con la llegada de los autobuses empezaron a brotar las primeras lágrimas. Las maletas, llenas de ilusión a la llegada se marcharían cargadas de recuerdos ahora. Para estos pequeños, el retorno a la rutina que les asola en el desierto africano sería complicado.

El programa Vacaciones en Paz, organizado por la Federación Provincial de Asociaciones Solidarias con el Sáhara y en la que colabora la Diputación de Huelva, permite a miles de niños procedentes de los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) pasar los calurosos meses de verano junto a las familias españolas que participan acogiéndolos en sus hogares. En Andalucía encontraron casa cerca de 2.000 chavales de entre cuatro y doce años, de los que 120 tuvieron cobijo en 40 municipios de la provincia onubense.

El proyecto cumplirá el próximo estío 25 años de vida y volverá a traer a muchos de los chicos que desde ya sueñan con regresar. Los padres de acogida guardan la misma ilusión por ver de nuevo a los pequeños.

La experiencia supone una oportunidad única para disfrutar de comodidades a las que no están acostumbrados, como el acceso a una dieta sana y equilibrada que les permita compensar carencias de calcio o hierro. El programa también prevé un exhaustivo reconocimiento médico gracias a un convenio con el Servicio Andaluz de Salud (SAS). En el caso de que presenten cualquier problema, se les da el tratamiento necesario, siendo una causa para que puedan permanecer en la provincia una vez finalizado el programa.

Los mayores también aprenden valores de una cultura tan rica como desconocida para ellos de la mano de los pequeños. Un ejemplo claro es la comunicación entre Paz Pérez y Nayat, pues la mezcla entre el árabe y francés de la joven argelina no comprendía el acento de la también joven madre española.

"Los canales de televisión de dibujos nos ayudaron muchísimo", aseguró Paz, a la vez que reconoció que la interactividad con las otras familias de acogida, con las que se telefoneaba con frecuencia, "nos sirvió para aprender las costumbres reales de los niños".

Los comienzos no fueron fáciles, pues las primeras semanas "fueron de tira y afloja", pero Pérez explicó que "al final nos hemos cogido mucho cariño". Nayat, que tiene diez años, ya piensa en celebrar los once el próximo verano en Huelva.

La diputada territorial de la Cuenca Minera, Susana Rivas, y el presidente de la Federación Onubense de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui, Luis Cruz, se unieron también a esta emotiva despedida, quienes destacaron que las familias onubenses "vuelven a ser un ejemplo de solidaridad con la acogida de estos pequeños durante el verano" y que, sin ellas, "sería inviable este programa".

Cartaya es la localidad onubense que ha despedido a un mayor número de niños incluidos en el programa Vacaciones en Paz. El pasado lunes los 15 menores saharauis asistieron junto a sus familias de acogida a un acto de reconocimiento que el Ayuntamiento de la localidad ofreció a los padres en la sede del propio Consistorio.

La coordinadora provincial de la campaña y presidenta de la asociación local, Guadalupe Camacho, hizo también un llamamiento a la colaboración de la sociedad cartayera y recordó que "cuando estos niños se marchen, hay que seguir trabajando" con el objetivo de que vuelvan el próximo año.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios