Huelva

La química pide un marco legal estable y un menor coste de la energía para invertir

  • Feique demanda a la Administración unidad normativa, evitar la sobrerregulación y agilidad en los trámites Reclama abordar el debate del 'fracking' Prepara una cumbre de inversores

En un mercado globalizado en el que la correlación de fuerzas entre países desarrollados y emergentes cambia a gran velocidad y la competitividad en costes se hace cada vez más complicada, la industria química española busca mantener el mallado empresarial existente (55.000 millones de facturación y 500.000 empleos en él) e incluso aumentarlo en los próximos años. Volcadas en la exportación para hacer frente a la caída de la demanda interna, las empresas españolas han conseguido situarse ya a niveles de producción anteriores al inicio de la crisis económica y ahora apuntan a un nuevo reto: lograr nuevas inversiones. Acotan tres claves para ello: conseguir un marco legal estable, unos precios energéticos "competitivos" y contar con unas infraestructuras adecuadas.

"Tenemos que conseguir una rentabilidad adecuada para que la gente invierta en industria química", explicaba ayer el presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Luis Serrano, en el Foro Gerardo Rojas de Huelva Información. No será a corto plazo, pero la patronal química insta a preparar el camino, crear un marco "para que lo que pasa actualmente sea una oportunidad para Huelva" y para el resto de España. Para impulsar ese desarrollo competitivo de la industria, Feique ha elaborado el informe Horizonte 2030 de la Industria Química Española, en el que recoge las propuestas del sector sobre acciones y objetivos a cubrir en una hoja de ruta hasta 2015, un documento que ayer fue presentado a los asistentes al Foro celebrado en el restaurante Peix. En él se tiene en cuenta el objetivo europeo de que el 20% del PIB de la UE sea industrial; en España, supone en la actualidad un 11%, porcentaje que en Andalucía baja hasta un 8,8%.

En el estudio se incide de manera especial en el precio de la energía, que supone hasta un 40% de los costes de producción de algunas empresas. "No queremos tener ventajas, no queremos no pagar. Lo que queremos es poder competir con nuestros vecinos", explicó Serrano. Para ello, Feique demanda una reducción de los costes regulados ("Las ayudas al carbón, que son sociales porque son ayudas a la población de un territorio, las pagamos en la factura eléctrica"), aumentar la interconexión eléctrica y no penalizar la cogeneración. Pero también apunta a la necesidad de abordar un debate polémico en el país, el del gas no convencional y el temido fracking (fracturación hidráulica): "El shalegas marcará el futuro energético de Estados Unidos y Europa. Ahora mismo los costes del gas son un tercio en EEUU que en la UE", algo que repercute en los precios finales de la producción y resta competitividad a las empresas españolas. "No podemos decir no desde el principio", sino que "habrá que pedir que el fracking se haga bien y buscar los sitios donde el impacto sea menos dañino".

La sobrerregulación es el otro caballo de batalla de unas empresas que se enfrentan a toda la máquina normativa europea (una norma cada cuatro días), estatal, con un endurecimiento de las condiciones en la transposición de las directivas europeas, y autonómica, con diferentes parámetros en función de la comunidad en la que se sitúen las fábricas. A estas últimas se dirigió ayer el presidente de la patronal química: "Por favor, no busquéis ser distintos". Unidad normativa, agilidad administrativa y rapidez de pago son tres peticiones empresariales comunes, a las que se suman la advertencia de que hay "decisiones legislativas europeas que provocan deslocalizaciones". Frente a ello, otra propuesta es el estudio del impacto de las normas, para que "quien decida sobre la regulación tenga conocimiento de su impacto". "La UE tiene unas condiciones de estabilidad política ideales para invertir, pero hay que dejar que se invierta", apostilló.

Para ello son necesarias también unas infraestructuras adecuadas, que en el caso de Huelva tienen nombre: el del Corredor Mediterráneo. Y un estímulo al empresario; Feique está preparando una cumbre de inversores extranjeros para atraer capital y proyectos a España y vender el país como sede para nuevas industrias.

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