Muy frío. Así cataloga la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) el mes de julio que climatológicamente ha caracterizado a la provincia de Huelva, en algunos de cuyos puntos el tradicional abanico cedió su protagonismo en favor de la rebeca y el chaleco, que hicieron su particular agosto.

Julio se comportó como uno de los más frescos de los últimos 30 años, con temperaturas y sensaciones que no se recordaban en Huelva desde 1997, hasta el punto de que fue junto con Soria la provincia española en las que más se acusó el descenso térmico. En concreto, según el avance meteorológico de Aemet, la temperatura media en la provincia se redujo 1,6 grados hasta los 24,1, tomando como referencia el período comprendido entre 1971 y 2000).

El informe de Aemet subraya que julio tuvo "en conjunto un carácter térmico normal" con una temperatura media global en España de 23,3 grados", sólo 0,1 por debajo del promedio, pero con temperaturas "por debajo de los valores normales en el cuadrante suroeste peninsular", llegando a alcanzar "la anomalía térmica negativa" valores por encima de 1º C en el suroeste de Andalucía (Huelva y Cádiz) y en algunas áreas de Castilla y León (Soria), catalogadas con un carácter térmico definido como "muy frío".

No en vano, la prueba de que julio fue más fresco de lo habitual se constata en que, a diferencia de veranos precedentes, la alerta por altas temperaturas sólo se activó en una ocasión, el 14 de julio, en el inicio de la única semana en que se rebasaron los 35 grados.

Un análisis más pormenorizado de las temperaturas máximas alcanzadas en Huelva, detallado por semanas, revela que el techo de calor del mes de julio se dio el día 17, cuando el mercurio ascendió hasta los 37 grados, casi cinco grados por encima de la media máxima diaria, lo que obligó a activar la alerta amarilla.

Asimismo, sólo en ocho días (5, 8, 9, 14, 16, 17, 21 y 22) se superó la temperatura media en la provincia, destacando especialmente en el lado opuesto el 2, en el que ni siquiera se alcanzaron los 25 grados en las horas centrales del día, así como el 6, el 29 y el 31, en los que no se rebasaron igualmente los 25, hasta 10 grados por debajo de la tónica habitual.

En lo que respecta a las mínimas, igualmente la más alta se dio en 17 de julio con más de 21 grados, ligeramente por encima de la media, cifrada en 19 grados, y sólo en otros tres días (15, 22 y 23) se superaron los 20 grados, lo que ha facilitado notablemente la conciliación del sueño.

Ahondando en los motivos que han provocado tan drástico descenso térmico, el gestor del portal meteohuelva.es, Daniel Zamora, apunta "principalmente, a la posición del anticiclón de las Azores", ya que, en su opinión, este año "se ha posicionado más al oeste de lo habitual, permitiendo la entrada de vaguadas atlánticas que han traen temperaturas más frescas", a diferencia de otros años, "en los que hace de barrera y apenas hay refrescamientos".

En este sentido, agrega que ha afectado a Huelva y Cádiz "debido a la persistencia de vientos marítimos de componente suroeste, muy húmedos y frescos", lo que alivia la sensación de calor y justifica que "hayamos amanecido tantos días con el cielo cubierto".

Respecto a sus previsiones para el inminente puente festivo, Zamora prevé "un tiempo parecido al que estamos teniendo ahora, soleado y con temperaturas contenidas, sin agobios, pero con tardes ventosas y algo más frescas", y para lo que queda de agosto, "aunque las previsiones son poco fiables", intuye que seguirá la tendencia "de algo más fresco de lo normal pero no tanto como julio", aunque cree que es prematuro aventurar aún si septiembre y octubre serán tan calurosos como los de los últimos años: "El clima está cambiando, es más irregular. Los últimos otoños están siendo más cálidos pero las causas están aún por determinar. Ni los propios científicos se ponen de acuerdo".