Huelva

Miles de niños reciben el bautismo rociero ante la Blanca Paloma

  • El Rocío acogió este fin de semana a fieles procedentes de todos los puntos del país para la Fiesta de la Luz · La asociación de Cornellá, amadrinada por Emigrantes durante 30 años, es la filial número 109

Ni la desapacible mañana ni las intempestivas temperaturas medraron un ápice el espíritu de los rocieros por vivir la Fiesta de la Luz. En efecto, ayer miles de pequeños recibieron la bendición y protección de la Virgen del Rocío a modo de bautismo de fe en María. Menores llegados de todos los puntos de la geografía española inundaron una ermita que volvió a quedarse pequeña para contener toda la devoción de unas familias expectantes en que sus retoños recibieran la bendición de Ella que, para la ocasión, portaba su vestido azul.

Previamente a las 10:00 se celebró la multitudinaria Eucaristía que ofició el párroco local, José Muñoz, quien habló del "deber de todos los cristianos" de evangelizar, dando así testimonio de fe" y como medio de que Dios y su Palabra no quede arrinconada y limitada a las paredes de la sacristía o, en su defecto, subyugada y estigmatizada por "la moda" del ateísmo.

Tras la homilía, no dio tiempo a que los fieles desalojasen el santuario ya que este comenzó a inundarse de familias con sus hijos que ocupaban las primeras bancadas y aguardaban la llegada del mediodía. Minutos antes de las doce las puertas del templo se colapsaron y cientos de personas tenían que esperaban frente a la fachada principal, poder entrar.

Previa a la bendición del párroco, centenares de niños se alzaban en los brazos de sus progenitores o familiares y tras el sonido de algún que otro sollozo, los tamborileros de la Hermandad Matriz amortiguaron el llanto con sus sonidos. Mientras, los pequeños comenzaban a desfilar por el manto de la Pastora.

Durante toda la jornada dominical El Rocío ha vivido estampas tan atípicas como que se formen pequeñas caravanas en la carretera en pleno mes de febrero. La presencia en la aldea volvió a ser multitudinaria y la nueva filial, Cornellá, fletó autobuses que partieron desde la comunidad catalana para llegar al Rocío. No fueron los únicos. Personas provenientes de la mayor parte de la geografía española desembarcaron este fin de semana para vivir esta festividad. La Fiesta de la Luz se inició el sábado con la vigilia a las 21:30 y justo una hora más tarde se cerró el Santo Rosario que en procesión, desafió el intenso y voraz frío.

La familia rociera continúa ampliándose y tanto la Hermandad de Cornellá como la de Chiclana fueron el sábado reconocidas por la Matriz como filiales número 109 y 110, respectivamente.

En el caso de la ciudad catalana su inclusión representa la culminación a casi una treintena de años de trabajo cuya madrina ha sido la propia Emigrantes. En concreto, se trataba de la asociación más antigua entre el grupo de entidades que aún no había sido recocida como filial.

La Matriz destacó que su admisión significa "la culminación de un largo proceso de consolidación asociativa, amén de un reconocimiento al importante movimiento rociero radicado en Cataluña".

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