Llega la temporada de verano y con ella el incremento del consumo en establecimientos del sector turístico como restaurantes, bares, agencias de viaje y hoteles, lo que a su vez provoca cada año en nuestra provincia un aumento en el número de reclamaciones presentadas ante las diferentes entidades que las gestionan, que se calcula en un 24% y que se centran en la calidad de los productos y en el trato recibido. Para disminuir esas deficiencias, la Junta pone en marcha un año más las campañas de inspección que se llevarán a cabo durante la campaña estival y que comenzarán por el control en los establecimientos de restauración y que se centrará más que nunca en los locales de que ubican en la Costa.

El objetivo de Consumo es visitar al menos 80 establecimientos (cifra que con toda probabilidad se incrementará como el año pasado cuando se habían previsto 50 inspecciones y se realizaron 71). La visita de los inspectores se centrará en localidades costeras hasta el punto de que si el año pasado la Costa concentró poco más de la mitad de las inspecciones este año aglutinará a más del 70%, ya que es en esta zona donde mayor afluencia de visitantes se espera y donde más irregularidades se detectaron el verano pasado. La mayor parte de ellas correspondió a locales ubicados en El Portil, El Rompido, Isla Canela, Matalascañas y Mazagón y en un 35% de los casos estuvieron relacionadas con los precios, mientras que las reclamaciones presentadas por los consumidores en la mitad de los casos (el 51,9%) se debieron a irregularidades en la calidad de los servicios prestados. La campaña provocó la apertura de diez expedientes sancionadores con multas por un valor total de 19.150 euros.

Desde hace dos años, la Junta intensifica los controles en los denominados establecimientos de temporada (chiringuitos) y de hecho la campaña del año pasado puso de relieve que si ocho de cada diez establecimientos visitados por los inspectores no cumplían con la normativa (un 10% más que el año anterior) en el caso de los chiringuitos las infracciones afectaban a la totalidad de los establecimientos. Los principales problemas llegan por el fraude al servir chacinas y mariscos, o por no exponer la lista de precios correctamente en la carta o. De ahí, que la inspección se centre evitar estos comportamientos ya que la normativa vigente obliga a los establecimientos a ofertar por unidades de peso los productos de charcutería o aquéllos que sean susceptibles de ser cortados de una pieza principal, y a vender bien por unidades o por peso los moluscos y crustáceos, con el objetivo de que el consumidor final sepa con detalle qué es lo que se le ofrece por el precio fijado.

El sector de la hostelería ocupa el cuarto lugar de reclamaciones presentadas en Huelva si bien este año ha protagonizado uno de los descensos más significativos.

A pesar de que en los meses de verano el consumo aumenta en gran medida gracias a los turistas que llegan de otras provincias, los problemas se plantean o al menos se denuncian más entre los onubenses. Así, de las 261 reclamaciones que el Servicio de Consumo registró entre junio y agosto, la mayor parte (85%) llegó de la mano de residentes en la provincia, aunque también se presentaron por turistas procedentes de otras provincias, fundamentalmente Madrid y Badajoz, a las que correspondió el 5% y el 3% del total, respectivamente, si bien también hubo reclamaciones de otras provincias.