Historia menuda

La fragata 'Martín Alonso Pinzón' y Huelva

  • El cañonero abanderado en 1948 el Día del Descubrimiento es un homenaje a la aportación que hicieron los marineros de la ribera de Huelva a la gesta colombina l Un icono en las aguas onubenses

MAYO 29 de 1958: Cae sobre la ciudad de Huelva la lluvia persistente y tenaz; enseguida aparece un viento que levanta las obras y las estrellas furiosamente sobre los impresionantes Muelles Definitivos de Huelva, orgullo de la ingeniería española del siglo XX. Un viento furente que llega a la costa y azota a Huelva como un látigo. Y surgiendo como de un mito, como de una leyenda de viejas galernas y pasados huracanes, asoma su silueta un buque de guerra de la Armada española. Se trata de la fragata Martín Alonso Pinzón y tiene tanta vinculación con nuestra capital que se tiene como propia. Vayamos a los orígenes de estas entrañables relaciones.

España amanecía del horror de su Guerra Civil y el Ministerio de Marina consideró que debía renovar su flota. En tal sentido, "los cañoneros (luego fragatas) de la clase Pizarro fueron los primeros buques importantes en entrar en servicio después de la citada Guerra. Se encargaron en dos series de cuatro, una en 1941 y otra en 1943 con la idea de disponer de unos buques con potente armamento…".

Años de continuados trabajos en los Astilleros Bazán-Ferrol y, por fin, en los primeros compases del verano de 1948 salía una bonita embarcación que desplazaba 2.246 toneladas aproximadamente, tenía una eslora de 95,2 metros, 12,10 de manga y 3,8 de puntal, 19 nudos, 2 calderas Yarrow, de 2 turbinas Parrons y que en una de sus amuras tenía unos enigmáticos caracteres: F-34. Éste sería su nombre oficial, pero popularmente llevaría con orgullo el nombre del glorioso marino de Palos de la Frontera, coprotagonista con Colón en el primer viaje del Descubrimiento: Martín Alonso Pinzón.

En octubre de 1948, se cumplía el Centenario de la Marina de Castilla y quiso el general Franco que la efeméride se celebrase en aguas onubenses. Y como fuera uno de los primeros servicios del buque que historiamos, se pensó que se le impusiera la bandera de combate como un acto más del programa conmemorativo.

Francisco Jiménez El Duende de la Placeta se asomaba a las páginas del diario Odiel del 31 de julio del citado año y, jubilosamente, decía:

"Martín Alonso Pinzón, preterido durante mucho tiempo, recobra su puesto de eminencia en la historia patria. En aguas de Huelva va a ser impuesta bandera de combate a un cañonero, a un cañonero que luce sobre su casco el nombre del glorioso marino de Palos, compañero y guía de Colón en la aventura del Descubrimiento. Barcos americanos darán guardia de honor a la nave española al pasar delante de La Rábida, donde reposan en una tumba ignorada los restos del capitán de La Pinta".

"Culminan las fiestas del Centenario de la Marina de Castilla, el Día de la Hispanidad. Ha querido Franco que sea la ría de Huelva, azulada de evocaciones, el escenario de fasto tan solemne. A la alegría patria se une la de todos los pueblos de la estirpe. Se funden en un mismo gozo los pueblos de uno y otro lado del mar. Huelva sabrá hacer honor a esta especialísima distinción del Caudillo. Ese cañonero abanderado el día del Descubrimiento de América con el nombre de Martín Alonso Pinzón, simboliza el reconocimiento de la aportación decisiva hicieron los marinos de nuestra ribera -Huelva, Moguer, Palos, Lepe y Ayamonte- a la fabulosa empresa colombina. Simboliza el reconocimiento de la gloriosa Marina española a los humildes pescadores de esta costa que tendieron sus redes de ilusión a la aventura y hallaron un nuevo mundo para la Corona de Castilla, un nuevo mundo para la Cristiandad".

