Huelva

"El Juzgado de Violencia debe comarcalizarse para desatascar partidos judiciales"

Inquieta, emprendedora y propulsora de pequeñas grandes ideas que empujan a la Administración de Justicia hacia un camino más ordenado que agilice su proceder e incremente su eficacia. Y todo con grandes dosis de imaginación y esfuerzo y menos recursos de los necesarios. Así es la secretaria coordinadora provincial, una figura desconocida para el gran público pero imprescindible en el organigrama judicial onubense.

-Usted es, por así decirlo, la jefa de los directores de las oficinas judiciales, los secretarios.

-Así es. Yo los dirijo, organizo y distribuyo su trabajo, así como el de los funcionarios que forman parte de sus oficinas judiciales, a los que a su vez ellos dirigen, instruyen e inspeccionan. Tramito las quejas que haya sobre su actuación y coordino el funcionamiento de los servicios comunes y la relación de estos con las Unidades Procesales de Apoyo Directo (UPAD). También dicto protocolos de actuación que unifiquen los métodos procesales de cada oficina para que no tengamos lo que se llamaba hasta la fecha la jurisprudencia de ventanilla: que en cada juzgado me tratan de una manera y se hacen las cosas de una forma distinta.

-En septiembre cumplió el primer mandato de cinco años al frente del cargo, que ha renovado. ¿Qué balance hace?

-Personalmente, el balance que hago es que hemos hecho muchas cosas pero no son suficientes. En el ámbito de la coordinación y, con los mimbres que tenemos, los recursos económicos y la situación de crisis catastrófica que vivimos, hemos tenido prácticamente que imaginar.

-Reinventarse o morir.

-Por ejemplo, hemos puesto en marcha el Servicio General de Escritos (Serge) como única ventanilla para los documentos de trámite, ubicados en el Servicio Común de Notificaciones y Embargos, con un buen funcionamiento. Y también he diseñado un repositorio informático de requisitorias (órdenes judiciales de busca) para salvaguardar los derechos fundamentales de los ciudadanos y sus libertades.

-Dice que ha implantado la cultura de la coordinación en Huelva. ¿En qué sentido?

-En el de lograr que cale en los 43 secretarios judiciales de la provincia que no podemos estar separados, que tenemos que trabajar en equipo, algo que se ha conseguido.

-¿Alguna espinita clavada?

-En 2009 solicitamos la creación de un servicio común general para Valverde. Considero que es necesario, ya que se ocuparía de las notificaciones y embargos, del registro y del reparto informático de las demandas (cosa que se hace de una forma manual) y escritos de trámite, del registro de la guardia, del servicio de estafeta y traslado de documentos... Por desgracia, en 2010 y después de emitir un informe con el diseño, organización y requerimientos del servicio común solicitado, así como un dossier con los apoyos a la iniciativa tanto míos como de todas las instituciones de esta provincia, dada la situación de crisis que padecemos la Junta de Andalucía nos dijo que no había presupuesto y que estaríamos a la expectativa en 2011. Tampoco ha sido posible. Seguimos esperando.

-Tres años después y con la que está cayendo, imagino que las necesidades habrán cambiado.

-Ya incluso nos planteamos la posibilidad de poder hacer un Servicio Común General que se extendiese tanto a Valverde como a Aracena, ya que este último partido tiene problemas de una exigua plantilla y, aunque no se superen los módulo del CGPJ, lo cierto es que la proporción de asuntos por funcionario es enorme, excesiva, y por lo tanto tienen muchísimos problemas de pendencia.

-¿Cuántos pueden tener cada uno?

-Las plantillas del resto de partidos judiciales tales como La Palma del Condado y Ayamonte tienen siete funcionarios en su plantilla, de los cuales seis tienen funciones de tramitación de procesos. En Valverde hay siete, pero sólo cinco son tramitadores. En el caso de Aracena, que hasta el tercer trimestre de 2011 ingresó 879 asuntos civiles y 1.130 asuntos penales, la división es sencilla: 500 asuntos por funcionario. Y no hay que olvidar que cada procedimiento es distinto, tiene sus propias incidencias, no es un trabajo que se pueda hacer en serie como en una cadena de montaje, sino que requiere de una atención individualizada.

-Los juzgados mixtos lo están pasando realmente mal.

-El problema de los partidos judiciales de la provincia es importante. En los órganos de Primera Instancia e Instrucción las plantillas son mínimas y no han sido ampliadas en los últimos 20 años. Sus números son brutales. Ellos manejan asuntos tanto civiles como penales y, además, asumen las competencias de Violencia sobre la Mujer. También tienen el Registro Civil, tienen que registrar y repartir de forma manual todas las demandas que ingresan en el partido judicial, funciones que desempeña uno de los juzgados como Decanato, pero sin plantilla adicional.

