Huelva

La crisis cambia la forma de arrendar en verano

  • La tendencia apunta a alquileres por semanas o días, muy alejados de los tradicionales por meses y quincenas

Nada es lo que era antes de la crisis. Las vacaciones, tampoco. Incluidos los alquileres en la costa, donde llegan familias completas a sus destinos habituales para pasar los meses de julio y agosto. Pero estos últimos años, ni el flujo de turistas es el mismo en las localidades costeras ni la forma de alquilar una vivienda.

El presupuesto que antes se reservaba durante el año para una estancia de un mes ha disminuido. Y los que aún pueden permitirse pasar unos días fuera optan por reducir sus vacaciones a una sola semana o incluso días.

"Hace unos años, la costumbre era alquilar una vivienda durante un mes. Después se bajó el periodo de estancia y la quincena fue una alternativa bastante utilizada por los precios altos. Ahora lo que se estila es alquilar por sólo una semana, o por cinco días. Los que aún alquilan quince días son los menos".

La situación actual la describe Adolfo Camacho, presidente de la Asociación Provincial de Inmobiliarias de Huelva, profundo conocedor del sector que revela que, aunque los precios han bajado ligeramente, las ganancias de los arrendadores han aumentado por el nuevo modelo fraccionado de la oferta.

Camacho, a partir de su experiencia como agente inmobiliario, toma como referencia un apartamento de dos dormitorios en la costa para dar un precio medio actual del alquiler semanal de 700 euros en julio y 800 en agosto. La quincena ahora oscila, según sus estimaciones, entre los 1.200 y 1.300 euros. Y el precio del mes completo, entre 2.000 y 2.300, "según el tipo de apartamento, la distancia a la playa, la urbanización o la forma en que esté amueblado, que también es muy apreciada por los inquilinos".

Si un propietario alquila su vivienda en agosto por cuatro semanas independientes, asegura Adolfo Camacho, obtendrá un rendimiento mayor que con una sola operación por el mes completo. "Pero también hay que tener en cuenta -recuerda- que los costes son mayores. No es lo mismo tener cuatro familias en un mes que sólo una. Eso multiplica por cuatro los llamados gastos innecesarios, como los provocados por la limpieza de la vivienda o la reparación de averías y reposición de mobiliario dañado".

El presidente de los empresarios inmobiliarios de Huelva explica también que este año se ha hecho evidente un aumento de la oferta de alquileres vacacionales pero también del número de operaciones cerradas. Hay más particulares con necesidades que buscan un dinero extraordinario. Igual que, como indicaba, los inquilinos se reparten más la oferta con estancias más cortas.

"Ahora, en pleno mes de agosto, no es raro que una inmobiliaria, en sólo un día, cierre tres operaciones de alquiler. Antes era impensable porque no había tanto y se hacía a largo plazo. Ahora incluso se improvisa, de una semana para otra o días antes", explica.

Lo que sí tiene claro es que casi todas las operaciones que se cierran en la provincia de Huelva son al margen de las inmobiliarias y de la ley. En una estimación personal se aventura a decir que "el 99% de los alquileres de la costa no están declarados".

¿Regulación? "Esto es un campo sin vallar. Sería nnecesaria una auténtica revolución para regular los alquileres. Es casi imposible. Con la crisis hay más fraude y es muy difícil controlarlo. Habría que poner un detective a cada vivienda", comenta Camacho con cierto pesimismo.

Su apuesta apunta al establecimiento de un censo de viviendas en alquiler y "algún incentivo a los propietarios para que se animen a regularlo". Y ofrece las agencias "para que den soporte y se una a unas garantías como seguros de responsabilidad civil".

El sector inmobiliario, afirma, se beneficiaría del nuevo escenario por la normalización de la oferta. "Aquí lo mismo una señora que vende helados en un quiosco tiene luego siete casas en alquiler en un pueblo. Hay cosas que no se pueden consentir".

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