Economía

La eSIM, una solución para conectar masivamente todos los dispositivos

  • La SIM embebida se presenta como un elemento estándar para la conexión de cualquier aparato a la red y que además facilita el cambio de operadora.

Los trabajos para crear un nuevo estándar para el desarrollo de la eSIM vienen de largo, pero es en el último año cuando más avances se están logrando. Sobre todo lo relacionado con esta nueva tecnología trató el café de redacción organizado por Telefónica La eSIM: El futuro de la SIM del smartphone, en el que participaron Pedro Gil, Head of Global OS Strategy, Group Devices Unit de Telefónica; Ángel Ortiz, consejero delegado de Sandetel; y el experto en Nuevas Tecnologías Antonio Manfredi, en una mesa moderada por Alberto Grimaldi, redator jefe de Economía del Grupo Joly.

 

La llegada de la eSIM supone que la tradicional tarjeta de plástico con un chip incorporado que va en los móviles o en cualquier dispositivo con conectividad a las redes de telefonía pasa a ser un elemento físico soldado al teléfono o dispositivo conectado, con las mismas funciones y multioperador. Al ser un elemento más del hardware -embebido-, no es posible acceder a ella y desaparecería así la ranura de la SIM normal.

 

Como explicó Pedro Gil, la incorporación de la eSIM -también conocida como SIM embebida o virtual- no va a implicar que deje de existir la tradicional SIM, sino que se va a poder reprogramar para descargarse la información de forma "remota y transparente" a través de la red móvil.

 

Supone además un cambio de paradigma en la logística del teleoperador y requiere una inversión importante  para "montar el servidor" que permita enviar de forma virtual la información codificada a la eSIM; un coste que "se amortiza a medio o largo plazo" y que, en el caso de Telefónica "no va a repercutir en el cliente", si bien puntualizó que "dependerá de cada operador". A la vez, va a significar un ahorro en cuanto a espacio para almacenar tarjetas SIM, embalarlas para su envío y, sobre todo, va a ser un proceso mucho más ecológico al poder prescindirse de "toneladas de plástico y cobre" con las que se hacen las SIM tradicionales.

 

Con esta SIM embebida será posible agilizar la contratación y portabilidad de un operador a otro, simplificar el cambio del plan de datos o contratar en el extranjero la mejor tarifa de roaming, que desaparece en junio de 2017 en la UE pero no en otros mercados. 

 

La manera de identificar el dispositivo asociado a la eSIM aún está en fase de desarrollo: podría usarse un código QR o un código de barras, por ejemplo, y cada operador elegirá su manera de trabajar. En el caso de Telefónica, por ejemplo, la gestión de la eSIM se hará a través de la aplicación Mi Movistar, desde donde se podrá activar o desactivar la tarjeta virtual.

 

Antonio Manfredi explicó que, en su opinión, la llegada de la eSIM a los dispositivos de uso cotidiano es un "hito" similar a la aparición del iPhone o del sistema operativo Android. "Es algo revolucionario, se ve venir que va a ser una novedad interesante", añadió. Sin embargo, mostró sus reservas respecto a cómo van a reaccionar los usuarios, las operadoras y los fabricantes y se preguntó si con este nuevo método se va a garantizar la seguridad de los datos personales y de las comunicaciones y si va a afectar a la competencia entre proveedores.

 

La SIM tradicional es como un ordenador en miniatura "casi inviolable, que cuenta con protección a nivel físico". A propósito de la integridad, seguridad y confiabilidad de la SIM virtual, y para evitar los intentos de hackeo, Pedro Gil expuso que se ha desarrollado "con la seguridad en mente y es igual o más segura que la SIM física; con un envío y recepción de datos encriptados y un estándar que protege y garantiza la privacidad de los clientes. Es una pieza de código que va a identificar al usuario a la hora de entrar en la red". En caso de robo, igual que pasa ahora, el terminal se mete en una lista negra y la eSIM se desabilita. "El usuario va a tener siempre el control de su eSIM, sólo él podrá verificar los procesos de cambio mediante su huella o un captcha, por ejemplo", amplió Gil.