-En resumen, un caos.

-Son juzgados con plantillas muy cortas, totalmente congestionados y con una situación que es necesario abordar con los nuevos modelos de oficina judicial porque está claro que, simplemente creando nuevos juzgados, no obtenemos la solución.

-Pero se siguen demandando más órganos.

-Es cierto que, tal como estamos ahora, en una coyuntura en la que no tenemos implantado el nuevo modelo de oficina judicial, hacemos números y efectivamente tenemos que seguir pidiendo nuevos juzgados. Está claro que seguimos en un modelo que ya no se adapta a una realidad.

-Totalmente anacrónico, propio del siglo XIX.

-No responde a las necesidades de una sociedad eminentemente tecnológica, en que existe una gran movilidad por parte de la población y en que, evidentemente, ya no estamos en la situación anterior. No somos una sociedad rural y tenemos un incremento de la litigiosidad enorme. Ha cambiado totalmente el panorama y sin embargo seguimos funcionando como prácticamente en la prehistoria de la Justicia.

-Los juzgados funcionan como compartimentos estancos.

-Hace 150 años eso podía explicarse. Normalmente había un juzgado por partido judicial y ese juzgado tenía que poder funcionar por sí sólo y hacer frente a sus necesidades, por las distancias y la dificultad de comunicaciones. Ese modelo es el que subsiste hoy en día, cada órgano aislado, repitiendo la misma microeconomía una y otra vez.

-La creación de más juzgados, ¿ha multiplicado el problema?

-Ha hecho que se perpetúe durante demasiado tiempo un modelo insostenible. Los ejemplos de la perversión de esta organización podrían ser infinitos, pero voy a poner sólo dos: puede darse perfectamente que coincidan varios funcionarios a la vez en un mismo domicilio para citar o notificar a una misma persona; o que en un mismo día 7 u 8 juzgados distintos se dirijan por oficio a una misma institución, generando su propio sobre y su propio gasto en Correos. En el caso de los pueblos, la situación es incluso más grave por todas esas competencias que tienen.

-¿Por dónde hay que empezar para cambiar el panorama?

-Sería muy interesante descongestionar estos partidos judiciales comarcalizando el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva, puesto que no sobrepasa los módulos establecidos por el Consejo del Poder Judicial y, por consiguiente, podría abarcar otros partidos judiciales de la provincia como los de La Palma y Ayamonte. El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ lo está estudiando.

-¿Sugiere un replanteamiento del mapa judicial?

-Urge, puesto que el mapa es fruto de la división en partidos judiciales de hace 150 años. No se adapta para nada a la situación demográfica actual ni a la facilidad de comunicaciones existente.

-La coyuntura económica ha agravado también la situación del Juzgado de lo Mercantil.

-Sería una buena idea especializarlo, porque ahora mismo este juzgado de Huelva es a la vez de Primera Instancia y Mercantil. Los concursos de acreedores han aumentado estrepitosamente (se han cuadriplicado). Si lo especializáramos, ganaríamos un juzgado de primera instancia más. Y si además se crease un octavo juzgado, se descargaría el módulo (máximo de procedimientos por órgano establecido por el CGPJ), de manera que únicamente lo sobrepasaríamos en 500 asuntos de media por juzgado.

-La Palma del Condado lo superaba en un 54,7% en 2010.

-Se establece la necesidad de 4,7 órganos allí. Son tres actualmente y se necesita un cuarto.

-Y, si nos ponemos, casi un quinto.

-Claro. Y en Ayamonte pasa lo mismo. Allí superaban el módulo en un 82,7%. Hacían falta 6,8 órganos. En junio se creó el quinto, que ahora empieza a servir de válvula de alivio pero que no es suficiente.

-En el caso de Ayamonte, donde casi se necesitan siete juzgados, el quinto se colapsa rápidamente.

-Lo que se está demostrando es lo que ya sabíamos: necesitamos un nuevo modelo. No podemos seguir creando juzgados sin más. El sistema de trabajo más habitual es distribuir los asuntos entre los funcionarios por el número de terminación del procedimiento, porque lo reducido de la plantilla de cada juzgado no da para una división en grupos. Eso provoca una especie de "todos hacen de todo" e impide la especialización, exigiendo una importante curva de aprendizaje de cada funcionario que llega. Trabajar en equipo no es eso: estos son mis procedimientos y yo no me ocupo de los tuyos y, si te ausentas o enfermas, hasta que no te reincorpores no se da servicio.

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