El debate fue un zapping de Berlanga a Tarantino. El huracán llegó al Pleno en el tiempo de descuento y en apenas 5 minutos convirtió en anécdota todos los asuntos que durante la mañana se despacharon en la casa de la Gran Vía. Una sesión que arrancó descafeinada, arrinconada en la convocatoria extraordinaria del Viernes de Dolores, acabó dando la campanada por el enfrentamiento del primer teniente de alcalde y portavoz del PP en el Ayuntamiento, Francisco Moro, con varios activistas del 15-M de la Plataforma Graba Tu Pleno. A todas luces, uno de los momentos más tensos del mandato.

El catalizador fue el enésimo intento de jóvenes adheridos a este movimiento social de registrar en sus teléfonos móviles imágenes de la sesión plenaria en contra de la prohibición municipal. Todo llegó a un punto tan virulento que paradójicamente se demostró por qué el Ayuntamiento se está negando a ofrecer a los onubenses en tiempo real lo que pasa dentro del salón de Plenos, incluso a micrófono abierto.

La Plataforma Graba tu Pleno lleva desde finales del año pasado repitiendo su tentativa, lo que mes tras mes se salda con desalojos por parte de la Policía Local siguiendo órdenes de la Alcaldía. En un nuevo conato, un grupo de jóvenes volvió ayer al Pleno del Consistorio onubense, inusualmente vacío de público al tratarse de una sesión convocada fuera del calendario habitual por la Semana Santa. Los miembros del 15-M comenzaron a grabar un debate que estaba teniendo lugar sobre la reforma de la Administración local. Era la última moción, defendida por el PSOE para rechazar el anteproyecto del Gobierno. Al cabo de unos segundos ocurrió lo que el portavoz socialista, Gabriel Cruz, contaba en un tuit: "Policías locales quitan los DNI a ciudadanos en el Pleno por grabar con el móvil! Que se termine ya este control a los ciudadanos. Democracia!".

La discusión de los activistas con los agentes desvió totalmente la atención de la intervención del alcalde, Pedro Rodríguez, sobre la reforma que el Gobierno perfila para los ayuntamientos. La ironía quedó subrayada con la doble imagen que estaba teniendo lugar, la protesta del 15-M y el speech del regidor, que esgrimía que "sería un error por parte del Gobierno central aprobar esta reforma en solitario, sin acuerdo, porque ésta debe ser una reforma de Estado. Está en juego la democracia". Aunque el alcalde se disponía a levantar la sesión para zanjar la incómoda situación, tomó la palabra el portavoz municipal de IU, Pedro Jiménez: "¿Hasta cuándo vamos a seguir asistiendo en una democracia al espectáculo que estamos viendo ahora en este Pleno?". Tanto los izquierdistas como el concejal de la Mesa de la Ría, José Pablo Vázquez, han defendido sin éxito mociones para que las sesiones sean grabadas y retransmitidas para que el votante conozca de primera mano por dónde respiran unos y otros. También el PSOE ha defendido esta posibilidad y ayer su portavoz aprovechó la coyuntura para exigir "que se respete el derecho ciudadano de asistir al Pleno y que se permita al público grabar con sus móviles".

Emplazamiento nuevamente tumbado. Moro fue tajante, aunque luego lo sería más apelando a "coacciones" de los miembros del 15-M: "No se trata de un derecho. No pueden hacer ese tipo de ejercicio. Lo haremos como se tiene que hacer [la regulación y control de la retransmisión de debates], como se está haciendo en el Parlamento y en todos sitios".

Fue entonces cuando el alcalde, esta vez sí, levantó la sesión, salió de escena y antes de que los presentes pudieran asimilarlo se desmadró la situación: al abandonar el regidor del PP el salón de Plenos, los miembros de la plataforma protestaron al grito de "¡alcalde, cobarde, da la cara!", entre otras proclamas que encendieron a Moro al extremo de encararse con los manifestantes, increpándoles "¡No ofendáis a mi equipo!", teniendo que ser frenado por sus propios compañeros concejales porque el altercado tenía visos de llegar a mayores.

Los jóvenes denunciaron la actitud "agresiva e intimidatoria" del teniente de alcalde, señalando a los periodistas que "no le estábamos ofendiendo, sólo queríamos poner de manifiesto la incompetencia del equipo de gobierno. Estamos asistiendo a un ocultismo en toda regla. Ésta es la casa de todos -reivindicaba un joven- y el pan de los concejales lo pagamos todos nosotros con nuestros impuestos".

Se dispersa la Corporación y saltan los tuits sobre el "espectáculo bochornoso", -el socialista Alejandro Márquez llegó a pedir la dimisión de Moro- seguido del comunicado del PSOE a los medios de comunicación reclamando explicaciones y medidas al alcalde ante la reacción "fuera de tono" del que lleva siendo su mano derecha en el Consistorio durante 18 años. "Moro -recalcó Cruz- se ha ido hacia un ciudadano presente en el Pleno con la suficiente irritación para que sus compañeros lo agarrasen". El portavoz socialista recordó que los mandatarios se deben a los ciudadanos a los que representan y "asumimos unos cargos de responsabilidad que no pueden relacionarse con una actitud agresiva ni irrespetuosa".

La respuesta del PP llegó en otra nota de prensa en la que Moro salía al paso recriminando a los socialistas que traten de "sacar tajada política y servir de altavoz a la provocación protagonizada por los miembros del 15-M contra el equipo de gobierno". El teniente de alcalde señaló que "pedir explicaciones ante los continuos insultos que estábamos recibiendo a nivel personal, no es ofender, ni faltar al respeto", todo lo contrario, señaló, asegurando que su "objetivo era precisamente defender la democracia y trasparencia en el Ayuntamiento de Huelva que ellos reclamaban porque los concejales debemos poder ejercer nuestro voto con absoluta y total libertad y sin cualquier coacción o violencia de cualquier tipo, incluida la verbal".