Carlos del Amor. Periodista

"El periodismo no es ni atajo ni excusa para hacer literatura"

  • Carlos del Amor ha retransmitido los Goya para Televisión Española y los Oscar de Hollywood para Canal Plus. Es autor de 'El año sin verano' y 'La vida a veces'.

Ha retransmitido los Goya para Televisión Española y los Oscar de Hollywood para Canal Plus. Carlos del Amor (Murcia, 1974), aprendió a andar el año que murió Franco. El año sin invierno para los acérrimos del dictador. El año sin verano (Espasa) es su segundo libro, antes publicó La vida a veces, y su primera novela. En 2004, el año que llegó Zapatero a la Moncloa, llegó este periodista a Madrid. Murcia, su ciudad natal ("en el DNI aparece Mula, el pueblo de mi padre") aparece en la página 234 de su primera novela, aunque el vuelco argumental de la historia se produce en Ávila.

-Su novela es una mezcla de La ventana indiscreta y 13 Rue del Percebe...

-Tiene mucho de La ventana indiscreta. Todos queremos ver lo que pasa desde una ventana y si la cierran desde una mirilla.

-¿El cartero de su libro es un alegato contra los correos electrónicos? 

-Me han dicho que ese personaje cobra vida propia. Ahora nadie escribe ni recibe cartas; sólo recibes facturas y disgustos.

-El cartero es muy cinematográfico... 

-La vida te puede cambiar con una carta. El cartero de mi novela decide influir directamente en el destino. Son figuras que uno empieza a echar de menos. El cartero, el sereno.

-¿Cómo vivió los Goya? 

-Era el locutor de continuidad hasta que empezaba el discurso del premiado. Si lo haces bien, no se entera nadie. Si lo haces mal, se entera todo el mundo.

-Almodóvar le entregó el Goya de honor a Banderas, unidos por la película Matador que sale en su novela...

-Las casualidades de la vida. En la alfombra roja, Antonio Banderas me dijo que quería leer mi libro. Que íbamos a competir esa noche porque había preparado un discurso muy literario. Fue muy generoso.

-Uno de los protagonistas de su libro es un actor...

-Un actor sin fortuna condenado a interpretar su propio papel. Engaña a su madre con fotos en Ikea de una casa que no tenía.

-¿Hay que actuar para ser periodista de televisión?

-Más que un disfraz, este oficio es una segunda piel.

-¿Se vuelca con Simón, el periodista de su historia? 

-Me cae muy bien.

-Queda como un cornudo.

-Pero él no lo sabe. Más que engañado, siente que algo le falla emocionalmente. Elegí un periodista porque ese mundo lo domino mejor que el de los pilotos de caza.

-Retrata a Tierno Galván inaugurando la estatua de Pushkin. Usted tenía cinco años cuando nombran alcalde al Viejo Profesor...

-Yo vivía en Murcia. Madrid era entonces una ciudad indomable. Esa estatua existe junto a la de Bécquer, una competencia muy fuerte. De Tierno sabía un par de frases, "el que no esté colocado que se coloque", y poco más...

-¿El periodismo es un buen atajo para la literatura siempre que se abandone a tiempo? 

-En mi caso, no es ni atajo ni excusa. Es mi oficio y lo que me da de comer. Un oficio que te permite escribir de vez en cuando. 

-Aparece el show de Ed Sullivan que sale también en el documental sobre Paco de Lucía que le dio un Goya a su hijo Curro...

-Paco de Lucía es un genio. La marca España, quitando dos o tres futbolistas, es la cultura.

-Y la imagen de los Gasol en la fiesta de la NBA...

-Los Gasol, Nadal, la marca Real Madrid y Barcelona. Si quitas eso, España en el mundo es la marca Almodóvar, la marca Bardem, Penélope Cruz, Jaume Plensa, Barceló, Dalí, Picasso, la marca Museo del Prado.

-Le dedica la novela a su hijo Martín... 

-Vino mientras la escribía.

-Delibes le dedica Mi idolatrado hijo Sissí a sus siete hermanos, Torrente Ballester Filomeno, a mi pesar a sus once hijos...

-Son otros tiempos.

-¿Y otros escritores?

-Los referentes no cambian. Uno bebe del realismo mágico. Algo de eso hay en el parto de Simón, en el que participan trescientas personas de su pueblo. Es imposible escribir virgen. Uno es deudor de Delibes, García Márquez, de Javier Marías. De A sangre fría, del Relato de un náufrago, de esa capacidad de Ian McEwan para sorprender.

-¿Qué director le gustaría para adaptar su novela? 

-No voy a decir ninguno español. Le diría Richard Linklaker, el de Boyhood, o González Iñárritu, que sorprende con Birdman.

-Ha dicho que es futbolero. Sanchís y Pardeza debutaron con el Madrid en el campo del Murcia... 

-Pero los  mayores asombros en la Condomina los asocio con Butragueño. Ha sido el  más brillante.

-¿Le gusta la tele? 

-Yo quería ser periodista de periódico, mandé mi currículum a La Verdad de Murcia, pero no me cogieron. Después de la prensa, la radio. La tele era lo frívolo, por eso hay tantos prejuicios contra la televisión.

-Quinto Izquierda. Los pisos suenan a Mandamientos... 

-¿Cuál es el quinto? Yo vivo en el sexto, igual que mi personaje. Y como él vivo en la calle Alcalá, me dedico al periodismo cultural y paso todos los días por el parque Fuente del Berro, el más bonito y menos conocido de Madrid.

-¿Cuántos festivales?

-Ocho de Cannes, otros tantos de San Sebastián, tres o cuatro Seminci en Valladolid, un par de Venecias y alguno de Huelva.

-En la gala de los Goya, la película que más repitió fue La Isla Mínima... 

-Alberto Rodríguez ha conseguido crear un sello y en el caso de esta película con la fotografía consigue un ambiente clautrofóbico. Por lo visto metió la

historia en un cajón en 2004 hasta que encontró la percha del año 1980.

-La década de Tierno Galván alcalde de Madrid...

-Naranjito, Felipe en la Moncloa. Una época en la que España sale del gris para entrar en un color con matices aún por hacer.

-¿La autopsia psicológica es una licencia literaria?

-Es fruto de una investigación casi detectivesca. Una técnica para estudiar las causas de los suicidios.

-El título del libro parece un guiño al cambio climático...

-Cuando cubría para Televisión Española el festival de Cannes leí que el año 2013 iba a ser un año sin verano. Empecé a investigar y descubrí que el último año sin verano fue 1816, año de la hambruna y del mito de Frankenstein creado por Mary Shelley a orillas del lago Leman.

-La novela podía haberla titulado también Historias de un ascensor... 

-Justo cuarenta años después de Historia de una escalera, de Buero Vallejo.

-Usa en páginas más propias de Sucesos el concepto de tiempo muerto que usan sus compañeros de Deportes... 

-Deberíamos disponer de diez tiempos muertos a lo largo de la vida y dosificarlos. Me obsesiona el tiempo. Un paréntesis para pensar. Hay otro tiempo muerto, el del sinsentido.

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