Huelva

El botellón clandestino provocó más de 150 denuncias en 2011

  • Los expedientes que, a instancias de la Policía Local, abrió la Concejalía de Medio Ambiente por estas infracciones conllevan multas de hasta 300 euros

Junto a los coches-discoteca, los botellones en zonas no autorizadas siguen siendo el talón de Aquiles del Ayuntamiento en el control de la movida nocturna. Según los datos facilitados por el Consistorio onubense, el área municipal de Medio Ambiente cerró 2011 con 152 expedientes sancionadores por incumplimiento de la Ley andaluza que desde 2006 prohíbe el consumo de alcohol en la calle, salvo en las áreas habilitadas por los ayuntamientos (en el caso de Huelva, el único botellódromo oficial es el de la Avenida de Hispanoamérica, junto al Muelle de Levante).

En una cuantía similar a la del año anterior, la Policía Local volvió a detectar reuniones dispersas en otros puntos de la ciudad -entre otras, La Merced y el entorno de la ermita de La Soledad-, incurriendo en lo que las ordenanzas de aplicación consideran una infracción leve, motivo de multas de hasta 300 euros, además de la incautación de las bebidas.

Aunque en el último año el problema se ha mantenido en las mismas proporciones que en 2010, la normativa autonómica ha ido inhibiendo progresivamente en los últimos años los conglomerados de personas en la vía pública -con excepciones como las fiestas navideñas- y el consumo de alcohol en la calle. Basta comparar esos 152 expedientes del último año -aunque, desde luego, la cantidad no sea desdeñable ni contemple situaciones no controladas por la Policía- con las 180 denuncias por incumplimiento de la Ley antibotellón que registró el Ayuntamiento de Huelva sólo en los primeros nueve meses de aplicación de la nueva legislación. El panorama ha supuesto un giro de 180 grados respecto al conflicto que traía de cabeza a las autoridades desde finales de los noventa y que en la última década llegó a poner al movimiento vecinal en pie de guerra, pero el asunto sigue siendo problemático en muchas zonas residenciales cercanas a plazoletas, que sirven de punto de encuentro a grupos de indigentes que se reúnen -en ocasiones a plena luz del día- a beber alcohol, provocando molestias por el ruido y acumulando basura, así como pandillas de jóvenes que los fines de semana llegan al Centro o a la zona de Zafra y Pescadería desde el botellódromo de la Avenida de Hispanoamérica, dejando a su paso destrozos y un alboroto que condena al insomnio a más de un vecino. Por ensuciar las calles y "evacuar" en la vía pública, la Concejalía de Medio Ambiente tramitó el año pasado 22 denuncias por contravenir las ordenanzas de higiene pública.

Al margen, la Policía Local trasladó en 2011 al Ayuntamiento un total de 45 denuncias por ruido excesivo en bares de la ciudad. Sólo diez de estos expedientes correspondían a establecimientos con licencia para la reproducción de música. En el cómputo general de todos los expedientes que abrió el área de Medio Ambiente por conculcar la ordenanza contra la contaminación acústica, ha habido un aumento de incidencias: en el último año se han registrado 170 denuncias policiales por exceso de decibelios, 19 más que en 2010, lo que supone un incremento del 13%.

En este apartado no sólo se incluyen las infracciones de locales de ocio como pubs y discotecas, sino también los disturbios en la calle y las concernientes al tráfico rodado (la circulación de vehículos genera el 80% del ruido urbano) como los conductores que van con escape libre o los denominados coches-discoteca, que conllevan multas que oscilan entre los 300 y los 600 euros.

Asimismo, el departamento municipal de Medio Ambiente tramitó el año pasado ocho denuncias por incumplimiento de la Ley de espectáculos públicos, cuatro por consumo de drogas en la calle, 46 expedientes por abandono de animales y 134 por residuos.

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