Historia menuda

El monumento a Mora Claros (y III)

  • Su inauguración fue un acto solemne y multitudinario l La polémica envolvió al monumento en la época de la II República l Su remozamiento comenzó en la primavera de 2011

El 14 de abril de 1931 se proclama en nuestro país la II República. Desde los primeros instantes el monumento no pasó "inadvertido". Así, en la sesión del 25 del citado mes y año comienzan los ataques contra el monumento y lo que representaba políticamente:

"… entendiendo que en el orden material y moral de la vida de Huelva no ha dejado el que fue a un tiempo árbitro de su destino y su alcalde conservador don Antonio de Mora Claros, obras dignas de que sean exaltadas ni glorificadas propone que a la respetable viuda de dicho político se le invite cortésmente a que traslade y lleve la estatua de su esposo al sitio de su propiedad donde pueda dedicarle un fervoroso recuerdo, advirtiendo que si en el plazo de 5 días de recibir la invitación no hubiese procedido a cumplimentarla la llevaría a efectos inmediatamente la cuadrilla de obreros municipales. Salud y República…".

Después, continuos ataques contra el monumento. De ellos, el más violento fue el que se produjo en la sesión municipal del 1 de junio de 1934 en el que los munícipes arremetieron contra la estatua:

"… Se dio lectura a moción del Sr. Bueno exponiendo que existe un pedestal con jardincillo cercado en el frente de la casa número 55 de la calle Pi y Margall, muy apropiado para sobre él situar una estatua alegórica que simbolice la matrona que representa la República instaurada en nuestro país hace poco más de tres años, por lo que propone se acuerde la adquisición e instalación de la misma; aceptando también el proponente, caso de disparidad de criterios, otra en su lugar, que rememore inmanentemente su libertad.

El Sr. Bueno dijo que siendo todos republicanos no tiene necesidad de encarecer la importancia de su iniciativa.

El Sr. Hernández López hizo la salvedad de que él no era republicano.

Sin discusión fue aprobada la moción…".

Votaron en contra: Rebollo, Aragón (que hizo ver que el pedestal era de propiedad particular) y Hernández López.

Pero, ocurrió un hecho inesperado: el pueblo (sobre todo la prensa) no aceptó la decisión del Cabildo y muchas voces lo obligaron a que en la sesión del 14 de octubre de ese mismo año se leyera:

"Por iniciativas del alcalde Sr. Barrigón, va a ser repuesto en su pedestal, el busto de don Antonio de Mora Claros…".

Dimes y diretes de los munícipes, hasta que queda claro que don Antonio fue un hombre generoso con el pueblo. Así, cuatro días más tarde:

"… El Ayuntamiento acuerda por aclamación restituir la estatua de don Antonio de Mora Claros…".

Y así se ejecutó, teniendo, curiosamente, el nombre de uno de los obreros que lo volvieron a izar, Antonio Rodríguez Gutiérrez (Diario de Huelva del 11 de enero de 1935):

"Vuelve a su pedestal el busto de don Antonio de Mora Claros. Anoche comenzaron a realizarse los trabajos para la colocación del busto de don Antonio de Mora Claros, habiendo aparecido hoy colocado en el lugar de donde fue retirado por el primer Ayuntamiento de la República.

La colocación se llevó a cabo sin ceremonia alguna,

Con tal motivo y en recuerdo del que fue tan popular alcalde de Huelva han sido repartidos numerosos vales de medio kilo de pan a los pobres…".

Llega la Transición en la que todos confiaban para arreglar muchas cosas y nuestro monumento sigue igual, en completo abandono. En el diario Odiel del 14 de abril de 1977, apartado Una de cal y otra de arena se reitera la protesta:

"Volvemos hoy con el tema, del Monumento y busto del alcalde Mora Claros, que presenta una denigrante imagen ciudadana de olvido y dejadez. Esto es un símbolo totalmente negativo con respecto a un prohombre al que un día le dedicaron un monumento, y ahora al parecer perdió significado. Además, demuestra una falta de respeto al cargo que representó".

Siguen los años de desidia y son muchas las voces que claman en el desierto por el abandono del monumento, como la de Amelia Gómez por fin, el 21 de mayo de 1998, el diario Huelva Información informaba que la Delegación de Infraestructura Urbana del Ayuntamiento de Huelva había iniciado, con un presupuesto de un millón de pesetas, las obras de restauración de la estatua de Mora Claros:

"… La remodelación se ha iniciado con la limpieza mediante agua y un cepillado con medios mecánicos manuales. La suciedad más severa, según ha explicado el delegado de Infraestructura Urbana, Saúl Fernández, se tratará con ácido diluido y el saneamiento se finalizará de agua destilada.

Posteriormente, se procederá a la reparación con la eliminación de las partículas mecánicas, las manchas y las grietas externas, que se irán cubriendo con una inyección de resina. Por último, se finalizará la actuación con la impermeabilización del busto y un tratamiento anticorrosivo de las barandillas…".

El verano detuvo el proceso restaurador, pero, en octubre de ese mismo año el Ayuntamiento volvió a acometer su restauración. Las grietas y fisuras se trataron mediante inyección a baja presión de resinas, hasta el relleno completo de todas las fisuras utilizando máquinas especializadas y otros aditamentos. La reja quedó completa con la fabricación de moldes de piezas nuevas. También se colocó nueva jardinería…

El día 27 del citado mes y año, dentro de un gran ambiente festivo, el alcalde Pedro Rodríguez, acompañado por José María Maldonado, presidente de la AAVV Mora Claros, le daba al interruptor con el que se iluminaba (cuatro proyectores de 150 watios) el monumento mientras sonaba el pasodoble Mi Huelva tiene una ría.

En la primavera del 2011, comenzó el remozamiento, que duró varios meses, de este monumento casi centenario. En esta transformación, perdió el bonito herraje que lo circundaba alegándose que podía ser peligroso por su remate semejante puntiagudo.

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