Economía

El BCE publica la correspondencia entre Trichet y Zapatero en 2011

  • Las misivas incluyen los recortes que el entonces presidente del organismo europeo pedía al ex presidente español y las respuestas en las que éste aceptaba las propuestas y le pedía intervenir en el mercado de deuda soberana para ayudar a España.

El Banco Central Europeo (BCE) publicó la correspondencia de 2011 entre el anterior presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, y ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. En una misiva fechada el 6 de agosto de 2011, Zapatero escribía a Trichet que el Gobierno español iba a acometer medidas "en línea con las propuestas" realizadas por el entonces presidente del BCE en un escrito anterior y le pedía que la entidad interviniera en el mercado de deuda soberana para ayudar a España.

Trichet y el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, escribieron desde Fráncfort a Zapatero el 5 de agosto de 2011 un mensaje confidencial, reclasificado para su publicación posterior. "El Consejo de Gobierno considera que España necesita apoyar urgentemente la situación de su firma soberana y su compromiso con la sostenibilidad fiscal y las reformas estructurales con evidencia creíble", indicaban Trichet y Fernández Ordóñez en dicho escrito.

Ya en ese momento Trichet y Fernández Ordóñez veían la necesidad de que España aprobara medidas para "mejorar el funcionamiento del mercado laboral, con vistas a progresar claramente en reducir el muy elevado nivel de desempleo". Insistían en la necesidad de que la reforma salarial consiguiera establecer acuerdos a nivel de empresa y asegurar "la descentralización efectiva de las negociaciones salariales". Mostraban su preocupación por que el Gobierno español no había adoptado medidas para abolir las cláusulas de ajuste a la inflación de los incrementos salariales.

Trichet y Fernández Ordoñez también animaban al Gobierno español a acometer reformas en el mercado de producto. En concreto, instaban a incrementar la competencia en el sector energético para que los precios reflejaran mejor el coste de la energía y para reducir la elevada dependencia de la economía española de la misma. Además, proponían promover el mercado de alquiler de vivienda e incrementar la competencia en el sector servicios.

Zapatero respondía en su carta que el Gobierno español iba a anunciar nuevas medidas de consolidación fiscal para reducir el déficit presupuestario en un 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB), con el objetivo de que no excediera el 6% a finales de 2011. Las iniciativas específicas incluían una reducción del gasto farmacéutico en 2.400 millones de euros, mejoras en la gestión del impuesto de sociedades por 2.500 millones de euros en 2011, ingresos adicionales de la subasta de parte del espectro radioeléctrico por valor de 2.000 millones de euros y medidas estructurales para el mercado laboral.

Zapatero citaba "la reforma de la negociación colectiva" para aumentar la flexibilidad empresarial y la intención del Gobierno español de aprobar "cambios regulatorios en la normativa laboral, mejorando la flexibilidad en la contratación para incrementar así la creación de empleo". Recordaba el entonces presidente del Gobierno español que los sindicatos acordaron no vincular las subidas salariales con la inflación, sino con la productividad, siguiendo uno de los objetivos que Trichet había establecido. Asimismo, hacía hincapié en que la reducción del déficit del sistema eléctrico era "una prioridad, habiendo incrementado la tarifa eléctrica en más de un 11% desde comienzos de año".

Zapatero manifestaba a Trichet su preocupación por las repercusiones de las tensiones financieras en ese momento para España, así como la dificultad de que las reformas estuvieran operativas plenamente a corto plazo. "Es imposible que tales reformas estén plenamente operativas en el corto plazo para corregir las disfunciones que se están produciendo en este momento en los mercados financieros", advertía Zapatero en la carta.

Añadía que "el Gobierno de España considera que el Banco Central Europeo puede jugar un papel crucial en la reducción de las tensiones a través de la compra de deuda pública española en volumen suficiente para estabilizar los mercados y asegurar el funcionamiento correcto del mecanismo de transmisión de la política monetaria". Tales acciones debían mantener su impacto hasta la posibilidad de intervenir en el mercado secundario a través de la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés), consideraba. "Confío en que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo contribuirá, con la adopción de esta medida, a responder a las circunstancias excepcionales que amenazan la zona del euro", apostillaba Zapatero.

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