xxv PREMIOS Onubenses del Año

Un galardón "para todos los palmerinos que llevan muy hondo sus Cruces de Mayo"

  • Los responsables de las dos agrupaciones recogerán el próximo jueves el galardón que otorgan los lectores de 'Huelva Información' en la categoría de Tradiciones Populares

Pocas tradiciones soportan la dictadura del tiempo de manera incandescente durante cuatro siglos de historia. Menos aún son las que sobreviven como el principal capital etnológico de un municipio. Sin embargo, las Cruces de Mayo de La Palma del Condado se han erigido en santo y seña de esta tierra, aunando esa belleza atemporal de unos fatuos que cuenta con los suficientes vestigios y singularidades como para hacerla única.

Así se lo reconoce la provincia de Huelva cuando en esta edición ha decidido otorgarle el premio Onubenses del Año en la categoría de Tradiciones Populares, que otorga el diario Huelva Información desde hace ya 25 ediciones. Superaba así a acontecimientos únicos como el Año Jubilar Mariano a la Virgen del Rocío, a festejos tan arraigados como los Cascabeleros de San Juan Bautista de Alosno, el Festival de Danza de Villablanca o diseñadores de moda flamenca de la talla de Pepe Jiménez.

Para Loli Rodríguez, presidenta de la Hermandad de la Cruz de la calle Sevilla, este reconocimiento no es sólo una distinción a una tradición, si no que es extensible "a todos los palmerinos que llevan muy hondo sus cruces".

Una sentencia que comparte Luis Conde, presidente de la Hermandad de la Cruz de la calle Cabo, quien destaca la alegría y el honor que suscita el que "toda la provincia reconozca esta tradición" y su singular forma de vivirla.

Aunque la tradición hunde sus raíces cuatro siglos atrás, la misma que el primigenio madero de la calle Cabo, el corpus de esta raigambre popular se ha mantenido en su esencia de manera virginal: el fervor en Cristo resucitado. Este cariz cristiano se ha fundido con la impronta pagana de una festividad que traspasa esa barrera de la fe. De este modo, bartolos y piomperos (como así se conoce a los fieles de la Cruz de la calle Cabo y Sevilla, respectivamente, si bien se desconoce cuál es su origen etimológico) han contribuido con su trabajo a enaltecer las fiestas, junto con un Ayuntamiento que ha sabido impulsarla y brindarle la difusión que merece.

Una de las singularidades sin parangón en esta fiesta, con respecto a sus coetáneas de la provincia, es su particular Romerito. Contrariamente a como se desarrolla en el resto del Condado, éste no tiene lugar acudiendo en peregrinación al campo, si no que se desarrolla por el entramado urbano. Es en este escenario donde el visitante pueda apreciar todo el espectáculo que encierra una romería y, a su vez, lo que Conde califica como un arte efímero, porque en el desfilan las carrozas construidas con madera, cartón y papel; fruto de un mimo y esmero por mejorar el diseño, los materiales y la construcción del año anterior.

Las Cruces y sus fastos abarcan todo el mes de mayo. Durante la primera quincena se desarrollan los cultos y fiestas de la Cruz de la calle Cabo, mientras que la de la calle Sevilla le brinda su réplica en la segunda.

Ello no es óbice para que cada una disponga de sus propias tradiciones: el Rosario o el desfile de la Legión Española el viernes, que tiene más de medio siglo de historia; o la ofrenda floral a la patrona o la carroza de Reina Infantil durante el romerito.

Todas ellas arrojan unas estampas de belleza sin par, si bien la cita ineludible es la procesión de cada madero en la jornada dominical. Es ahí, en sus calles, especialmente engalanadas para la ocasión, donde se vive la dimensión de la devoción que sus fieles procesan por una cruces que son Onubenses del Año de Huelva Información por derecho propio.

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