reacción ciudadana Opiniones ante la catalogación por parte del Ayuntamiento de la antigua sede de Sevillana-Endesa

Una protección cuestionada

  • Vecinos y comerciantes ven positiva la tutela municipal del edificio, aunque buena parte de ellos critica la pauta que sigue el Consistorio en materia conservación del patrimonio

Algunos esperan que haya un antes y un después para que, a partir de ahora, todo edificio emblemático de la ciudad se mantenga en pie y conserve su estética. Pero otros cuestionan el valor de la antigua sede de la Compañía Sevillana de Electricidad para ser protegida en el Grado P-2 (el que se aplica a edificios con valor arquitectónico aunque sin rango singular) por parte del Ayuntamiento, que parece haber visto necesaria esta acción ante una futura intervención en el ático, donde se alzará una nueva planta.

Opiniones para todos los gustos se escuchaban ayer dentro y fuera del bar La Estrella y en los establecimientos ubicados en los bajos del edificio que, con cinco décadas de vida a sus espaldas, mira desafiante a las calles Méndez Núñez y Rafael López desde su conocida fachada. Juan José Rodríguez, cliente del señero bar, y Santiago González, el dueño del mismo tras alquilar el local hace dos años, lo tienen claro: la conservación del inmueble es una iniciativa "positiva".

"Aunque ahora han pasado a mejor vida, durante años han imperado la piqueta y la especulación y es una pena que se hayan derribado inmuebles emblemáticos. ¿Qué pasará con el edificio de la antigua Hacienda y con el Banco de España? Hay tantos edificios que están abandonados y que habría que conservar...", valoraba este cliente, un autónomo que ha sufrido las consecuencias de la crisis al quedarse en paro.

También están de acuerdo con la protección del edificio Benito Romero, que es comerciante, y José Andrés Toro, empleado de Cajasol. Y es que ambos opinan que "en algún momento hay que poner alguna norma". Conscientes de que "eso de conservar nunca se ha hecho en Huelva" y de que "no hay nada realmente antiguo o de calidad porque se hacen bloques de ladrillos muy feos", estos clientes de paso se refirieron a acciones, a su juicio, acertadas en materia de construcción, como la reforma del edificio que antes ocupaba Bershka y que ahora es sede de una perfumería, y erróneas como el aspecto de las oficinas de la Junta, que "tienen cristaleras muy feas".

Por su parte, Alfonso Padilla, que regentó durante años el conocido comercio del número 3 de la calle Concepción, ejemplificó con un caso particular los motivos por los que no comparte la política que el Ayuntamiento realiza en materia de conservación del patrimonio urbano. "No es que el edificio sea feo, pero espacios como éste hay muchos en Huelva que se han tirado y que son más bonitos. Me parece perfecto que éste lo conserven, pero que también lo hagan con otros", señaló. El onubense explicó que el conocido local en el que ahora se ubica H&M no era suyo, aunque sí lo era el negocio Padilla y, tras recibir una indemnización, decidió jubilarse, estado de paz desde el que contempla algunas acciones que no son de su agrado: "El edificio fue catalogado de segunda categoría, pero la fachada que han hecho ahora es más fea que la anterior, que tenía unos cierres muy bonitos de madera". Así concluye que, "dependiendo del criterio que tenga el Ayuntamiento, una casa tendrá valor y ya no se podrá tirar".

El industrial Juan María Galardi y el promotor Juan José Oliva indicaron, a las puertas del bar, que el edificio protegido "no tiene valor arquitectónico alguno ni se identifica con ningún estilo", si bien se alzó "cuando se abrió la Central Térmica Cristóbal Colón" y es recordado por haber sido sede de Sevillana-Endesa. Mientras tanto, Pepe Vallejo, dueño de local en el que se ubica La Estrella, se preguntaba si la construcción de una planta más no perjudicará al edificio, que "ya es viejo". Partidario de su protección se mostró Luis Silvera, marinero y empleado de una fábrica ya jubilado que opina que también habría que conservar "el edificio de la Unión Fénix, el de la calle Marina que hace esquina con el Nazareno o el palacete de la calle Rico, donde está el bingo".

Simón Gómez Romero, vendedor de cupones de la Once ya jubilado, también ve "muy bien" que se haya catalogado el inmueble, aunque a él le gustaría "que el Banco de España lo arreglaran para que sea usado por los jóvenes" o que "el de la antigua Hacienda sea rehabilitado para que las personas mayores hagan algo allí". Pide a los políticos "que no dejen morir" el Banco de España y, además, exige a las administraciones que en vez de alquilar locales, utilicen los espacios que tienen en propiedad.

Lola Ramírez se preguntó qué criterios ha seguido Urbanismo a la hora de decidirse a proteger el edificio, una conservación que, a su juicio, también se debería extender a "otros inmuebles". El dueño de Modas Maxi es su padre, Emilio, quien valora de forma positiva la protección del edificio, al que dice ver "bonito". Aunque, sobre todo, ve con buenos ojos la construcción de la nueva planta en el ático, ya que "está muy deteriorado". Paco Toscano, el propietario de la joyería a la que da nombre también, es partidario de que se arregle el ático, que "está dejado de la mano de Dios", aunque cuestiona que el edificio merezca protección alguna. "A mí no me parece que tenga belleza alguna. Artísticamente el edificio no tiene nada que ver para mi gusto y creo que lo único que lo diferencia son los cristales con espejos. Y tampoco es que sea centenario", valoró.

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