El cierre del ejercicio de 2012 dejó en Cepsa Química una mejora sustancial en su consumo de recursos hídricos y en el tratamiento de efluentes líquidos en su fábrica de Palos de la Frontera. Hasta un 10,5% ha descendido el consumo de agua específico, que se une a otra ligera disminución en el de energía calorífica. De esta forma se mantienen los niveles de emisiones a la atmósfera y de gases de efecto invernadero, tras el claro descenso registrado en 2011, cumpliendo los parámetros legales.

La empresa química, filial de la petrolera Cepsa, ha hecho público estos días el informe Declaración Ambiental 2012 para su factoría onubense, en el que se refleja, además, un aumento del 5,2% de los recursos asignados a medio ambiente. El pasado año se destinaron a este fin 6,6 millones de euros, por los 6,2 de 2011. Las inversiones medioambientales, en cambio, no fueron tan cuantiosas como entonces, ya que de 10,3 millones de euros, se pasó a 6,3, que supusieron, eso sí, la culminación de uno de los grandes proyectos de la planta, que ya empezó a dar sus frutos: dos nuevos reactores de oxidación de baja presión.

Esta actuación, con una inversión total de 16 millones de euros, ha supuesto desde su puesta en marcha en 2012 una mejora en el aprovechamiento de materias primas y la minimización de consumos energéticos en la instalación de Palos de la Frontera.

Los mayores resultados el pasado año se reflejaron en el esfuerzo realizado en la mejora de la planta biológica de tratamiento de efluentes líquidos y en la gestión del consumo de agua.

Desde los 2.814.519 metros cúbicos de agua utilizados en 2010, el consumo de este recurso descendió en 2012 hasta 2.295.034. En 2011 fueron 2.716.753 de metros cúbicos, lo que deja un descenso anual del 15,5%. Más clara es la disminución en términos específicos, considerando el agua empleada por cada tonelada de producto. En 2008 era de 3,40 metros cúbicos, rebajados hasta 2,93 en 2011 y hasta 2,62 el pasado año; un descenso del 10,5%.

En cuanto a efluentes líquidos, los resultados fueron evidentes en 2012, cuando se eliminaron totalmente los vertidos de compuestos fenólicos. Junto a ellos, el descenso anual registrado en el resto de los índices de componentes (gramos por tonelada): aceites, de 0,6 a 0,4; COT, de 75 a 44; sólidos en suspensión, de 133 a 112; y amoniaco NH4+, de 28 a 10,2, éste el nivel más bajo desde 2010.

Las emisiones atmosféricas, en cuanto a gases de efecto invernadero, mantienen los niveles alcanzados en 2011 en la fábrica de Palos, cuando ya se produjo una clara reducción, tanto en dióxido de carbono (CO₂) como en óxido nitroso (NO₂), ya que las emisiones de metano (CH₄) sigue a cero. Para Gepesa, las emisiones se volvieron a reducir ligeramente el pasado año a niveles inferiores a los registrados en 2010.

Los objetivos medioambientales propuestos para 2012, de esta forma, se cumplieron casi al cien por cien. Fue pleno, especialmente, en el seguimiento y control de aguas subterráneas y suelos, uno de los principales propósitos de la planta, y sólo quedó más alejada del cumplimiento (con un grado del 93,8%) en el capítulo de seguimiento, control y reducción en la generación de residuos.