 

Ángel Ortiz destacó entre las ventajas de la eSIM la "comodidad" que va a aportar al usuario que decida cambiar de compañía de telecomunicaciones. "Muchas veces seguimos usando un determinado operador por no molestarnos con los trámites del cambio", dijo. Pedro Gil añadió que "el contrato va a seguir existiendo pese a la eSIM porque hay que cumplir las condiciones legales", solo que ahora el usuario podrá conectarse a la red con independencia de que sea 2G o 5G o del terminal que tenga. "Sólo va a ser necesario tener un terminal estándar y que garantice la interoperabilidad. La tecnología con la que te conectes como usuario debe ser irrelevante".

 

El escaso impacto que ha tenido iniciativas como la Apple SIM, lanzada en España en verano de 2015 para contratar planes de datos de corta duración, ha demostrado al sector que para que la eSIM tenga éxito debe de contar con el visto bueno y el respaldo tanto de los operadores globales como de los fabricantes de dispositivos y de tarjetas SIM. Estos agentes ya cuentan con la definición de un estándar fijado por la Asociación GSM para su desarrollo. "El estándar se acaba de aprobar y queda camino por delante, porque la red es un elemento estratégico y no puede haber errores. Pero en Telefónica ya estamos preparados para el cambio", explicó Gil. El representante de la multinacional calculó que entre 2019 y 2020 puede haber ya en el mercado para el público masivo terminales compatibles con la eSIM, aunque también apostó por "soluciones híbridas" en las que conviva la SIM con la eSIM. "Será una decisión de diseño", opinó.

 

A día de hoy, esta tecnología se ha lanzado a modo de prueba en Inglaterra y Alemania, donde Telefónica en incluido la eSIM en el smartwatch Samsung Gear S2 Classic 3G. "Los relojes inteligentes van a ser los que muevan el mercado", señaló Pedro Gil, ya que consideró que la ganancia de espacio en un smartphone con eSIM es "mínima" y creyó que incluirla en este tipo de aparatos "no tiene sentido hasta que todos los operadores puedan soportarla". "La adopción del estándar por los operadores determinará que el fabricante se actualice", añadió Ángel Ortiz al respecto.

 

Y es también un elemento clave para el desarrollo de Internet de las Cosas (IoT)."Esta tecnología tiene que valer para cualquier tipo de dispositivo, desde un móvil y un wearable, a un parquímetro, un medidor de gas, un coche -en los que actualmente se usan protocolos M2M- o una lavadora en la casa conectada. La eSIM es un actor fundamental para conectar cualquier cosa y no interesa restringir el sistema", aportó también Gil. Y aquí surgirá la necesaria adaptación del teleoperador para crear canales de comunicación con el cliente y gestionar esta nueva conectividad.

 

En definitiva, los participantes en la jornada coincidieron en que la posibilidad que da la eSIM de conectar masivamente todos los terminales y de reprogramarlos sin restringir o promover la libertad del usuario para elegir operador, sin depender de si el terminal lleva una nano o una micro SIM va a ser "un paso adelante" cuya importancia podrá calibrarse a lo largo de los próximos años.

El fin de la dependencia para el usuario

Durante el café de redacción, los asistentes coincidieron en que el uso de la eSIM tiene ventajas tanto para el cliente como para el teleoperador. Para el primero, supone que dejará de ser cautivo de un operador, una tecnología o una marca determinada. Aparece también la posibilidad de usar múltiples dispositivos en el mismo contrato sin usar varias SIM físicas porque ya están embebidas en cada aparato. Para Ángel Ortiz, el hecho de que la eSIM sea un chip integrado en el dispositivo supone que "se elimina el último eslabón" a la hora de disfrutar de un servicio de telecomunicaciones al poder hacer la portabilidad de forma automática. Sin embargo, Pedro Gil puntualizó que la regulación va a seguir siendo la misma y que, igualmente, para hacer el cambio de operador, hay que esperar las 24 horas que marca la ley. Entre otras ventajas, el cliente va a ahorrarse el tiempo de ir a la tienda a por su SIM, hacer colas o esperar a que su tarjeta le llegue por correo postal. Y para las empresas de telecomunicaciones, supone un ahorro en logística y más comodidad para activar o desactivar el servicio.

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