Llevaban más de una semana sin tener noticias del vecino del 4º B, un hombre introvertido y de pocas palabras que solía asomarse habitualmente a la ventana de la habitación en la que hacía vida del bloque número 4 de la calle Azucena de El Torrejón. En la mañana de ayer, un nauseabundo olor había tomado el hueco de la escalera, así que los vecinos decidieron dar la voz de alarma. Uno de ellos presentó una denuncia en torno a las 11:30 en la comisaría de la Policía Local del Distrito V.

Según indicaron fuentes policiales a este periódico, los agentes municipales se personaron en la vivienda y, con ayuda de los bomberos, accedieron con la escala al cuarto piso. Cuando se asomaron por la ventana de la salita, que estaba abierta, vieron el cuerpo sin vida del hombre. Estaba bocarriba y en "mal estado", por lo que calcularon que llevaría muerto entre una semana y diez días. El hombre, natural del País Vasco y de 73 años, vivía solo desde hacía años en el inmueble.

El cadáver se hallaba justo debajo del ventanal. La televisión estaba encendida, la comida, sobre la mesa, y todos los objetos de valor, intactos. Tampoco estaba forzada la cerradura de la puerta principal, por lo que los investigadores descartan en principio que se trate de una muerte violenta, aunque será la autopsia la que determine finalmente la causa del fallecimiento.

En torno a las 13:30, el médico forense se personó en el edificio de la calle Azucena. De nuevo se requirió la presencia de los bomberos, que fueron quienes entraron a la vivienda del finado por la ventana para abrir la puerta desde dentro.

Algo más de una hora pasaron en la vivienda el representante del Instituto de Medicina Legal de Huelva y los agentes de la Policía Científica. A las 14:40 llegaron los servicios funerarios y se llevaron el cuerpo sin vida del anciano.