antón valero. presidente de la federación empresarial de la industria química española

"No hemos considerado a la industria esencial para nuestra economía"

  • El presidente de la patronal química advierte que la menor competitividad por la factura energética provoca la pérdida de inversiones Reclama normas ambientales "con sentido"

Tras dos años al frente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Antón Valero ha sido reelegido esta semana presidente de la patronal química. Representante de un sector con 3.100 empresas que suman una facturación de 58.100 millones de euros, es la cara visible de la reivindicación empresarial de políticas que favorezcan la inversión e implantación de esta industria.

-Las químicas reclaman un pacto de Estado para la industria. ¿En qué consistiría?

-El pacto de Estado consiste en sentar una cultura industrial en nuestro país. Apostar por la industria, tener una política coherente y que no cambie con el color del partido en cada momento. Es evidente que tiene que cambiar si manda un partido u otro, pero sí debe tener unos rasgos comunes, preservar la competitividad y el desarrollo industrial. Y eso en el marco de la Unión Europea, con el reto de que la industria aporte el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) a nivel europeo. España es suficientemente grande y su economía lo suficientemente diversa como para que aumente de forma sustancial la aportación de la industria al PIB, que ahora está alrededor de un 14%. Es decir, que tenemos una oportunidad de mejora de un 6%. ¿Cómo se puede crecer ese porcentaje? Eso no se consigue de forma espontánea.

-Pide una política que no cambie con el color político. ¿Ha habido mucha diferencia entre el PP y el PSOE, los partidos que han gobernado?

-El problema de España no es de alternancia en los partidos políticos, el problema es que no hemos considerado a la industria un factor esencial de nuestra economía. Diría que este es un tema propio de nuestro país.

-¿Se ha sentido la industria mal tratada por las administraciones?

-Creo que las administraciones tratan de hacer su trabajo para bienestar de todos los ciudadanos y cada momento tiene su época y su manera de pensar. De ahí la necesidad de ese pacto. La industria no necesariamente ha sido mal tratada, pero sí es verdad que las administraciones podrían hacer bastante más para que los empresarios se sientan más arropados.

-¿En qué sentido puede arropar la Administración a las empresas?

-En muchos. Uno es agilizar los trámites y permisos. Desde el punto de vista energético, que haya una política que promocione que la industria sea competitiva a nivel europeo. Y desde el punto de vista medioambiental, poner normativas que tengan sentido. A veces, lo que hacemos es trasponer la normativa europea tal cual viene y esa norma que se ha generado en Bruselas está pensada para entornos de Centroeuropa, donde llueve, no hace mucho calor y hay poco polvo. Un ejemplo: la legislación en partículas en suspensión europea difícilmente se puede cumplir en determinadas zonas de Andalucía porque estamos cerca de África, es un lugar seco y suele haber partículas en suspensión de forma natural. Cuando voy a Bruselas veo que siempre está lloviendo y no hay partículas en suspensión.

-En la Declaración Internacional de la Química de Sevilla se instaba a que el conocimiento científico esté en la base de la toma de decisiones de carácter regulatorio. ¿Ha habido falta de rigor?

-Lo que hay en Europa es una determinada inclinación a sobreaplicar el principio de precaución, en el sentido de que si tengo sospechas de que algo puede ir mal no lo hago. En contraste con otras partes del mundo como puede ser Norteamérica u otros lugares, nosotros estamos en la parte más exagerada de este principio de precaución.

-Reclaman la mejora de las infraestructuras logísticas. ¿Estamos en desventaja respecto a otras zonas de Europa?

-España tiene una buena infraestructura de carreteras. Pero no sólo hay que tener esto, sino también corredores para el envío de material. Sólo hay que pasar por la AP7 para ver que eso es un corredor, con camiones que suben desde Andalucía hasta Cataluña. El transporte de ferrocarril va a ir a más y también se gana en eficiencia al establecer un corredor como los que hay desde Holanda, que siempre van llenos en su ida y en su vuelta, algo que hace que ganen muchísima competitividad.

-La reivindicación de unos menores costes energéticos es constante. ¿Cuál es la propuesta de la industria?

-Son costes que hay que pagar, otra cosa es cómo se pagan, dónde recaen. Existen costes de la deuda de la tarifa, costes sociales, de energías renovables que hay que pagar sin duda, pero la cuestión es si es la industria intensiva en utilización de electricidad y gas la que tiene que hacerlo. Porque en otros países con los que competimos esto no se paga de la misma manera. Somos bastante menos atractivos de lo que pueden ser otros segmentos en otros países y estamos perdiendo inversión debido a esto.

-Hay una expectativa de crecimiento para la química mundial de un 4,5% anual hasta 2030. Su previsión para el próximo año en España es de un 2,5%. ¿Cuál será el papel de la química europea y española en ese contexto?

-La química va muy pareja a lo que aumenta el PIB del país. Ese 4,5% es una extrapolación que se hizo calculando lo que va a crecer el mundo y va a depender mucho del PIB. Es cierto que el PIB va a crecer más en Asia que en Europa, pero que nosotros estemos en un crecimiento del 2,5-3% cuando mundialmente se crece un 4% es una muy buena noticia para España. Si miramos los países de nuestro entorno no llegan a estos valores de crecimiento. Mientras el PIB vaya creciendo la industria química hará más o menos lo mismo.

-¿Europa seguirá siendo competitiva?

-Seguiremos siendo competitivos en lo que enfoquemos nuestros esfuerzos. Habrá épocas en que lo seamos más que otras, puede haber distorsiones y al cabo de un tiempo cosas se van equilibrando. Europa tiene que seguir teniendo una industria sólida que suministre a los 500 millones de habitantes que tenemos.

-¿Y el clúster químico andaluz, qué posibilidades de desarrollo e inversión tiene en ese marco?

-El clúster andaluz es importante. Tiene muchas cosas por desarrollar. El puerto de Huelva está poniendo en conocimiento de todo el mundo que tiene unas enormes posibilidades de expansión y el hecho de que tengamos Algeciras como el puerto más potente de España también es muy importante. La economía química es global y este es el punto por el que pasa todo el tráfico del Mediterráneo, hay un corredor logístico enorme. Lo que hay que hacer es posibilitar desde el punto de vista político que las empresas se sientan bien recibidas, que la política energética sea la adecuada para que podamos competir, sobre todo con nuestro entorno geográfico, y facilitar que los trámites, permisos, sean lo suficientemente ágiles. En ese aspecto tiene potencial, es un clúster muy importante. Le auguro un buen futuro siempre que se hagan las cosas bien.

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