El Rey tiene una doble cita hoy en Huelva. Por una parte, inaugurará la ampliación de la Refinería de Cepsa La Rábida, en Palos de la Frontera, y después acudirá al complejo metalúrgico de Atlantic Copper en Huelva, con motivo de su 40 aniversario.

La refinería La Rábida inaugurará hoy el que es su proceso de expansión más ambicioso: la ampliación de la capacidad de destilados medios supondrá, junto a otros proyectos, elevar su capacidad total hasta 9,5 millones de toneladas, incrementando la producción de gasóleos y queroseno (productos en los que España es deficitaria) en 2 millones de toneladas.

El proyecto comenzó a gestarse entre 2005 y 2006, impulsado por la necesidad de aumentar la seguridad del suministro de gasóleo de automoción. Con una inversión de 1.100 millones de euros creará empleo estable adicional para 166 personas, además del efecto que supondrá en el empleo indirecto e inducido de la provincia. Con esta actuación, el grupo Cepsa aborda el mayor proyecto de inversión de toda su historia si se excluye la construcción inicial de sus refinerías.

El 4 de abril de 1967 se escribía una página fundamental en la historia industrial de Huelva. Se abría por primera vez la válvula para que corriera crudo por las venas de la nueva refinería, una instalación construida por Río Gulf con capacidad para destilar dos millones de toneladas al año de crudo. Cuarenta y tres años después, la Refinería La Rábida, ahora de Cepsa, está a punto de abrir una nueva etapa, con una capacidad de refino de 9,5 millones de toneladas al año.

La historia de la refinería ha sido la de un constante proceso de expansión. La instalación se construyó al amparo del decreto que designaba Huelva como polo de desarrollo industrial, que supuso en 1964 el arranque de lo que hoy es el Polo Químico. Río Gulf Corporation (60% Compañía Española de Minas de Río Tinto y 40% Gulf Oil Corporation) había iniciado las obras de unas modernas instalaciones en Palos de la Frontera, fábrica pionera en el Polígono Nuevo Puerto.

Poco después se iniciaba la diversificación de la producción, con la apertura en 1970 de la planta de Petroquímica, que tiene una capacidad para producir 141.000 toneladas anuales de benceno y 187.000 toneladas de ciclohexan. Esta planta pertenecía a una nueva sociedad: Río Gulf Petroquímica (Compañía Española de Minas de Río Tinto y Gulf Oil Corporation al 50%), hoy Cepsa Química. Por aquel entonces la refinería contaba con 422 empleados directos y vivía su primer aumento de capacidad de destilación de crudo, pasando de 2 a 4 toneladas por año.

A lo largo de los años, la refinería fue inaugurando diversas plantas para la fabricación de productos. En 1974, la nueva planta de aceites lubricantes (hoy Combustibles 2) y en 1976, año de la anterior visita de los Reyes, se ponía en marcha la unidad de Ciclohexano II. En aquel momento la refinería contaba con 778 trabajadores directos.

A comienzos de los 80 se impulsó una mejora ambiental y de ahorro energético, con la puesta en marcha de la chimenea general de Combustibles y sus dos calderas de producción. A principios de la década hubo una amenaza de cierre por parte del Gobierno, aunque al final se salvó gracias a un estudio que demostró su rentabilidad.

La década de los 90 fue la del relanzamiento. Comenzaba con la puesta en marcha de la primera planta de cogeneración de una refinería en España. En 1991 nacía la planta de tratamiento de efluentes líquidos. Y a finales de ese año Cepsa compra la totalidad de las acciones de la empresa.

En los siguientes años prosiguen las ampliaciones: en 1992 se pone en marcha la planta de conversión (FCC), que puede procesar más de un millón de toneladas al año, y en el 93 la planta de azufre RS2. A mitad de la década se produciría la segunda ampliación de la capacidad de destilación de crudo, de los 4 a los 5 millones de toneladas al año.

En 2001 se inaugura la restauración del espacio protegido de la Laguna Primera de Palos. El revamping de dos instalaciones en 2005 y la puesta en marcha de la planta de Reformado de Naftas Ligeras (con capacidad para producir 348.000 toneladas/año de benceno y 75 toneladas/día de hidrógeno) un año después son algunos de los últimos hitos.

La Rábida llega a 2010 con plantas productivas e instalaciones portuarias para almacenar y distribuir una amplia gama de productos. Con más de 800 empleados directos y una media diaria de 2.208 de empresas contratistas, afronta hoy la mayor expansión de su historia.