Alain Fohr. Director general del Instituto Francés

"Los franceses tienen más de rebeldes que de revolucionarios"

  • Es consejero de Cooperación y Acción Cultural del Gobierno francés. Este lunes celebra el día nacional en la Embajada de Francia en Madrid.

Dos hijos en Francia (Enmanuel, Aurelie), uno en Grecia (Antoine) y una hija nacida en España (Emilie-Nieves).  Estela familiar de Alain Fohr (Argel, 1951), Madrid es su último destino después de una hoja de servicios con escalas en Ghana, Grecia, México, Argentina, Iraq, y tres paréntesis parisinos. En París conoció a la embajada deportiva española: mitos del deporte como Federico Martín Bahamontes, Alfredo di Stéfano, Rafa Nadal, Fernando Alonso o Alberto Contador.

-Ayer un francés ganó la etapa del Tour. No ganan la prueba desde 1985...

-Sí, los tiempos de Fignon y de Hinault. El Tour de Francia, como el propio ciclismo, se ha internacionalizado muchísimo. Hay ciclistas australianos, norteamericanos, colombianos, uno de ellos ganó el Giro.

-Mitterrand visitó Sarajevo en plena guerra de los Balcanes. La ciudad donde salta la chispa de la Primera Guerra Mundial. ¿Qué lección debemos sacar de la guerra del 14?

-Es una oportunidad para que los jóvenes conozcan la historia de Europa. Fue un momento hiperdoloroso. Tenga en cuenta que en los primeros meses de conflicto hubo cuatrocientos mil muertos. La lección un siglo después es que Europa debe ser una herramienta para la paz y para el diálogo, con la cultura como vector y canal privilegiado.

-Nació en Argel. ¿Eso marcó su mentalidad?

-Fue un poco por casualidad. Mis padres no tenían ascendencia argelina. Mi madre es de Córcega y mi padre de Lorena. Salieron de Francia después de la Segunda Guerra Mundial por distintos motivos. A mi madre, siguiendo una tradición corsa, su padre le había escogido marido, pero ella no estaba conforme con esa tradición y en Argelia conoció a mi padre.

-Alemania evitó una semifinal Francia-Argelia...

-Acabó con mis dos patrias. Argelia ha sido una de las sorpresas del Mundial. Muchos de ellos juegan en Francia o tienen la doble nacionalidad.

-¿Se reconoce en la Argelia del futbolero Camus?

-Es una gran referencia para los franceses de mi generación, pero Camus dio la visión de una Argelia que ya no existe. Ahora estamos en un contexto euromediterráneo. Desde mi oficina de Madrid mantengo contactos con la Casa Árabe, la Casa Sefarad, las autoridades de Marruecos.

-¿España es buen vecino?

-Después de haber tenido destinos en muchas partes del mundo, llevo aquí cuatro años y cada día ha sido un día de felicidad.

-¿Conoce a los españoles de París, la alcaldesa Anne Hidalgo y el primer ministro Manuel Valls?

-No hemos coincidido, simbolizan la relación histórica que siempre ha exisisto entre los dos países.

-En Grecia repitió destino. ¿cómo lo encontró veinte años después?

-Estuve de agregado de Cooperación entre 1984 y 1990 y volví en 2004. Hablo griego moderno porque estudié Letras Clásicas. Veinte años después, a la gente la veía igual. El país me parecía más integrado en Europa. En mi primera etapa gobernaba el socialista Andreas Papandreu, época difícil por sus amistades árabes, con Gaddafi y los palestinos.

-El año que volvió Grecia ganó la Eurocopa y acogió los Juegos Olímpicos...

-Fue el contrapeso de un camino duro, muy duro...

-El que describen las novelas de Petros Markaris.

-Lo conocí en Atenas cuando dirigía el Centro Nacional de Lectura y lo he vuelto a ver en un festival de cine negro en Getafe.

-Fue consejero cultural en México y Argentina. ¿Dónde es más visible la huella del exilio español?

-En México tiene más peso la presencia del exilio. En Buenos Aires se nota menos, porque es una ciudad que se siente muy unida a Europa. México es un país con fuerte mestizaje cultural, un país de sincretismo. Allí son muy gallegos o muy vascos y al mismo tiempo los más mexicanos. Pero lo mismo ocurre con los de Siria o Líbano.

-Dicen que Buenos Aires es la segunda ciudad francesa después de París...

-Allí fue muy importante la impronta de los surrealistas. De Breton, de Artaud. Hay que aprovechar las posibilidades del eje España-Francia en América Latina.

-Se cumplen 225 años de la Revolución Francesa. ¿Los franceses son tan revolucionarios?

-Tienen más de rebeldes. Se vio en mayo del 68. No sé si fue una revolución. Un movimiento que se vivió en México y en California. La Revolución Francesa dejó un arraigo republicano y la capacidad de la gente de asumir su propio destino.

-¿Conoció a Sarkozy?

-Sólo en una visita de Estado que hizo a Grecia.

-¿Por qué Almodóvar es más popular en Francia que en su propio país?

-Esa pregunta no es para mí. Es verdad que en Francia está considerado como uno de los cineastas contremporáneos más importantes. Un valor cultural para hacer ver que España no es sólo flamenco, sol, mar y toros. Es un país de genios de la cultura, aunque lo que más llama la atención de España en Francia es la cultura social, el dinamismo de un país que incluso en tiempos de crisis nunca ha perdido la esperanza y es capaz de creer que mañana puede ser mejor que hoy.

-¿Pediría la doble nacionalidad para Goya y Picasso?

-No tienen doble nacionalidad. Son universales.

-¿Autores españoles?

-De hoy, Pérez-Reverte, Vila-Matas, Ruiz Zafón. De siempre, Quevedo y Lorca. Pero lo que ahora estoy no digo estudianto, pero sí leyendo con interés es la historia de las dos monarquías de España y Francia. Un amigo dice que son casi primos.

-San Fernando y San Luis de los Franceses lo eran.

-Hay muchos vínculos entre príncipes e infantas. La historia de España es apasionante. Cuando me destinaron a México, leí la Crónica General de Indias de Bernal Díaz del Castillo, que el francés Christian Duverger mantiene que en realidad la escribió Cortés. Es admirable cómo un pequeño grupo de hombres fue a conquistar un imperio y cómo los aztecas se equivocaron confundiendo a Cortés con un dios. Todavía es difícil de imaginar que unos cuantos hombres a caballo conquistaran Tenochtitlán.

-¿Cantará mañana La Marsellesa?

-Me gusta cantarla. Mucha gente cree que es un canto guerrero. Al contrario.

-¿Quién manda en Francia, Hollande o Platini?

-En la cancha, Platini. A Hollande también le gusta mucho el fútbol.

-¿No fue muy lejos para terminar tan cerca?

-Mi verdadero trabajo es viajar, conocer a la gente. En mi trabajo he descubierto que la cultura es el encuentro y el intercambio.

-¿Será realidad el Centro Pompidou en Málaga?

-Si se cumplen los plazos, en noviembre de 2015. Sólo existen las sedes de París y Metz. La apuesta por Málaga es una prueba de la confianza que en Francia inspira el futuro y el compromiso de España. Francia ha recibido solicitudes de muchos países, algunos poniendo el dinero encima de la mesa.

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