Huelva

Niños y niñas de Primaria ven a la mujer inferior al hombre

  • Según un estudio de la Universidad, las niñas aceptan y se conforman con su papel secundario frente a ellos · Las conductas infantiles se reproducen en la madurez por lo que el trabajo con los niños es vital

Trabajar en el origen del problema. Ésta es la consigna que guía el trabajo de uno de los grupos de investigación que se insertan en el seno de la Universidad de Huelva. Se trata del equipo de especialistas en Ciencias de la Educación que coordina la profesora Emilia Moreno. Aunque el análisis de los datos obtenidos tras las diferentes investigaciones realizadas acaba de empezar, la profesora adelanta algunas de las primeras conclusiones de mayor importancia. Emilia Moreno destaca que desde pequeñas, las niñas asumen su rol de sumisas frente a sus compañeros, adoptando un papel secundario frente a ellos, aceptan sin reclamaciones que deben permanecer sin hacer nada ante cualquier situación de conflicto que surja con los niños, se les permite utilizar la violencia en menor medida que a ellos, y, en lo que se refiere a compartir los espacios con sus compañeros, se conforman con los que ellos les dejan utilizar.

Éstas son las primeras conclusiones que los investigadores que se integran en este grupo de trabajo han extraído a partir de un trabajo de análisis y observación. Un total de siete personas conforma este grupo de investigación: cuatro son docentes de la Universidad de Huelva (tres de la Facultad de Ciencias de la Educación y una abogada de la Facultad de Derecho) y un asistente social, además de una estadística y un maestro de primaria. Bajo el título 'Análisis de la violencia hacia las niñas en la escuela', el objetivo último es "hacer ver a los niños que hay otras formas de resolver los conflictos dejando a un lado la violencia", según explica la coordinadora de la investigación. Emilia subraya que "lo que queremos es buscar y establecer pautas y mecanismos para que desde la Educación sepamos cómo tenemos que educara a los niños y a las niñas en la resolución de conflictos" y añade que es fundamental educar los pequeños en la igualdad entre hombres y mujeres ya que, tal y como precisa la investigadora, "cuando somos adultos, reproducimos las conductas que interiorizamos desde que somos muy pequeños".

Pero para conseguir estos ambiciosos e importantes objetivos, el equipo de trabajo de la UHU es consciente de que, primero, tienen que conocer la realidad que los niños y niñas viven cada día en cada uno de los contextos en los que interactúan (la escuela, la familia y los amigos) y cómo son sus relaciones. Y así lo hicieron. Con un presupuesto que ronda los 38.000 euros para 3 años de investigación, procedente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el equipo comenzó a trabajar en un colegio de la localidad onubense de Ayamonte en el que trabaja el profesor de Primaria que se integra en este grupo de trabajo. Según cuenta Emilia, todo comenzó cuando este profesor empezó a observar los conflictos que se daban en la escuela entre los niños y las niñas y empezó a preocuparse, sobre todo después de que un niño de nueve años le dijera que de mayor se quería casar y le iba a pegar a su mujer para que hiciera las cosas. Ésta fue el detonante que instó al profesor a poner en marcha un programa de fichas de convivencias en las que los escolares describen una situación de conflicto, los sentimientos que les provocan y lo que deberían hacer para solucionarla sin recurrir a la violencia.

Tal y como comenta Emilia, "éste es el precedente de nuestro trabajo. Tenemos que tener claro que los conflictos entre los niños y las niñas tienen muchas importancia y olvidar la frase de esos son cosas de niños". Con esta conciencia, de lo más comprometida con la sociedad, los siete investigadores se pusieron manos a la obra. El grupo ha tomado como objeto de estudio a una clase de cada nivel educativo de Educación Primaria. Comenzaron entrevistando a todos los alumnos para conocer qué siente cuando se encuentran inmersos en una situación de conflicto y cómo lo resolverían. Con esta conversación, los investigadores ya sacaron las primeras conclusiones. "Por lo general, las niñas dicen que ellas no hacen nada para defenderse de los niños porque son niñas, lo que quiere decir que ya tiene interiorizada su posición de sumisas frente a ellos y su papel secundario", explica Emilia, quien recalca la importancia de que, aunque tengan esta conciencia de desigualdad, "tanto las niñas como los niños saben de la existencia de otros modelos de organización social más igualitarios entre hombres y mujeres". El problema radica en que los pequeños conocen la teoría y la aprenden cada día, pero no tienen herramientas ni modelos permanentes y cercanos a los que imitar para que lleven a la práctica esta teoría. Preocupada, así lo explica Emilia mientras describe otra de las estrategias de análisis que han experimentado: "Les pedimos que hicieran un dibujo de una situación de conflicto y, en la mayoría de los casos, los niños y las niñas tienen claro que la mujer es la víctima ya que dibujan situaciones en las que el hombre le pega a la mujer y todos miran sin hacer nada, algo que deja ver también la pasividad con la que actúan los adultos ante situaciones de maltratos".

Además de los métodos de estudio mencionados, la coordinadora del proyecto añade la observación desde la distancia, un trabajo que ha resultado muy productivo ya que los investigadores ha podido comprobar que los niños excluyen a las niñas de sus espacios y ellas se conforman si protestar porque, tal y como explican las escolares, "no sirve de nada o no podemos hacer nada porque no tenemos fuerza", imita Emilia. Cabe destacar que los niños ocupan la parte central del patio donde se encuentran las pistas deportivas y las niñas se conforman con los espacios laterales.

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