Huelva

Farruquito desbanca a Ronaldo

  • El burro de José Jiménez se impone en el octavo Campeonato Nacional de Carreras de Burros celebrado en la barriada del Pozo Bebé en Nerva l novedad Este año la organización de las fiestas ha recuperado el tradicional torneo de carreras de cintas que antiguamente se hacían en bicicleta y que el domingo se hizo en burro.

La barriada del Pozo Bebé en Nerva clausuró el domingo sus tradicionales fiestas de los pirulitos con el octavo Campeonato Nacional de Carreras de Burros. La victoria fue para José Jiménez con su burro Farruquito, que desbancó de esta forma a su primo Bernardo que, a lomos de su burro Ronaldo, ha sido el gran dominador de esta peculiar carrera durante los últimos años.

Esta singular competición se ha convertido con el paso de los años en uno de los principales reclamos que tienen estas fiestas de barrio en Nerva, que consiguen congregar a cientos de personas alrededor de la plaza de los pirulitos. Además, la organización ha recuperado este año el tradicional torneo de carreras de cintas que antiguamente se hacían en bicicleta y el domingo se hizo en burro.

La fiesta de los pirulitos en el Pozo Bebé se llevan a cabo en torno a la festividad de San Juan, que este año se ha prolongado en el emblemático barrio por espacio de una semana, y cuenta con multitud de actividades, desde encuentros deportivos hasta actuaciones musicales, pasando por los perceptivos actos religiosos.

Los vecinos de este barrio han conseguido con esfuerzo pero, sobre todo, ilusión recuperar una de las fiestas de barrio más emblemáticas de la localidad minera. Buena prueba de ello es la casa-hermandad que, tras varios años en construcción, gracias a la constancia y voluntad de los propios vecinos, se inauguró el pasado viernes.

El presidente de la asociación Pirulitos '81, Carlos Pablos Moreno y la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Nerva, Estefanía García, fueron las personas encargadas de descubrir el gran mosaico realizado por los alumnos de la Escuela Taller José María Labrador, bajo la tutela del ceramista local Carlos Escobar, que preside la fachada principal de la casa-hermandad.

En definitiva, los vecinos y vecinas del Pozo Bebé nervense han vuelto a dar ejemplo de cómo hacer frente a los malos tiempos que corren con unas fiestas de barrio diseñadas desde la humildad, con el máximo nivel de colaboración y el mínimo presupuesto posible. Tras los pirulitos, ahora le tocará el turno a las fiestas de Santa Ana que celebra la barriada que lleva su nombre a finales de julio.

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