Dado el relieve que la ceremonia imponía, el diario Odiel del 6 de octubre de 1948, ampliaba la información sobre la misma: "En nuestra ría se concentrarán los buques de guerra nacionales y extranjeros ya mencionados en informaciones anteriores, que viene a rendir homenaje a la Marina española en el lugar donde mejor evocación tienen sus glorias. En las aguas del Tinto y del Odiel se celebrará una gran revista naval en la que tomarán parte todos los buques y será abanderado solemnemente el cañonero Martín Alonso Pinzón. Pronunciará unas palabras el poeta nicaragüense José Coronel Huertacho, en representación de los Institutos de Cultura Hispánica que funcionan en los países americanos, al que contestará el poeta y académico don José María Pemán. Otro acto simbólico será el de sembrar el Olivo de la Paz en terrenos rabideños por un diplomático hispanoamericano y don Cristóbal Colón, duque de Veragua, último descendiente del descubridor del nuevo mundo. En Huelva se celebraron varios festejos populares, una gran verbena en la plaza de las Monjas… ".

En un solemne acto al que asistió el general Franco, situada junto al altar la bandera de combate que la Diputación Provincial regalaba al cañonero Martín Alonso Pinzón, la madrina, señora de Muñoz de Vargas, tocada con la clásica mantilla española pronunció las siguientes palabras: "Señor Comandante: Os entrego, en nombre de la Excma. Diputación Provincial de Huelva, la bandera de combate del cañonero Martín Alonso Pinzón. Cuando dentro de unos instantes la icéis, como una llama, en el pico de vuestro barco, los ojos de todos los marineros de nuestra provincia se nublarán de lágrimas al recordar que para la mayor grandeza de nuestra patria hubo, hace ya muchos años, un navegante nacido en la misma tierra que ellos que con su audacia, serenidad y energía colaboró de manera decisiva en el descubrimiento de un Nuevo Mundo…"

El día 5 de agosto de 1955, como número extraordinario de los festejos, tuvo lugar el solemne acto de la entrega de una bandera de combate al Dragaminas Tinto, ofrecida por la Diputación de Huelva.

Este acto, desarrollado en la explanada del puerto en el lugar donde estaba anclado el citado barco, fue presenciado por las tripulaciones de los buques Churruca y Martín Alonso Pinzón quienes, en unión del Tinto, representaban a la Marina de Guerra española.

En las Colombinas de 1956, el día 2 de agosto fondeaba en primer lugar la fragata Martín Alonso Pinzón, que venía al mando del capitán de fragata, don Enrique Arévalo. Completaban la representación de la Marina en las Colombinas, los destructores Lepanto y Alcalá Galiano, el primero venía mandado por don Antonio González Fernández, y el segundo por don Fernando Román Pardo, ambos capitanes de fragata.

En las Colombinas de 1957 (vinieron también los destructores Gravina y Churruca) y 1958 vino a Huelva el buque que historiamos. Las faenas de atraque de los tres barcos al muelle fueron realizadas con toda precisión, apareciendo la marinería sobre la cubierta de los barcos en correcta formación.

El 1 de agosto de 1959, a las siete de la tarde, llegaban al puerto de Huelva los destructores de la Marina de Guerra española Almirante Miranda y Churruca. El día 2, a la misma hora, el minador Marte a cuyo bordo venía el Capitán General del Departamento Marítimo de Cádiz, Excmo. Sr. don Jerónimo Bustamante de la Roche, que ostentaba la representación del ministro de Marina en las fiestas.

El 1 de agosto de 1960, a las ocho y cuarto de la tarde, fondeó en nuestro puerto el destructor Churruca. Las autoridades subieron al buque para cumplimentar al capitán de fragata que lo mandaba, don Julio Prendes Estrada. También venía a bordo del mismo el almirante don Ricardo de Benito, tan querido en Huelva, donde ejercía con singular acierto el cargo de Comandante de Marina.

El día 2 de agosto de 1965, a las cuatro y media en punto, el Martín Alonso Pinzón, de la Marina de Guerra, llegaba con el distintivo de Capitán General del Departamento Marítimo, atracando en el puerto de Huelva. Llegaban a bordo el almirante don Pascual Cervera Cervera y el comandante de la nave, Capitán de fragata, Sr. Cayetano Cifuentes. Aquel año también llegaron las corbetas Diana y Atrevida. El día anterior, lo había hecho la lancha torpedera, número 31. La despedida de la historia de las Fiestas Colombinas lo realizó el barco que historiamos con todos los honores. Así, a bordo de esta fragata, el almirante Cervera, en nombre del Ministerio de Marina, impuso la Gran Cruz al Mérito Naval, con distintivo blanco, al teniente coronel de la Guardia Civil, Sr. Daza; al comandante de Infantería, Sr. Barranco; al alcalde de Palos de la Frontera, Sr. Maresca y al teniente de alcalde del Ayuntamiento de Huelva, don Carlos Núñez.

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