Huelva

Acto de justicia para el hidalgo de la abogacía

  • El decano del Colegio de Abogados de Huelva, Juan José Domínguez, recibió la distinción concedida hace 10 años "Si me ponen una calle, cuando muera quillo", dijo

Acto de justicia. Por fin. Han tenido que transcurrir 10 años, pero, pese a resistirse voluntariamente embriagado por el pudor, el polifacético y carismático abogado onubense Juan José Domínguez ya luce en su pecho la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort, patrón de los juristas.

Arropado por compañeros, entre ellos los decanos del resto de colegios juristas de Andalucía, magistrados, personal de la administración de justicia, autoridades y amigos, el Excelentísimo e Ilustrísimo -tratamiento anejo que lleva la condecoración- decano del Colegio de Abogados de Huelva recibió ayer en el salón de actos al que él decisivamente contribuyó la distinción que le fue concedida por orden del Consejo de Ministros el 13 de enero de 2004 después de una década en la que, ejerciendo su reconocida habilidad como escapista, fue quien más empeño puso en dilatar un reconocimiento unánime que al fin lo superó.

"No es de mis mejores días. Le tenía miedo. Sabía que me iba a ser difícil recibir este homenaje inmerecido que me ha dejado aturdido. No soy un genio, pero admito que me arrepiento de no haberlo aceptado antes: me ha revitalizado hasta hacerme sentir como otra persona", admitió Juan José Domínguez, que, fiel a su estilo desenfadado que tantos admiradores ha coleccionado, regó su intervención de numerosas anécdotas "porque son las que mejor definen al ser humano por encima de la sustancia".

Antes de su intervención, el vicedecano del Colegio de Abogados, Fernando Vergel, "orgulloso fiel escudero del hidalgo de la abogacía", ensalzó su contribución a la abogacía y glosó la figura de Juan José Domínguez con una sentida y descarada laudatio que levantó en la sala tanta admiración como carcajadas. "Juan José es un genio, el único genio de la abogacía. Recuerdo cuando irrumpió en Huelva hace 60 años rompiendo el molde, ejerciendo de forma sencilla y próxima, lo que abarrotó su despacho", indicó Vergel, que rememoró "sus dotes de maestro para el escapismo con los clientes y el escaqueo" en las otras muchas actividades en las que dejó su sello.

"Recuerdo el día que llegué hasta su habitación buscándolo y me encontré con un cliente que le había dicho que lo esperara allí mientras él salía por la ventana, o aquella otra anécdota en la que, huyendo de un cliente, se metió en el armario del despacho del juez Rafael Caballero Bonald, que negó que allí estuviera Juan José Domínguez pese a que éste se mofase del cliente gritando su nombre desde el interior con voz de ultratumba", recordó Vergel, que pidió al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, presente, una calle para el homenajeado.

También tomó la palabra José Rebollo Puig, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados , que destacó "su personalidad, su inteligencia y su ingenio" en una retahíla de virtudes que lo definen "como el modelo de abogado", en tanto que el vicepresidente segundo del Congreso de los diputados, Javier Barrero, le hizo extensiva la felicitación de su presidente, Jesús Posadas, al que conoció en su etapa en Huelva, y se refirió al decano "como una gran marca más de la provincia".

Cerró el acto el presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, prendado del reconocimiento profesional y del cariño profesados a Juan José Domínguez. "Nunca vi un caso igual. Él salía corriendo de los clientes y hoy son los abogados los que van tras el cliente", subrayó en tono jocoso Carnicer, quien le leyó una carta personal de felicitación del presidente de la Sala Civil del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, con quien coincidió cuando ejerció como magistrado en la Audiencia Provincial de Huelva, antes de imponerle una Cruz de Honor que Juan José admitió que nunca hubiera sido posible sin su mujer.

Que lo disfrute con Salud.

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